La Virgen María
Hijo mío
Acércate siempre al Señor con profunda humildad, como el ser más pequeño y sin ninguna importancia en toda la creación. Fue así como yo vine al Señor y por eso Él hizo grandes cosas en mí. Igualmente Él desea hacer grandes cosas en todas las almas humildes. El Señor se deleita en la humildad, pero aborrece el orgullo.