Luego de leer estas líneas entenderás el gran tesoro de la Santa Misa.

1 A la hora de tu muerte, tu mayor consolación será las Santas Misas que durante tu vida asististe.

2 Cada Santa Misa que asististe te acompañará al Tribunal Divino y abogará para que alcances el perdón.

3 Con cada Santa Misa puedes disminuir el castigo temporal que debas por tus pecados, en proporción con el fervor que la vivas.

4 Con la asistencia devota a la Santa Misa rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor. La Santa Misa bien asistida o escuchada suple tus mayores negligencias y omisiones.

5 Por la Santa Misa bien escuchada se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni siquiera te acuerdas. Por ella pierde también el demonio el dominio sobre ti

6 Además, con la Santa Misa ofreces el mayor consuelo a las almas benditas del Purgatorio.

7 Una Misa asistida mientras vives te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de tu muerte.

8 Te libras de muchos peligros y desgracias, en los cuales quizás caerías si no fuera por la Santa Misa.

9 Acuérdate también de que con ella acortas tu purgatorio.

10 Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del Sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.

11 Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.

12 Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.

13 Cuando atendemos Misa en honor de algún Santo Particular, dando gracias a Dios por los favores pedidos a este Santo no podemos menos que ganarnos su protección y amor especial, por el gozo y felicidad que sigue con sus obras.

14 Todos los días que asistimos a la Santa Misa estaría bien, que además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

IMPRIMATUR:
Juan J. Clennon
Arzobispo de St. Louis.
Septiembre 26, 1909

Este mensaje viene con una nota: "Estas líneas son un tesoro, no las desperdicies. Comparte esto, espero que será muy útil."

El valor de la Santa Misa

El valor de la Santa Misa es inapreciable, pues tiene valor infinito por que es obra de Dios y no de los hombres.

La Santa Misa es una renovación del Sacrificio del Calvario de manera no sangrienta, es la expresión máxima del amor de Dios porque el Padre recibe el sacrificio de su hijo por medio del Sacerdote para perdonar nuestros pecados.
 

En la Santa Misa nos unimos a Jesús, el Sumo Sacerdote de la Orden de Melquisedec a través del Sacerdote ungido para su ministerio por la orden dada a la Iglesia. Nos unimos como pueblo sacerdotal al sacrificio de Jesús y elevamos nuestras vidas y nuestras necesidades unidas al Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús.
 

En la Santa Misa, Cristo entra en nosotros a través de la Sagrada Eucaristía, y nosotros entramos en Él.
 

La Sagrada Comunión es esa unión común de Dios con el hombre, sacramento que también se expone para adoración.
 

El trabajo de Dios
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