Año B- 18° Domingo en tiempo ordinario
24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.Yo vine a la tierra para enseñar al hombre el camino al cielo, para darle conocimiento de su realidad espiritual, para advertirle de los peligros que corre en su camino y para proveerle de la comida para su jornada.Cuando se trabaja solo para la tierra se obtiene lo terrenal, pero cuando se hace el trabajo para Dios, se consigue la vida eterna. El principal objetivo del trabajo es conseguir el alimento, la ropa y la vivienda. Todo esto es dedicado al cuerpo, el cual esta destinado a una corta vida aquí en la tierra. Yo he venido a proponer un trabajo diferente, el trabajo del alma que también necesita alimento, ropa y vivienda. El alma es el aliento de Dios en cada alma, la casa del espíritu eterno que Dios ha dado a cada uno, el espejo que refleja la luz de Dios o que se enturbia con la oscuridad del pecado. Así como el cuerpo necesita diariamente de la comida, el ejercicio, la higiene y el descanso; el alma necesita todo esto para poder vivir su corta jornada en la tierra y para prepararse a cumplir el plan de Dios. Yo soy el pan de la vida, el alimento del alma que Dios ha enviado desde el cielo, aquel que come de este pan esta alimentando su alma para la vida eterna. Yo visto el alma de luz en el Bautismo, le purifico con mi propia sangre en la comida sacramental que ofrezco a través de la Iglesia, le nutro con mi palabra, le fortalezco con mi espíritu y le aseguro una morada eterna en mi Casa Celestial. El alma debe venir ante Dios diariamente, primero para alabar a su creador, luego para agradecerle y regocijarse por los regalos que Dios le ha dado, para pedirle perdón por sus infidelidades, para pedirle el alimento espiritual, el pan de cada día; para manifestar su amor a Dios y al prójimo y para afirmar su necesidad de depender de Dios para su existencia temporal y eterna. El Trabajo de Dios consiste en creer en Mí, en trabajar para conseguir el alimento que Yo ofrezco, en aceptar el enviado de Dios el Padre, el Hijo del Dios Vivo, la Palabra de Dios encarnada, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida. Trabajen por el pan de la vida eterna, alimenten el alma y calmen su hambre, regocíjense en el Espíritu y calmen su sed, el camino está abierto, vengan a mí. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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