Año B- Cuarto Domingo en tiempo ordinario
21 Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar.
Inspiración del Espíritu Santo - Desde el Sagrado Corazón de Jesús.![]() Tan pronto como Yo empecé a enseñar en la sinagoga, todos estaban sorprendidos de escuchar lo que escuchaban, de ver lo que veían y de experimentar una presencia que no habían sentido antes. Ellos no estaban escuchando a otro ser human lleno de pecado y orgullo que estaba mal-usando su autoridad, de repente escucharon palabras directas de la boca de Dios. Yo vine al mundo con la autoridad de mi propia palabra, una voz que comanda cada vez que habla. Mi palabra tiene el poder de crear. Esta es la voz que cambia la oscuridad a la luz, la muerte a la vida y los pecadores a santos. Detrás de mis palabras estaba el poder de Dios probando que Yo fui enviado del cielo a este mundo. Yo hablé con la sabiduría de Dios, con una elocuencia nunca antes escuchada que estaba llena de humildad. Yo vine a renovar el mundo. Mis palabras son vida, por eso Yo los llamo a que las escuchen y las pongan en práctica. Yo les desafío a que cambien, a que se vuelvan como Yo. Yo no forzo a ninguno a que me siga, pero aquellos que me siguen encuentran paz, gozo y vida eterna. Mis evangelios contienen todas las enseñanzas necesarias para facilitar el cambio requerido en cada alma. Yo hablé con palabras simples, llenas de significado, para que todos me pudieran entender. Yo no paré allí. Yo sigo llamando a cada uno en el silencio de sus corazones para que me escuchen, para que enmienden sus vidas y vivan de acuerdo a mis deseos. MI querida alma, Yo te estoy hablando en este momento. No te alejes de mi, no me rechaces. Todo lo que Yo quiero es tu aprecio por lo que Yo estoy haciendo por ti. Por eso detente y medita, reza y abre tu corazón, desea que el Espíritu Santo te hable en tu corazón y tu escucharás mis palabras claramente. No tengas temor, dale una oportunidad al espíritu, no lo bloquees con tu intelecto, vuélvete como un niño y recuéstate sobre mí. Yo me volví un niño por causa de todos, para que nadie se pudiera sentir inferior a mí. Yo me volví hombre como uno de ustedes, para demostrar mi amor por todos. Yo enseñe muy profundamente con mis palabras. Ahora te hablo, para que tu puedas escucharme personalmente. Yo morí por tus pecados para que tu puedas confiar en mí, el Señor tu salvador, quien te ama pacientemente. Autor: José de Jesus y María Lista de
Homilias - Evangelios Catolicos
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