Apariciones

Profecías Bíblicas
Sobre el gran castigo


Indice:

  1. El gran aviso
  2. El gran castigo
  3. La solución
                            * Palabras de Nuestro Señor Jesucristo *
                             * Consejo de Nuestra Señora la Virgen * >>>
    1. Isaías
    2. Jeremías
    3. Ezequiel
    4. Joel
    5. Amós
    6. Abdías
    7. Sofonías
    8. Zacarías *
    9. Mateo
    10. Apocalipsis

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1. El gran aviso

  1. Isaías 34:4  se esfuma todo el ejército de los cielos. Se enrollan como un libro los cielos, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una hoja mustia de higuera.
  2. Apocalipsis 6:14-17 
    14   y = el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, = y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos;
    15    y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, = se ocultaron en las cuevas y en las peñas = de los montes.
    16    Y = dicen a los montes = y las peñas: = «Caed sobre nosotros = y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero.
    17    Porque ha llegado = el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?» =

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2. El Gran Castigo

    Isaías
    13:4-13   

4    ¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido estrepitoso de reinos, naciones reunidas! Yahveh Sebaot pasa revista a su tropa de combate.
5    Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, Yahveh y los instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra.
6    Ululad, que cercano está el Día de Yahveh, como la destrucción de Sadday viene.
7    Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite.
8    Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros llameantes.
9    He aquí que el Día de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores.
10    Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna,
11    pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré.
12    Haré que el hombre sea más escaso que el oro fino, y la humanidad más que metal de Ofir.
13    Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio, en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el día de su ira hirviente.


24:1 He aquí que Yahveh estraga la tierra, la despuebla, trastorna su superficie y dispersa a los habitantes de ella:

24:3. Devastada será la tierra y del todo saqueada, porque así ha hablado Yahveh.

24:19. Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambolea la tierra,
24:20. vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una cabaña; pesa sobre ella su rebeldía, cae, y no volverá a levantarse.
24:21  Aquel día castigará Yahveh al ejército de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra;    

50:3. Yo visto los cielos de crespón y los cubro de sayal.   

63:2. Y ¿por qué está de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero?
63:3    - El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. Los pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado.
63:4    ¡Era el día de la venganza que tenía pensada, el año de mi desquite era llegado!
63:5    Miré bien y no había auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase. Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo.
63:6    Pisoteé a pueblos en mi ira, los pise con furia e hice correr por tierra su sangre.
   

66:15. Pues he aquí que Yahveh en fuego viene y como torbellino son sus carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego.

66:16. Porque con fuego Yahveh va a juzgar y con su espada a toda carne, y serán muchas las víctimas de Yahveh.
   

    Jeremías

25:32. Así dice Yahveh Sebaot: Mirad que una desgracia se propaga de nación a nación, y una gran tormenta surge del fin del mundo.     

25:33. Habrá víctimas de Yahveh en aquel día de cabo a cabo de la tierra; no serán plañidos ni recogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra.

    Ezequiel

38:1    La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
38:2    Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Gog, en el país de Magog, príncipe supremo de Mesek y Túbal, y profetiza contra él.
38:3    Dirás: Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mesek y Túbal.
38:4    Yo te haré dar media vuelta, te pondré garfios en las quijadas, y te haré salir con todo tu ejército, caballos y caballeros, todos bien equipados, inmensa asamblea, todos con escudos y paveses, y diestros en el manejo de la espada.
38:5    Persia, Kus y Put están con ellos, todos con escudo y yelmo.
38:6    Gómer, con todas sus huestes, Bet Togarmá, en el extemo norte, con todas sus huestes, pueblos numerosos, están contigo.
38:7    Disponte y prepárate, tú y toda tu asamblea concentrada en torno a ti, y ponte a mi servicio.
38:8    Al cabo de muchos días, recibirás órdenes. Después de muchos años, vendrás hacia la tierra cuyos habitantes escaparon a la espada y fueron congregados de entre una multitud de pueblos en los montes de Israel, que habían sido un desierto permanente. Desde que fueron separados de los otros pueblos, habitan todos en seguridad.
38:9    Tú subirás, avanzarás como un huracán, como un nubarrón que cubrirá la tierra, tú y todas tus huestes, y los numerosos pueblos que están contigo.
38:10    Así dice el Señor Yahveh: Aquel día te vendrán al corazón proyectos y concebirás perversos planes.
38:11    Dirás: «Voy a subir contra una tierra abierta, marcharé contra gente tranquila que habita en seguridad. Habitan todos en ciudades sin murallas, sin cerrojos ni puertas.»
38:12    Irás a saquear, a hacer botín, a poner tu mano sobre ruinas repobladas, en un pueblo congregado de entre las naciones, entregado a reponer el ganado y la hacienda, que habita en el centro de la tierra.»
38:13    Sabá, Dedán, los mercaderes de Tarsis y todos sus leoncillos te dirán: «¿A saquear has venido? ¿Para hacer botín has concentrado tu asamblea? ¿Para llevarte el oro y la plata, para apoderarte de ganados y haciendas, para hacer un gran botín?»
38:14    Por eso, profetiza, hijo de hombre. Dirás a Gog: Así dice el Señor Yahveh: ¿No es verdad que aquel día, cuando mi pueblo Israel viva en seguridad, te pondrás en movimiento?
38:15    Vendrás de tu lugar, del extremo norte, tú y pueblos numerosos contigo, todos montados a caballo, enorme asamblea, ejército innumerable.
38:16    Subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que recubre la tierra. Será al fin de los días; yo te haré venir entonces contra mi tierra para que las naciones me conozcan, cuando yo manifieste mi santidad a sus ojos, a costa tuya, Gog.
38:17    Así dice el Señor Yahveh: Tú eres aquel de quien yo hablé antaño, por medio de mis siervos los profetas de Israel, que profetizaron en aquel tiempo, durante años, que yo te haría venir contra ellos.
38:18    Aquel día, cuando Gog avance contra el suelo de Israel - oráculo del Señor Yahveh - estallará mi furor. En mi cólera,
19    en mis celos, en el ardor de mi furia lo digo: Sí, aquel día habrá un gran terremoto en el suelo de Israel.
38:20    Temblarán entonces ante mí los peces del mar y los pájaros del cielo, las bestias del campo y todos los reptiles que serpean por el suelo, y todos los hombres de sobre la haz de la tierra. Se desplomarán los montes, caerán las rocas, todas las murallas caerán por tierra.
38:21    Convocaré contra él toda clase de terrores, oráculo del Señor Yahveh. Volverán la espada unos contra otros.
38:22    Le castigaré con la peste y la sangre, haré caer una lluvia torrencial, granizos, fuego y azufre, sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos que van con él.
38:23    Manifestaré mi grandeza y mi santidad, me daré a conocer a los ojos de numerosas naciones y sabrán que yo soy Yahveh.

39:21. Así manifestaré yo mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán el juicio que voy a ejecutar y la mano que pondré sobre ellos.
   

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2:1    ¡Tocad el cuerno en Sión, clamad en mi monte santo! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día de Yahveh, porque está cerca!
2:2    ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla! Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación.
2:3    Delante de él devora el fuego, detrás de él la llama abrasa. Como un jardín de Edén era delante de él la tierra, detrás de él, un desierto desolado. ¡No hay escape ante él!
2:4    Aspecto de corceles es su aspecto, como jinetes, así corren.
2:5    Como estrépito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crepitar de la llama de fuego que devora hojarasca; ¡como un pueblo poderoso en orden de batalla!
2:6    Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color.
2:7    Corren como bravos, como guerreros escalan las murallas; cada uno va por su camino, y no intercambian su ruta.
2:8    Nadie tropieza con su vecino, van cada cual por su calzada; a través de los dardos arremeten sin romper la formación.
2:9    Sobre la ciudad se precipitan, corren por la muralla, hasta las casas suben, a través de las ventanas entran como ladrones.
2:10    ¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor!
2:11    Ya da Yahveh la voz delante de su ejército, porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Yahveh, y muy terrible: ¿quién lo soportará?


3:4. 4    El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahveh, grande y terrible. [2:31]

4:14    ¡Multitudes y multitudes en el Valle de la Decisión! Porque está cerca el Día de Yahveh, en el Valle de la Decisión.
4:15   El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retraen su fulgor.
4:16    Ruge Yahveh desde Sión, desde Jerusalén da su voz: ¡el cielo y la tierra se estremecen! Mas Yahveh será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los hijos de Israel.
4:17    «Sabréis entonces que yo soy Yahveh vuestro Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Santa será Jerusalén, y los extranjeros no pasarán más por ella.»

5:20. ¿No es tinieblas el Día de Yahveh, y no luz, lóbrego y sin claridad?

15. Porque está cerca el Día de Yahveh para todas las naciones. Como tú has hecho, se te hará: sobre tu cabeza recaerá tu merecido.
   

1:14    ¡Cercano está el gran Día de Yahveh, cercano, a toda prisa viene! ¡Amargo el ruido del día de Yahveh, dará gritos entonces hasta el bravo!
1:15    Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla,
1:16    día de trompeta y de clamor, contra las ciudades fortificadas y las torres de los ángulos.
1:17    Yo pondré a los hombres en aprieto, y ellos como ciegos andarán, (porque pecaron contra Yahveh); su sangre será derramada como polvo, y su carne como excremento.
1:18    Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahveh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues él hará exterminio, ¡y terrorífico!, de todos los habitantes de la tierra.

Zacarías

13:8 Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Yahveh - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella.
   

13:9 Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!»

24:21. Porque habrá entonces una gran = tribulación, cual no la hubo = desde el principio del mundo = hasta el presente = ni volverá a haberla.
24:22. Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.
   

24:29. «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.
   

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6:12   Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre,
6:13    = y las estrellas del cielo cayeron = sobre la tierra, = como la higuera = suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte;
   

6:17. Porque ha llegado = el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?» =

14:14. Y seguí viendo. Había = una nube = blanca, = y sobre la nube = sentado = uno como Hijo de hombre =, que llevaba en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada.
14:15    Luego salió del Santuario otro Angel gritando con fuerte voz al que estaba sentado en la nube: = «Mete tu hoz = y siega, porque ha llegado la hora de segar; = la mies = de la tierra = está madura.» =
14:16    Y el que estaba sentado en la nube metió su hoz en la tierra y se quedó segada la tierra.
14:17    Otro Angel salió entonces del Santuario que hay en el cielo; tenía también una hoz afilada.
14:18    Y salió del altar otro Angel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con fuerte voz al que tenía la hoz afilada: «Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque están en sazón sus uvas
14:19    El Angel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y lo echó todo en el gran lagar del furor de Dios.
14:20    Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad y brotó sangre del lagar hasta la altura de los frenos de los caballos en una extensión de 1.600 estadios.

3 La solucion Habla Nuestro Señor y la Virgen

Marcos

1: 15 «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva

Lucas

13: 4 O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén?

5    No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo
   

Juan 2:5

Dice su madre a los sirvientes: = «Haced lo que él os diga.» =
   

*


Nuestro Señor dice:
Si no os convertís, todos pereceréis !

La Virgen dice:
Haced lo que El os diga !

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Aparicionesarriba

El Trabajo de Dios - Apariciones de la Virgen María

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