Oración
del Santo Padre para el Jubileo 2000.
Señor Jesús, Señor de la Historia,
quien vino a la plenitud del tiempo, prepara nuestros corazones para celebrar
con fe el gran Jubileo del año 2000, para que pueda ser un año
de gracia y misericordia.
Dános un corazón humilde y simple,
un corazón que sepa como contemplar con creciente maravilla el misterio
de la Encarnación, porque Tu, Hijo del Altísimo te haz vuelto
nuestro Hermano en el vientre de la Virgen María, santuario del
Espíritu.
[Gloria y alabanza a Ti, Señor Jesucristo,
ahora y siempre!]
Jesús, origen y realización de todo
hombre, torna nuestros corazones hacia Ti, para que podamos abandonar los
caminos del error y caminar en tus pasos, en el camino que lleva a la vida.
Capacítanos para vivir nuestra fe plenamente
de acuerdo a las promesas que hicimos en el Bautismo. Que podamos ser de
esta manera testigos sin miedo de tu Palabra para que la luz dadora de
vida del evangelio pueda brillar en nuestras familias y en nuestra sociedad.
[Gloria y alabanza a Ti, Señor Jesucristo,
ahora y siempre!]
Jesús, poder y sabiduría de Dios, créa
en nosotros un amor por las Sagradas Escrituras donde resuena la voz del
Padre, la voz que ilumina e inflama, que nutre y consuela.
Palabra del Dios Vivo, renueva la confianza misionaria
de la Iglesia, para que la gente pueda venir a conocerte, verdadero Hijo
de Dios y verdadero Hijo de hombre, el Mediador entre el hombre y Dios.
[Gloria y alabanza a Ti, Señor Jesucristo,
ahora y siempre!]
Jesús, fuente de unidad y paz, fortalece los
lazos de unidad dentro de la Iglesia , intensifica el movimiento ecuménico,
para que tus discípulos, a través del poder de tu Espíritu,
puedan todos ser Uno.
Tu Quien nos has dado como regla de vida el mandamiento
nuevo del Amor, transfórmanos en constructores de un mundo verdaderamente
unido, donde la guerra de paso a la paz y la cultura de la muerte a un
compromiso a la vida.
[Gloria y alabanza a Ti, Señor Jesucristo,
ahora y siempre!]
Jesús, Único Hijo del Padre, lleno
de gracia y verdad, luz que ilumina a todos los hombres, da tu vida
en abundancia a aquellos que te buscan con un corazón sincero.
A Ti, Redentor de la humanidad, el comienzo y el
fin del tiempo y del universo, al Padre, fuente inagotable de toda bondad,
al Espíritu Santo, sello de amor infinito, todo el honor y la gloria
ahora y siempre. Amen.
|