El Trabajo de Dios

Encuentro con Jesus 8 - Amor a la Virgen María

Encuentro con Jesus 8 - Amor a la Virgen María

Autor: José de Jesús y María
Encuentro con Jesus 8 - Amor a la Virgen María

Encuentro con Jesús 8

Que maravilloso es buscar al Señor y tener la bendición de encontrarnos con Él. Así de nuevo en su santo nombre nos reunimos sabiendo de antemano que el Señor se complace en escucharnos y complacernos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy primero que todo vamos a pedirle perdón al Señor por nuestros pecados.
Que su Preciosa Sangre nos cubra y proteja, que nos llene de su Espíritu Santo. Luego le alabaremos, le daremos gracias y le haremos adoración.

Jesús nos explicará el Evangelio y luego hablaremos de la Eucaristía, en el tema del día meditaremos en las Glorias de la Santísima Virgen María Finalizaremos nuestro encuentro con Jesús haciendo una oración de liberación y sanación. Que bueno es estar con Jesús.
Gracias Señor.

Somos pecadores

Para entender que hemos ofendido al Señor, es muy importante hacer un examen de conciencia minuciosamente, analizando ampliamente los diez mandamientos. También debemos mirar si hemos fallado en la caridad con el prójimo.

Solo una cosa me puede separar de ti Señor, el pecado.

Por eso te pido que me perdones porque mis pecados te han crucificado y aún después de la resurrección llevas las cicatrices de nuestras ofensas. Meditaré diariamente tu pasión para recordar como cuando te coronaron de espinas era mi orgullo el que te punzaba la cabeza, cuando te flagelaron tu cuerpo, era mi lujuria y mis inclinaciones carnales que te herían, cuando te traspasaron tus manos eran mis malas obras las que te crucificaban, cuando te traspasaron los pies eran mis malos pasos los que te crucificaban. Perdóname Señor que mis pecados te causaron la muerte. Me arrepiento Señor, perdóname.

Encuentro con Jesús - Alabemos al Señor

La alabanza desata el Poder, el Amor y la Gracia de Dios, para nosotros, le toca el corazón a Dios y se convierte en una fuente de bendiciones, la cual necesitamos en nuestra vida.
El Rey David nos enseñó con su alabanza que la vida es un continuo intercambio de pensamientos con el Señor, nosotros le alabamos y el Señor nos responde con su Bondad Infinita.

Mientras más alabamos al Señor, más gozo sentimos en el corazón, su Espíritu Santo nos llena y se manifiesta en nuestra vida llenándonos con Sabiduría y manteniéndonos en estado de gracia.
Bendito y digno es el Señor de la alabanza de sus criaturas, pues el nos ha creado, nos sostiene y nos contiene en su plan eterno. No existe ninguna manera perfecta de agradecer y alabar al Señor por sus infinitas bondades, por esto, todos tenemos una deuda de gratitud y de alabanza, que solo pagaremos en la eternidad, pero es importante empezar a hacerlo desde ahora.

Bendito y alabado y adorado sea nuestro Dios Todo Poderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, bendito sea su Amor Infinito que nos ha hecho hijos suyos y nos tiene preparada la Gloria para toda la eternidad.

Demos gracias al Señor

El agradecimiento es la forma más popular de mostrar nuestro aprecio a los que nos ayudan o hacen algo bueno por nosotros. ¿Cuanto más debemos de agradecerle a Dios que nunca para de hacer cosas buenas en nuestra vida?

Señor Dios Rey Supremo, creador nuestro y de todo lo que existe. Todo lo sostienes con tu Espíritu de Amor.

Tus bondades son una fuente infinita que nunca para, pues tu das y das y das, y sigues dando. No te cansas de ser generoso, nos das física y espiritualmente, nos tratas con amor inigualable.

Todas tus riquezas están destinadas a ser nuestras, lo has dado todo; pues aun tu sagrada humanidad la sacrificaste por nosotros, que siendo pecadores y ofendiéndote hasta el pecado de llevarte a la muerte, no te molestó, más bien lo hiciste con amor exagerado por nosotros.

Y en esa Misericordia Infinita nos esperas con los brazos abiertos para darnos aún más de lo que humanamente entendemos.

Bendito seas. Gracias infinitas Señor.

Encuentro con Jesús - Adoremos al Señor

Que bueno sería sentir esa llama de amor de los serafines. Pues ellos te alaban continuamente Señor, ellos no se cansan de reconocer tu Santidad. Mientras tanto te elevamos el alma en adoración unidos a la Virgen María, los ángeles y los santos.

Te adoramos Señor Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoramos en tu Presencia Eucarística, Emanuel, Dios con nosotros, te adoramos en nuestro corazón porque allí también estás.
Te adoramos y queremos hacer reparación por todos los que no te aman, ni te alaban, ni te dan gracias, ni te adoran, ni te glorifican.

Que nuestras almas ardan con el fuego seráfico de adoración, que nuestra vida sea para ti siempre una ofrenda continua de alabanza, adoración, agradecimiento, intercesión y reparación.
Que te adoremos constantemente en tus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de la Santísima Virgen María.

Toda alabanza, agradecimiento, honor, y toda Gloria para ti Señor, ahora y siempre.
Te adoramos, te adoramos, te adoramos Señor. Danos la gracia de adorarte más y más y más. Como la Virgen María, los ángeles y los santos. Y así como serafines ardientes vivir en el gozo de tu Presencia. Amén.

Protección y Liberación

El demonio no puede hacer nada contra Dios, por eso en su venganza siente envidia por nosotros los seres humanos que seremos elevados a la gloria y poseeremos esos privilegios que Él perdió con su orgullo.

Señor Jesús, tu Preciosa Sangre es el arma poderosa que nos libera del enemigo. Nuestras heridas en el alma son sanadas por tus Santas Llagas, nuestras almas manchadas por el pecado son purificadas y glorificadas por tu Preciosa Sangre.

Hoy te pedimos nos liberes de la influencia del demonio, rompe Señor todas las cadenas que nos amarran a él, rompe todos los lazos, las ataduras, destruye su influencia y su maldad. Libéranos Señor por los méritos de tu Encarnación, Vida, Pasión, Agonía y Muerte.

Llénanos de tu Luz, para que el Rey de la oscuridad no se nos pueda acercar. Crucifica nuestras almas a la tuya para que allí vivamos seguros de estar siempre en ti.

En tu Santo Nombre Señor Jesús y por el poder de la Santa Cruz, le ordenamos al enemigo de nuestra salvación que se retire de nuestras vidas y no vuelva más.

Tuyo es todo el poder para aplastarle, tuyo es el poder aún en tu santo nombre para vencerlo y arrojarlo al infierno, tuyo es el trono en nuestro corazón que compraste con tu Preciosa Sangre, por eso nunca permitiremos que el enemigo reine en nosotros.

Séllanos Señor en tu Preciosa Sangre, guárdanos en tus santas llagas, únenos al poder y a la Gracia que hay en la Virgen María, en San Miguel Arcángel, en el Santo de este día y en todos los ángeles y los santos.

Con la Virgen María decimos "¿Quien como Dios que vive y reina en las alturas?"
Con Moisés decimos, "Señor, lucha todas nuestras luchas y gana todas nuestras batallas. "
Con Josué decimos, "Nosotros y nuestra casa, serviremos al Señor."
Nos entregamos totalmente a ti, Señor. Encárgate de todo.

Todo esto lo pedimos en tu Santo Nombre, Jesús, Divino Salvador.

Invocación del Espíritu Santo

El Espíritu Santo es el poder de Dios en acción. Nunca deja de manifestar su infinito poder y nos llena de todos sus dones cuando abrimos el corazón con humildad y pedimos su santa unción.

Señor, perdona nuestros pecados y llénanos de tu Espíritu Santo.

Tú nos has hecho templos de tu Espíritu, reconocemos que hemos llenado este templo santo de los espíritus del mundo, de nuestro amor propio y de la influencia del maligno.

Cierra tus ojos hermano, hermana. Abre tu corazón con confianza, pues Dios quiere reinar en tu vida y solamente con un acto de entrega total lo podemos conseguir.

Permite que el Espíritu Santo posea tu vida, que entre en ti, que piense en ti, que actúe en ti y que llene tu templo con su Presencia y su Gracia.

Dios te ama tanto y te ha creado para que te llenes de Él, aprovecha este momento en el cual estamos orando para este fin. Llénate del Espíritu Santo, siente su aliento dándote vida, siente su presencia vibrando en todo tu ser, siente ese calor del fuego de su amor que te purifica y te anima.

Siente como Dios verdaderamente nos ama y nos da estas consolaciones de su Presencia, cuando deseamos que su Espíritu reine en nosotros.

Deja que el Espíritu Santo reine en ti y conciba su amor así como lo hizo en la Virgen María.
Permite que el fuego del Amor Divino te purifique, que llene tu humanidad, que te llene de Paz, Alegría, Gozo, y que se entrone permanentemente en ti.

Glorifica al Padre y al Hijo, dejando que el Espíritu Santo viva en ti.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas
Tercer Domingo de Adviento - Lucas 3:10-18

Evangelio explicado por Jesús

Jesús Eucaristía

En el Sacramento de la Sagrada Eucaristía, tenemos el encuentro más hermoso con Jesús, pues recibimos su Precioso Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Jesús comparte toda su Sagrada Humanidad con nosotros.

La Santa Misa es el acto de adoración más perfecto que existe, pues en ella se trasciende el tiempo y la eternidad. Se trasciende el tiempo porque nos permite entrar en la omnipresencia de Dios que nos lleva al Calvario a participar de su sacrificio en la cruz y se trasciende en la eternidad por que es el momento de la
Gloria de Cristo nuestro Salvador que aunque estamos en el tiempo nos permite entrar espiritualmente en su Reino Eterno.

Aunque recibimos una hostia consagrada, blanca, limpia y aparentemente sin vida, estamos realmente recibiendo la Santa Humanidad quebranta de Cristo. El Sacerdote nos llama a ofrecer el Sacrificio al Padre Eterno con Cristo, por Él y en Él.

Para ofrecerlo en Él, debemos meditar que estamos recibiendo sus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de su Madre Santísima, estamos uniéndonos a su Sacrificio Eterno que quita los pecados de toda la humanidad.

De aquí la importancia que tiene el vivir la Santa Misa con profunda adoración y recogimiento.
En este sacrificio santo debemos traer todas nuestras intenciones y ofrecerlas al Padre, no existe oración más poderosa que esta.

Tema de este día - Amor a la Santísima Virgen María

Si no hubiera existido la Virgen María, nosotros estaríamos todavía bajo la esclavitud del demonio, nuestra salvación estaría en duda y no tendríamos a Jesús como nuestro Dios, Señor y Salvador.

La Virgen María fue concebida Inmaculada, y nunca ofendió a Dios ni siquiera con un pecado venial. Esta perfección de su alma era digna para que el Espíritu de Dios increado en la persona del Hijo que es la Palabra de Dios, descendiera a su vientre para remedio de toda la humanidad.

Dios la premió por su santidad, haciéndola madre suya y madre nuestra, le concedió su propio trono haciéndola reina de todo el Cielo, la tierra y todo lo creado, visible e invisible.

Dios la vistió de Luz, Majestad y Gloria, la colmó de Poder, Sabiduría, Amor, Gracia y de todos sus Atributos Divinos. Por esto Dios la consideró toda bella, toda pura, toda santa, toda inmaculada y digna de ser Madre de Dios. Oh Misterio infinito y eterno, lo más bello que Dios nos ha podido dar.
Bendito sea Dios en sus perfecciones infinitas que nos ha dado a la Virgen María como nuestra Madre, Señora y Reina.

La Virgen María sobrepasa todas las perfecciones y virtudes de todos los ángeles y los santos. Es nuestro modelo perfecto para encontrar la Santidad, el camino seguro a Jesús.

Mensaje de Jesús

Mensaje de Jesús - Mi Madre

Oración de SanaciónSáname Señor
Nuestras almas han sido heridas por el pecado. Estas llagas que aunque son invisibles ante nuestros ojos son la realidad espiritual que determina si nos podremos salvar, si tendremos que ser purificados en el Purgatorio o si podemos ascender derecho al cielo cuando nos muramos.

Señor, tu eres la medicina para los males de mi cuerpo y especialmente para los males de mi alma.

Pues solo existe un remedio para el alma herida, tu Preciosísima Sangre, que fue derramada con tanto dolor y con tanto amor por mí, y por toda la humanidad.

Hoy te presento mi alma tan necesitada de ti mi Doctor Celestial. Tú sufriste en tus propias llagas para sanar las llagas de mi alma. Tú permitiste que de esas Santas Llagas fluyera tu Preciosa Sangre para que viniera a lavar y purificar mi alma. Tú diste tu vida en la cruz para poder darme la Vida Eterna.

Tú sufriste dolores atroces inconcebibles para calmar los dolores de mi alma, para sanarla y revitalizarla.

Mi alma estaba en tu alma cuando tú sufriste por mí en la cruz, y con la separación de tu alma de tu Sagrado Cuerpo en tu muerte, me has abierto la puerta para que mi alma pueda entrar de nuevo en ti, después de mi muerte y participar de la Vida Eterna que me ofreces.

Sana mi alma desde el momento de mi concepción, sana la relación de mis padres, sana mis tíos, abuelos, tatarabuelos, y todas las generaciones anteriores de las llagas de nuestros pecados. Libérame de las ataduras del demonio, rompe cadenas, maldiciones, ataduras e influencias del demonio en mi vida.

Pasa por toda mi vida bendiciendo, sanando, purificando y preparando para la vida eterna. Establece tu reino en mi corazón y reina por siempre mi Señor.

Lava mi alma con tu Preciosa Sangre y séllame en tus Santas Llagas, bendíceme permitiéndome vivir unido a tu alma, crucifica mi alma a la tuya con los clavos de tu amor, de tus deseos y de tu voluntad.

Te lo pido todo por tus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de la Santísima Virgen María.

Lléname de tu Espíritu Señor, que mis deseos sean los tuyos Señor, que se haga de acuerdo a tu voluntad y no la mía.

Tu quieres salvarme, sáname y sálvame Señor Jesús, te lo pido por las lágrimas de tu Madre Santísima y por su santa intercesión. Amén.


Así llegamos al final de este Encuentro con Jesús.
Gracias por su amable compañía, desde hoy quedan invitados para seguir encontrándonos con Jesús.
Nos despedimos con la bendición del Padre Hamilton.

Encuentro con Jesús 8

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