Vete, y en adelante no peques más.

1 Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
4 y le dicen: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?
6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.
8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.
10 Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?
11 Ella respondió: Nadie, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.

Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.

No hay nada más repugnante ante la vista de Dios que el pecado. El precio de todos sus pecados fue pagado por mí con mis sufrimientos y mi muerte en la cruz.

Yo soy el Cordero de sacrificio de Dios que quita los pecados del mundo, por esta razón Yo vine al mundo a perdonar aun a los pecadores mas endurecidos. Cuando esta mujer en el evangelio fue cogida cometiendo adulterio, aquellos a su alrededor se llenaron de condenación. Ellos pusieron mi compasión a la prueba pero Yo les demostré mi Misericordia mientras al mismo tiempo les recordé que todos los hombres son pecadores.

Yo no miro las apariencias; miro derecho en el corazón. Veo los pecados del mundo, pero como un doctor que desea curar sus pacientes Yo deseo ardientemente la salvación de todos los hombres. Es muy triste mirar a una persona que se está haciendo daño, pero esto es lo que Yo veo en todos ustedes cuando pecan. Veo como ustedes tratan tan duro de matar sus almas diariamente y me causa pena en mi corazón que tantos ignoran mi sanación divina.

La Salvación comienza con el arrepentimiento, el cual es la llave de la vida espiritual. Una vez que la persona empieza ese cambio de corazón, mi gracia tiene el acceso a esa alma y Yo comienzo mi trabajo.

¿Cuándo entenderán ustedes que Yo les quiero ayudar? Por su propio bien, dejen su vida de pecado, váyanse y no pequen más.

Autor: José de Jesus y María