Espíritu Santo -
Milagros - Poder de lo Alto
Vida en el EspírituEstamos invitados a vivir una vida en el Espíritu de Dios, esto nos llama a renunciar la vida terrenal, a desapegarnos de nuestro mundo material, las posesiones y el ego.Tenemos que morir al “Viejo yo” para poder experimentar el “Nuevo yo” que esta cubierto del poder del Espíritu Santo, para vivir de acuerdo a la Voluntad de Dios. Esta nueva vida crea nuevos compromisos con Dios, nos pide mas tiempo para Dios que antes, nos sentimos con coraje para participar en diferentes tipos de grupos de oración, podemos practicar devociones diferentes, podemos ser llamados a recibir el Señor diariamente en la Sagrada Eucaristía, podemos decidir rezar el Rosario diariamente y hacer muchas otras actividades que no tenían ningún sentido antes. Nosotros somos los nuevos apóstoles del Señor, apóstoles de los últimos tiempos. Tenemos que rezar por la unidad de la Iglesia, tenemos que proclamar las Buenas Noticias a todo el mundo y ser testigos vivientes de la verdad. Reza para que los regalos que el Señor te está dando sean dados a todo el mundo, reza para la venida del Espíritu Santo continuamente. Aquellos que están experimentando la acción del Espíritu Santo pueden recibir visiones, locuciones, sueños, conocimiento, sabiduría, sacudidas, quejidos o suspiros cuando rezan, etc. Estas son pequeñas consolaciones pero no tenemos que buscarlas, pues se pueden volver armas del adversario para hacernos creer que estamos haciéndolo muy bien espiritualmente. Cuidado amigos en Cristo; recen continuamente al Espíritu Santo por discernimiento y a Nuestra Señora la Virgen María para que los proteja del enemigo. Recen el Santo Rosario. Aquellos que están recibiendo regalos de la Gracia del Señor también experimentarán ataques del enemigo que viene en nuestros sueños o durante eventos de nuestras vidas a tentarnos, humillarnos y tratar de quitarnos el coraje. Cualquier cosa que hagamos en la nueva vida espiritual, hagámosla siempre en el nombre de Jesús, agradeciéndole al Padre Celestial por sus regalos y viviendo nuestras vidas consagrados al Inmaculado Corazón de María. Autor: José de Jesús y María ©
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