Año B- Tercer Domingo de Adviento
6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.Juan el Bautista fue un hombre enviado por Dios para servir como el último profeta antes de la venida del Mesías prometido.El no era la luz, sin embargo vino a brillar luz brillante en preparación para mi venida como la luz del mundo. Él atrajo la atención de los Fariseos quienes se pusieron muy celosos de su brusca predicación y de su bautismo para el perdón de los pecados. Él testificó de mi presencia entre los Judíos, declarando humildemente que su bautismo de arrepentimiento era solo una preparación para el gran bautismo de fuego y del Espíritu Santo que Yo le doy a todos los que son bautizados con el agua. Aquí, había un hombre que complació a Dios por su humildad ante mí, el Hijo del Dios vivo. Él insistió en el arrepentimiento, que consiste en dejar los caminos torcidos, para preparar un camino recto para mi venida. Su mensaje es siempre perfecto para todos los tiempos hasta la muerte del último hombre sobre la tierra. Arrepiéntanse, el Reino de los Cielos está muy cerca de ustedes, hagan un camino recto para el Señor con el arrepentimiento, y acepten al Señor con humildad. Todos los profetas fueron llevados a la muerte, incluyéndome a mí, aquel que les dio las palabras para su predicación. Todos ellos sintieron la urgencia de proclamar la necesidad del arrepentimiento y de venir a Dios. Cualquiera que lleva mi palabra y vive por ella se vuelve un pequeño profeta; por su ejemplo predicará a otros y por sus palabras hará eco a mis enseñanzas y procurará la salvación de almas. El mensaje del arrepentimiento está vivo y lleno de poder, mi llamado nunca para. Yo llamo a cada uno para que cambie y sea salvado, Yo golpeo la puerta de cada corazón hasta que sea escuchado. Yo soy el Salvador del mundo, arrepiéntanse y sean salvados por mí. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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