Jesús:
Mis queridos hijos, Yo quiero que vengan a mí como vasijas desocupadas, purificadas con el arrepentimiento y con sus buenas intenciones.
Recuerden las bodas de Cana cuando mi santa madre me dijo que mirara que ellos no tenían vino, y Yo dije a los sirvientes que llenaran las vasijas con agua.
Así que vengan a mí, déjenme llenarles con el agua viviente de mi amor, para que sean transformados en el vino dulce que beberemos en el banquete de mi reino en el cielo.