Espíritu Santo - Milagros - Poder de lo Alto

Espíritu Santo - Milagros - Poder de lo Alto - Ministerio de sanación

Ministerio de sanación

Muchos milagros han ocurrido durante las oraciones hechas en esta parte del grupo de oración. Aquellos que han recibido el regalo de oración y sanación, pueden inducir a otros a que recen por los que están enfermos, cada uno es invitado a extender sus manos y levantar sus espíritus en súplica al Señor para que las oraciones sean respondidas.
Aquellos que están más adelantados en los regalos, pueden imponer las manos sobre los enfermos. Recordando que la manera más efectiva de obtener sanación del Señor es traer aquellos por quienes se reza a que se arrepientan de sus pecados, a que perdonen aquellos que resienten, a que se perdonen a sí mismos y acepten la Voluntad de Dios.
Solamente el Sacerdote tiene el poder de perdonar los pecados aquí en la tierra, por esto deberíamos de recomendarle a todo el mundo que vaya a la confesión para que los efectos de las oraciones de sanación tomen lugar.
Santiago recomienda que unjamos con aceite a los enfermos, aunque esto separadamente es un Sacramento administrado por el Sacerdote. Cualquier persona laica puede ungir a alguien con aceite, preferiblemente bendecido por un Sacerdote, y las buenas intenciones del corazón y las oraciones de una persona justa pueden obtener sanación para los enfermos [Santiago  5:14-16]

El Ministerio de Sanación es una gran manifestación del Espíritu de Caridad que trabaja en nosotros moviéndonos con compasión y amor por aquellos que están sufriendo. Nuestro ministerio no está solamente confinado al grupo de oración, debemos de rezar por toda la gente que sufre, debemos rezar por la paz, debemos de rezar para que se preserve el regalo de la vida, debemos de rezar para que paren aquellos que están contemplando hacer cualquier maldad.
Tenemos que rezar los unos por los otros porque interesándonos de esta manera es lo mismo que amarnos los unos a los otros. Podemos rezar por teléfono, podemos rezar en la calle cuando sabemos que la gente necesita oración, podemos rezar por los enfermos en los hospitales; en efecto, todo el mundo está en necesidad de oración, así que recemos los unos por los otros.
No es para nosotros ver inmediatamente el resultado las oraciones siendo contestadas de acuerdo a nuestras necesidades y peticiones. Cuando rezamos no venimos a darle instrucciones a Dios, porque eso sería un pecado, más bien venimos humildemente a presentarle al Señor las necesidades de aquellos que están sufriendo. Siempre debemos de dejar nuestras peticiones en las manos del Señor y esperar confiada y pacientemente los resultados.
Si Dios respondiera nuestras oraciones cada vez, nos llenaríamos de orgullo pensando que somos santos, por eso tenemos que aceptar primero la Voluntad de Dios. Y si la sanación ha de contribuir para la salvación de la persona, y si está de acuerdo a su Voluntad, el Señor responderá positivamente.
Muchas veces, el Señor da un signo cuando alguien está sanado, aún mientras estamos rezando, la persona puede sentir un calor tremendo como si estuviera prendido. Otras veces una palabra de conocimiento, o se puede recibir una visión con respecto a la sanación del enfermo. Sea lo que pase, el Señor siempre escucha nuestras oraciones.
Amen.

Autor: José de Jesús y María ©

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