Año C- 2o Domingo de Cuaresma
28 Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.Cuando se llegó el momento apropiado, Yo revelé el plan de mi Padre a mis apóstoles, el cual incluía todos mis sufrimientos y mi muerte en el Calvario para la redención de los hombres. Fue muy difícil para ellos aceptar que muy pronto se quedarían sin su Maestro.Invité mis tres apóstoles mas cercanos para que vinieran a rezar conmigo, sin embargo ellos se cansaron y se durmieron, así que dejaron de compartir mis oraciones. Hubo un momento cuando mi humanidad fue sobrepasada por mi divinidad, luego Moisés y Elías vinieron a verme y hablar conmigo. En medio de esta consolación mis apóstoles se despertaron y me vieron transfigurados en la luz de mi divinidad, luego vieron mis visitantes celestiales y en ese momento escucharon la voz de mi Padre diciendo “Este es mi hijo amado, escúchenle”. La participación en estos momentos divinos les causó gran sorpresa. Para comenzar tuvieron una mirada a mi divinidad, algo que les fortalecería su fe para los futuros sufrimientos que tendrían que soportar. Fueron muy afortunados de escuchar la voz de mi Padre que confirma mi Misión como su Palabra, quien urge a los hombres a que tomen ventaja del regalo celestial que ha sido enviado desde los cielos, el Hijo de Dios. Mi transfiguración es también la gran esperanza del hombre. Ustedes se volverán así cuando vengan cara a cara conmigo después de la resurrección, Hijos e Hijas de Dios, cuya humanidad será divinizada por la Gracia de mi Salvación. Pero mi trabajo ya está en ustedes, quienes han escuchado mis palabras y las han llevado a su corazón. Cada vez que ustedes rezan con fervor y cada vez que ustedes están conmigo en los sacramentos, ustedes están ante mi luz, la cual brilla a través de su oscuridad haciendo el trabajo de la transfiguración en sus almas, para que se puedan volver finalmente como Yo. Yo estoy constantemente purificando almas, para que puedan venir a disfrutar de las promesas que Yo le dado a todos los que creen en mí y siguen mis mandamientos. Mi Misericordia va más allá de mi Perdón, es el Poder de Dios que da la vida eterna. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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