El Trabajo de Dios

Encuentro con Jesus 14 - Tipos y grados de oración

Encuentro con Jesus 14 - Tipos y grados de oración

Autor: José de Jesús y María
Encuentro con Jesus 14 - Tipos y grados de oración

Encuentro con Jesús 14

Bendito sea el Señor que nos reúne de nuevo para acercarnos más a Él.

Señor Jesús bendícenos con tu Gracia, con el Amor de Dios el Padre y con la comunión del Espíritu Santo

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Nos sentimos felices de estar de nuevo en este Encuentro con Jesús, y para entrar en comunión espiritual le pediremos perdón, le daremos alabanza, agradecimiento, adoración y luego leeremos el evangelio. Jesús nos explicará su Palabra. Hablaremos sobre los grados y tipos de oración y concluiremos con una oración de sanación. Monseñor Carlos Arturo Quintero nos dará su bendición.

Perdónanos Señor

Señor Jesús. Con humildad empezamos pidiéndote tu perdón, ya que somos imperfectos y te ofendemos, pero tu eres Misericordia Infinita.

Señor Jesús, venimos ante ti con un corazón humillado y contrito, tu nos has perdonado, pero las cicatrices del pecado nos acusan desde lo más profundo del alma. Para ti todo es un eterno presente y nuestro pecado siempre está ante ti, allí en la cruz tú te apiadas de nosotros y nos reconcilias con el Padre, allí tú desarmas la Justicia Divina y nos consigues el regalo de la Paz.

Señor, pedimos perdón por toda la humanidad, y por los que se unen con nosotros en oración por este medio. Que tu paz descienda sobre todos nosotros.

Señor, danos la Gracia de detestar el pecado y la maldad de Satanás, danos la gracia de no volverte a ofender.

Alabanza para el Señor

Alabanza para ti Dios Padre, alabanza para ti Jesús nuestro Dios y alabanza para ti Espíritu Santo.

Que nuestro corazón sea siempre una fuente efervescente de continua alabanza y agradecimiento para ti Señor que nos has dado todo lo que podemos tener.

Dios lleno de bendiciones y amor, tu eres digno de alabanza y adoración de todas tus criaturas, porque tu nos has creado de la nada, tu no necesitas de nosotros pero nosotros si necesitamos y dependemos de ti, por eso nos unimos a todos los ángeles y a los santos para vivir nuestra vida como un himno de continua alabanza y gozo de poder ser hijos tuyos.

La creación se mueve diariamente y disfruta el regalo de la existencia, que todas tus obras te alaben Señor, que toda la naturaleza te sonría diariamente, que todos los animales y las criaturas que tienen vida te glorifiquen con sus cantos y sus movimientos. Que el hombre no se deje distraer por lo creado y que eleve su corazón todos los días en alabanza para ti, para poder así unirnos con toda la creación y glorificar tu Santísimo Nombre.
Alabado seas Señor

Demos gracias al Señor - Encuentro con Jesús 14

Si recibo tanto de ti Señor, ¿Cómo no voy a vivir siempre agradeciéndote por tus maravillosos regalos?

Gracias continuas, gracias infinitas para ti Señor Dios Padre Eterno, Divina Voluntad, fuente de todo bien. Gracias papito Dios porque me has hecho tu hijo – tu hija, y aquí al hablarte me escuchas y te complaces de nuestra humilde oración.

Gracias Señor por el regalo de la vida, por que la sostienes y nos has enviado a tu Hijo para que nos abriera el camino de regreso a tu Casa Celestial. Gracias Padre amado porque nos has dado tu Espíritu Santo el cual nos enseña, nos guía, nos fortalece, nos conforta, nos sana y nos santifica.
Gracias Señor por habernos dado a la Santísima Virgen María, modelo de santidad que nos inspira a ese amor que conquistó el trono de la Santísima Trinidad.

Adoremos al Señor

Espíritu Santo purifícanos…. Y eleva nuestras almas como fuego ardiente para adorar en el trono del Altísimo.

Señor, permite que nuestra oración se perfeccione siempre y se convierta en adoración, te adoramos Señor en Espíritu y en Verdad.

Los Serafines arden sin cesar en continua adoración, danos la gracia de elevar nuestro espíritu con fervor para ofrecerte nuestra adoración.

Te adoramos Señor Padre, Hijo y Espíritu Santo, Divina Voluntad, Palabra Eterna y Amor del Padre y del Hijo. Te adoramos Señor en nuestro corazón, en todos los templos de tu Espíritu, en todos los sacramentos de la Iglesia, en todas las hostias consagradas, en todas las Santas Misas, presentes, pasadas y futuras y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Invocación del Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazon de María tu amadísima esposa.

Ven Espíritu Santo, ven fuego de Amor Divino, ven esplendor del Padre y del Hijo, ven, ven.
Desciende Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, poder de lo alto que das vida y sostienes la creación, desciende desde los cuatro vientos para que le des vida a estos huesos, a estos muertos vivos por causa del pecado, ven para que purifiques con tu fuego sanador y renueves tu creación en cada uno de nosotros. Ven para que animes nuestras vidas, ven Señor, actúa en nosotros, piensa en nosotros, muévete en nosotros, vive en nosotros, nunca nos dejes solos.

Ven fuego de Amor Divino para que establezcas tu hoguera en este corazón frío que desea arder de amor.

Ven ayudante de las almas, necesito hacerlo todo contigo para estar seguro de darle gloria a Dios.

Ven consejero de las almas, guíame con tus inspiraciones divinas.

Ven Divino Maestro, predica constantemente en este tu templo que solo quiere escuchar tu voz.

Ven doctor de las almas, dame tu sanación.

Ven Espíritu de la Voluntad del Padre, enséñame a hacer en todo momento la Divina Voluntad.

Ven Espíritu de la Palabra de Dios, clava tu espada en mi corazón y establece la ley de Dios en mí, para que no me salga del camino de Jesús.

Ven Amor del Padre y del Hijo, conviérteme en un templo del Amor de Dios, llena cada célula de mi cuerpo, mente y alma con el fuego de Amor Divino, purifícame para la Gloria de Dios.

Palabra de Dios - Lectura del santo evangelio según san Lucas
Capítulo 1: versículos 1-4 Capítulo 4 versículos 14-21


Evangelio explicado por Jesús

Sobre la Virgen María

Santísima Virgen María, madrecita santa. Gracias por ser la Madre de nuestro Señor y Salvador.

Bendita seas Virgen María entre todos los seres humanos. Tu alcanzaste lo que ninguno puede alcanzar, lograste ser la Hija perfecta y preferida de Dios el Padre, te convertiste en la Madre de Dios, eres la Esposa del Espíritu Santo.

Tu santidad sobrepasa la imaginación de todos los seres humanos porque solo tú eres Santa como Dios.
Esa unión hipostática de Dios con el hombre que se realizó en tu vientre es lo más hermoso que le ha acontecido a la humanidad. Dios, el Verbo Eterno, la Palabra que lo creó todo descendió a tu vientre y se unió a tu sagrada humanidad para formarse como Jesús, nuestro Señor y Salvador.

¿Quien como tu?
Verdadero Trono de la Santísima Trinidad, divino modelo para todas las almas, tu eres el espejo de la divinidad, tu fuiste llenada de la Gracia para permitir que la Gracia de Dios en tu Hijo Jesús fluyera para toda la humanidad.

Bendito y alabado sea Dios porque nos ha dado una nueva Eva, toda bella, toda pura, toda santa, toda inmaculada.

Bendita tu Virgen María porque además de ser madre de Dios eres nuestra madre, y toda esa ternura de Dios la encontramos en ti. Tú sin ser Dios nos das la ternura maternal de Dios.
Como madre tú nos cuidas y nos das tus inspiraciones maternales para estar siempre con Jesús; esa frase de los evangelios vive en nuestro corazón. “Hagan lo que Él les diga.”

Jesús Eucaristía

Bendito seas Señor Jesús nuestro Dios, tan grande que eres y tan pequeño que te haces en la hostia consagrada.

Bendito seas Jesús, pan de la vida que después de tu muerte te reencarnas a través de las manos del Sacerdote en el Altar y nos da el remedio de nuestras almas, tu cuerpo y sangre bendita que le da vida a tu Iglesia, la cual bendices hasta el final de los tiempos.

Bendito seas Señor Jesús, hostia viva que deseas reposar en nuestro corazón para darnos el alimento del alma, para sanar las llagas de nuestros pecados y para purificarnos para la vida eterna.
Gracias Señor por compartir tu Sagrada Humanidad con nosotros en cada hostia consagrada.
Encuentro con Jesús 14 - Tema de este día - La OraciónLa oración es el medio que Dios le ha dado al hombre para que le hable y así Él nos pueda responder.

Existen cuatro grados de oración en los cuales hacemos oración con el cuerpo, la mente, el alma y el espíritu.

En el primer grado se busca al Señor, en latín se llama lectio, que significa lectura. Se hace con la oración del cuerpo, o de los sentidos, la cual es la misma oración verbal, o la lectura espiritual o de la biblia, los salmos o cualquier oración leída o escuchada. Es como cuando se lleva la comida a la boca.
En el segundo grado encontramos al Señor, en latín se llama meditatio o sea la meditación. Es la oración que hacemos con la mente, es cuando usamos la inteligencia y la razón para meditar y comprender lo que oramos. Es lo mismo que masticar la comida espiritual de la oración.

En el tercer grado le tocamos la puerta al Señor. en latín se llama oratio o sea oración. Corresponde al momento en que nuestra oración es hecha con las potencias del alma que son la memoria, el entendimiento y la voluntad, con ellas elevamos el propósito de la oración al Señor, ya sea que pidamos, intercedamos, alabemos, o demos gracias. Es como sentir el sabor real de la oración y empezar el proceso de la digestión.

En el cuarto grado de la oración sentimos como el Señor nos abre la puerta y nos deleitamos ante el Señor y en el Espíritu podemos entrar. En latín se llama contemplatio o sea contemplación. Este el grado de oración en cual hacemos nuestra oración elevando el Espíritu.

En este estado de oración contemplativa estamos frente al Señor, y ya no es tan importante hablarle al Señor, porque es más importante que le escuchemos. Aquí le abrimos el corazón totalmente y le decimos: “Habla Señor que tu siervo escucha.”

Es el momento perfecto para hacer nuestra adoración en Espíritu y en Verdad.

Si Dios quiere hablaremos sobre la Adoración en nuestro próximo programa.

También existen varios tipos de oración los cuales debemos de hacer en el mejor orden posible.
Antes de cualquier oración, debemos de purificarla en la humildad, esto lo podemos hacer pidiendo la asistencia de la Virgen María, de los ángeles y de los santos, así no hacemos nuestra oración solos y conseguimos más mérito.

La humildad es la plataforma de la santidad, en ella sentimos esa pequeñez ante Dios y elevamos nuestra oración dándole respeto y dignidad por ser nuestro Dios.

El primer tipo de oración que debemos de hacer es la oración de arrepentimiento, pedimos perdón, porque somos pecadores, todos hemos ofendido gravemente a Dios, todos lo hemos crucificado personalmente y él personalmente nos ha salvado a cada uno.

Luego hacemos la oración de alabanza, en ella meditamos la grandeza de Dios, la perfección de sus obras, la hermosura de sus Divinos atributos y lo exaltamos sobre todas las cosas y sentimos gozo de estar unidos con todos los ángeles y los santos que le alaban y le adoran sin cesar.

Luego hacemos oración de agradecimiento, recordamos todas las cosas buenas que el Señor ha hecho por nosotros, le damos gracias por la vida, porque la sostiene con su amor poderoso y generoso, le agradecemos por nuestra familia y por todas las cosas que tenemos y somos.

Luego podemos hacer oraciones de intercesión en las cuales traemos las necesidades de la Iglesia, los sacerdotes, los países, nuestras comunidades, nuestras familias, amigos, etc.

Finalmente pedimos por nuestras necesidades.

Es de anotar que es más importante pedir por los demás que pedir por nosotros, pues el Señor conoce nuestra necesidad, y Él nos pide “Buscad primero el Reino de los Cielos, todo lo demás se os dará por añadidura.”

El tipo de oración que más le agrada a Dios es la Adoración, porque en ella nosotros glorificamos a Dios y hacemos reparación por toda la indiferencia que le hacemos los seres humanos. Es muy importante adorar al Señor en el Santísimo Sacramento del Altar.

La Oración más perfecta que existe después del Padre Nuestro, Ave María y Gloria, es la Santa Misa, en la cual entramos al Calvario uniendo nuestras oraciones con las de Cristo crucificado.

Que todas nuestras oraciones y devociones se hagan siempre participando las necesidades del prójimo como lo hacemos en el Padre Nuestro.

Oración de sanación

Señor Jesús crucificado, te pedimos perdón por nuestros pecados y venimos con humildad a pedir sanación del cuerpo, la mente y del alma.

Pasa entonces por nuestra vida, desde el comienzo sanando, liberando, purificando y santificando.

Saca todo resentimiento, toda mancha de pecado, toda culpa. Rompe toda atadura, todo lazo y todo compromiso con el demonio. Libéranos del demonio por el poder de tu Santísimo Nombre y por los méritos de tus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de la Santísima Virgen María.

Señor Jesús, recibe también todas nuestras cargas, problemas, necesidades, enfermedades, todo aquello que nos está haciendo sufrir. Tú lo llevaste todo en tu cuerpo crucificado y por tus santas llagas todos somos sanados.

Convierte nuestros deseos en tu querer para que se haga tu voluntad y no la nuestra. Te lo pedimos todo por la intercesión de la Virgen María nuestra madre dolorosa.

Te necesitamos, de deseamos, te adoramos Señor, responde nuestra oración. Encárgate de todo.
Así llegamos al final de este Encuentro con Jesús, que El Espíritu Santo llene tu vida querido hermano, querida hermana. Todo por Cristo, con Él y en Él para la Gloria de Dios el Padre. Amén.


Tu que me escuchas, participa este programa, evangeliza, esa es la voluntad de Dios. Cada uno de nosotros somos llamad os a ser un Cristo para los demás.

Que el Señor te bendiga y te guarde, que te llene de su luz y de su Gracia, te muestre su rostro, te de la santidad y te llene de Paz.
Amén.

Terminamos con la bendición del Padre Gabriel Arias, Párroco de la Catedral de Armenia Quindío:
Un saludo para todas las personas que en este Jueves participan de nuestro programa Jueves Sacerdotal, para orar por la iglesia, por el papa, los obispos, los sacerdotes. Pidamos la santificación de la iglesia y el aumento de las vocaciones. Que el señor a todos los bendiga, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Padre Gabriel desde la catedral diocesana de Armenia les agradece.

Encuentro con Jesús 14


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