Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios. 
Manifestaciones dominicales del Espíritu Santo desde el Sagrado Corazón de Jesús  Alegraos conmigo. Evangelios Católicos, homilías - Mateo, Lucas, Marcos, Juan - Inspiraciones del Espíritu Santo

Año C  -  24o Domingo en tiempo ordinario

Alegraos conmigo.

Alegraos conmigo. Homilias Católicas - Sermones, reflexiones, inspiraciones y meditaciones de los evangelios - Inspiraciones del Espíritu Santo Lucas 15:1-32

1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle,
2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos.
3 Entonces les dijo esta parábola.
4 ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?
5 Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros;
6 y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido."
7 Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.
8 O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?
9 Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido."
10 Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
11 Dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.
13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos.
16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
20 Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies.
23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
25 Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
31 Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."

Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.

24o Domingo en tiempo ordinario - Alegraos conmigo. El mensaje del arrepentimiento es mi mensaje mas fuerte; el ver un pecador regresar a la gracia me da el gozo más grande. El arrepentimiento es el resultado de mi palabra, y el beneficio de esa nueva vida es la salvación. Yo estuve muy contento en medio de pecadores porque mi conversación los llevaba al arrepentimiento. Fui altamente criticado por hacer eso, pero déjenme asegurarles que mi gozo era grande cuando alguien dejaba sus caminos pecaminosos para seguirme.

Así que mi gozo es aun más grande que el del pastor que pierde su oveja y después la encuentra, o la mujer que pierde su moneda valiosa y luego la encuentra, o el gozo del padre del hijo pródigo que le da bienvenida a su hijo después de que se arrepiente.

Yo soy el Salvador del mundo, y mi mas grande gozo es traerle salvación a las almas. Cada uno es de gran valor para mí, porque cada uno me ha costado mi vida. Yo insistiré a través de la vida de cada persona declarando mi amor abiertamente hasta que el alma entienda mi llamado y se enamore de mí. Estoy preparado a perdonar porque esta es la perfección de mi amor misericordioso. Yo no miro a los pecados de ninguno, Yo miro al alma que esta pereciendo y necesita de mi amor sanador. Mi naturaleza es ser misericordioso para todos. No hay excepción.

Vengan a mi todos los que estén cargados con pecado y culpabilidad, déjenme sanar sus almas, déjenme renovarles con el infinito poder sanador de mi amor misericordioso; déjenme restaurarlos a la paz, al amor y al gozo. Arrepiéntanse de todos los pecados de sus vidas pasadas, mediten en el daño que le han causado a sus almas y en el insulto que le han dado a Dios, piensen que si Yo no les hubiera perdonado, ustedes estarían totalmente perdidos, véanme sufriendo y derramando mi sangre por ustedes, véanme crucificado por sus pecados y vengan a mí para obtener el perdón. Digan las palabras del hijo pródigo, “Padre, he pecado contra tí y contra el mundo, no merezco llamarme tu hijo, perdóname.” Esas palabras serán dulces a mis oídos, Yo miraré la humildad de sus corazones, al dolor que sienten por sus pecados y les concederé paz y sanación interior que les permitirá vivir de acuerdo al arrepentimiento.

Recen por todos sus hermanos y hermanas para que vengan a mí también, todos ellos me necesitan. Den testimonio de mi Misericordia Divina a todos y denles coraje para que vivan una vida santa. Yo he preparado un nuevo mundo de gozo para todos aquellos que quieran contemplar mis sufrimientos como manera de enmendar sus vidas. Mi sacrificio es el gran ofrecimiento de mi amor por ustedes, vengan al altar de mi sufrimiento y reciban mi amor.

Autor: José de Jesus y María

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