Jesús:
Mi querido hijo,
No tienes nada que temer (1), porque mi espíritu está sobre ti (2). A través de tus palabras y de tu predicación lleva las buenas noticias a todo el que puedas (3).
Con mi evangelio de la verdad libera a todos aquellos que están cautivos del engańo del demonio.
Por tus oraciones de intercesión lleva mi sanación a los enfermos y a los ciegos en el espíritu.
Permite que los oprimidos se liberen con tus oraciones y devociones y por el poder del Espíritu Santo a través de tus manos (4).
Proclama mi tiempo de gracia antes de mi venida en gloria (5).
Proclama mi tiempo de gracia antes de mi venida en gloria (5).