Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios. 
Manifestaciones dominicales del Espíritu Santo desde el Sagrado Corazón de Jesús  Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Evangelios Católicos, homilías - Mateo, Lucas, Marcos, Juan - Inspiraciones del Espíritu Santo

Año B  -  San Pedro y San Pablo

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios - Inspiraciones del Espíritu Santo Mateo 16: 13-19

13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
14 Ellos dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas.
15 Díceles él: Y vosotros ¿quién decís que soy yo?
16 Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
17 Replicando Jesús le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.

Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.

San Pedro y San Pablo - Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Yo escogí mis doce apóstoles después de haber estado en intensa oración, les
conocía aún antes de que ellos me conocieran, sabía de sus debilidades y
también de su potencial para ser mis seguidores y las bases para mi Iglesia.

Cuando Pedro respondió mi pregunta "¿Quien dice la gente que Yo soy?", Yo le
respondí, Tu eres bendecido porque carne y sangre no te han revelado esto,
sino mi Padre que está en el Cielo. Si, Él sabía ya en su corazón que yo era el
Cristo, el Hijo del Dios Vivo.

Ser el Cristo quiere decir ser el hombre perfecto, el Mesías, El Salvador del
mundo. Esto no es tan solo un título, es la realidad de mi ser, no es tan solo un
honor, sino mi papel de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Sin embargo, yo no vine a mostrarme orgulloso por mi estado real, puesto que
mi Reino no es de este mundo, Yo no vine a ser servido, por el contrario Yo vine
a servir a la humanidad por mis enseñanzas y por mi muerte en la cruz.

Aquel que me sigue, deja todo atrás para entregarme su vida, ese aprende de la
Sabiduría de mi palabra, desea volverse como Yo y finalmente Yo lo convierto
en otro Cristo. Esto es lo que Yo hice con mis apóstoles, excepto por el que
escogió traicionarme.

Puesto que mi misión en la tierra tenía que cumplirse en el Calvario, Yo
necesitaba preparar una forma continua en Espíritu para mi nuevo cuerpo, la
Iglesia. Yo ya tenía las bases apostólicas, Yo era la cabeza, mis apóstoles
serían mi boca, brazos y pies, mi corazón latiría constantemente en su interior,
mi cuerpo y sangre le darían vida al cuerpo en los Sacramentos, y Yo enviaría el
Espíritu Santo para que fuera el alma de mi cuerpo místico, para que viviera
hasta el final de los tiempos.

San Pablo confesó su fe y su amor cuando dijo, "Ya no soy Yo quien vive, sino
Cristo quien vive en mi". La misma fidelidad recibí de Pedro y de todos mis
apóstoles, por eso les confié mi Iglesia.

Escogí a Pedro para que fuera la cabeza de los Apóstoles por causa de su
profunda fe en mi, y porque Yo necesitaba a alguien que representara mi
autoridad.

Cuando una persona tiene un cambio de corazón, recibe un nuevo nombre de
Dios, un nombre que explica lo que se ha vuelto, por eso Abram fue nombrado
Abraham después de su entrega a Dios.

Simón el hijo de Jona, tuvo una gran conversión, él se volvió totalmente mío, así
que Yo le di un nuevo nombre, Petros o Pedro (piedra o roca). Es sobre una
fundación sólida que yo construí mi Iglesia.

Yo le entregué las llaves de mi Reino, en otras palabras le di el poder de guiar el
resto de los apóstoles, de elegir nuevos apóstoles y sacerdotes, de organizar la
Iglesia militante para que diera testimonio de mi Presencia Viviente entre
ustedes y para que dispensara los Sacramentos de la Salvación.

Yo le di a mis Apóstoles y sus sucesores el poder de perdonar los pecados, el
poder de cambiar el pan y el vino en mi cuerpo y sangre, y la autoridad de guiar
la Iglesia de acuerdo a mi Voluntad.

Pedro fue el primer Papa de mi Iglesia. Y mi Iglesia está todavía muy viva,
cuando ustedes ven al Santo Padre, ustedes están mirando a Pedro.

Tal como Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, mi Iglesia es el Camino, la
Verdad y la Vida.

Encuéntrenme en la Iglesia al seguir sus instrucciones, regocíjense en la verdad de la Fe Católica y encuentren vida en la fuente del altar, donde Yo permanezco con ustedes como su Dios fiel, Emmanuel, Dios con ustedes.

Autor: José de Jesus y María

Lista de Homilias - Evangelios Catolicos

El Trabajo de Dios - Indice > 
 www.theworkofgod.org/Spanish 

  

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