Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios. 
Manifestaciones dominicales del Espíritu Santo desde el Sagrado Corazón de Jesús  El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Evangelios Católicos, homilías - Mateo, Lucas, Marcos, Juan - Inspiraciones del Espíritu Santo

Año B  -  33o Domingo en tiempo ordinario

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios - Inspiraciones del Espíritu Santo Marcos 13:24-32

24 Mas por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor,
25 las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas.
26 Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria;
27 entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
30 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.

Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.

33o Domingo en tiempo ordinario - El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. La materia es temporal pero el espíritu es eterno. Dios ha creado el mundo con un propósito. Al igual que el sembrador espera el día de la cosecha, también llegará el Día en que Yo vendré a recoger el fruto de mi viña.

El hombre materialista piensa que todo se acaba con la muerte, por esto trata de disfrutar su vida al máximo ignorando las leyes divinas y poniendo en peligro la vida de su alma. El hombre que reconoce la existencia después de la muerte sabe que llegará un mundo espiritual desconocido que no depende de su control sino de la voluntad divina.

Todo ser humano ha de nacer, crecer y morir de acuerdo a la voluntad de Dios. Nadie ha podido volver de la muerte. Este es el destino de cada uno.

Yo volví de la muerte porque triunfé sobre ella, he prometido el regalo de la resurrección a todos los que me siguen. El pecado es la razón por la cual todos tienen que morir, por esto Adán y Eva recibieron la sentencia de volver al polvo de donde ellos habían sido creados.

Yo he venido a abrir las puertas del Paraíso Celestial, en el cual todos los elegidos empezarán su nueva vida después de la resurrección y vivirán en la gloria de la eternidad.

Todo aquel que medita sobre la muerte, siente temor del castigo de Dios por su pecado y comienza a prepararse para la vida eterna. Mi palabra es la semilla que crece y empieza a dar fruto en su alma, le señala el peligro y le conduce por el camino de la vida.

Muchos están interesados en saber cuando es el día del fin del mundo. A través de los siglos han habido falsas profecías y muchos han sido engañados. Yo les digo con sinceridad, que el fin le ha de llegar a cada uno el día de su muerte, por esta razón deben de prepararse porque nadie sabe ni el día ni la hora, solo mi Padre cuya autoridad es absoluta. Con respecto al final de los tiempos, también llegará su momento, pero esto no debe de ser preocupación para aquel que busca a Dios.

El Cielo y la tierra pasarán, todo lo material desaparecerá, pero mis palabras son las palabras que dieron origen a la creación, las palabras de la salvación, las palabras de la vida eterna que nunca perderán su valor. El que tenga oídos que escuche.

Autor: José de Jesus y María

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