
Léeme
o laméntalo
Librito
por el Padre Paul O'Sullivan
Realidad del Cielo, Purgatorio, e
Infierno > Como
evitar el Purgatorio

Aprobación de Su Eminencia el Cardenal de Lisboa
Palacio Cardenalicio, Lisboa, 4 de marzo de 1936.
Aprobamos y recomendamos con todo el corazón este librito "Léeme
o Laméntalo", por EDM (Engant de Marie, iniciales con las que se identifica
el Padre O'Sullivan).
Aunque pequeño, está destinado a hacer grandes cosas entre los católicos,
muchos de los cuales están increíblemente ignorantes acerca de la gran
doctrina del Purgatorio.
Como consecuencia, ellos hacen poco o nada para evitarlo para sí mismos
y tampoco ayudan a las Almas Sufrientes que están en terribles tormentos,
esperando por las Misas y las oraciones ofrecidas por ellos. Es nuestro
mas caro deseo que cada católico debiera leer este librito y que lo
comunicara por todas partes, tanto como le sea posible.

Prefacio
Auxilio, Auxilio, sufrimos mucho!
Purgatorio
Capítulo 1 Que es el Purgatorio
Capítulo 2: ¿Puede todo esto ser verdad?
Capítulo 3: ¿Cuánto tiempo las almas permanecen en el Purgatorio?
Capítulo 4: Porqué y para que rezar por las
ánimas benditas del Purgatorio?
Capítulo 5: Como podemos ayudar a las
benditas ánimas del Purgatorio?
Capítulo 6: Lo que hacen las ánimas benditas
por aquellos que las ayudan
Prefacio: "Léeme o laméntalo"
El título es algo alarmante. Aún, estimado lector, si tú escudriñas
este pequeño libro, verás por ti mismo cuán merecido es. El libro nos
cuenta cómo salvarnos a nosotros mismos y a otros de un sufrimiento
inenarrable. Algunos libros son buenos y algunos otros pueden ser de
provecho. Otros son mejores y deben ser leídos sin falta. Hay, sin
embargo, libros de tan excelente mérito por razón de sus consejos, la
convicción que acarrean y la acción urgente a la que nos impulsa, que
sería cabalmente alocado no leerlos. "léeme o laméntalo" pertenece a esa
clase de libros. Es por tu mayor interés, estimado amigo, que lo leas y
releas, para ponderarlo bien y profundamente en sus contenidos. Nunca te
arrepentirás de ello, por el contrario, grande y amargo será tu
arrepentimiento si tu fallas en estudiarlo en sus sustanciosas páginas.
¡AUXILIO, AUXILIO, SUFRIMOS MUCHO!
I: Nunca llegaremos a comprender lo suficientemente claro que una
limosna, pequeña o grande, dada en favor de las almas sufrientes, se la
damos directamente a Dios. El acepta y recuerda como si se la hubieran
dado directamente a Él mismo. Así, todo lo que hagamos por ellas, Dios
lo acepta hecho para El. Es como si lo aliviáramos o liberáramos a Él
mismo del Purgatorio. En qué manera nos pagará!
II. No hay mayor sed, pobreza, necesidad, pena, dolor, sufrimiento
que se compare a los de las Almas del Purgatorio, por lo tanto no hay
limosnas más merecidas, ni más placenteras a Dios, ni mérito más alto
para nosotros, que rezar, pedir celebraciones de Misas, y dar limosnas
en favor de las pobres Santas Almas.
III. Es muy posible que algunos de nuestros más cercanos y queridos
parientes estén todavía sufriendo las purificantes penas del Purgatorio
y llamándonos entre lastimosos gemidos para que los ayudemos y
aliviemos.
IV. ¿¿No es terrible que seamos tan duros que no podamos pensar en
ellos, ni tampoco podemos ser tan crueles que deliberadamente los
olvidemos?
Por el amor de Cristo, hagamos todo, pero todo, lo que podamos por
ellas.
Cada católico debería unirse a la Asociación de las Animas Benditas.
PURGATORIO:
"Tengan piedad de mí, tengan piedad de mí, por lo menos ustedes mis
amigos, porque la mano del Señor me ha tocado" (Job 19:21).
Esta es la conmovedora súplica que la Iglesia Purgante envía a sus
amigos en la tierra. Tierra, comiencen, imploren su ayuda, en respuesta
a la angustia mas profunda. Muchos dependen de sus oraciones. Es
incomprensible como algunos católicos, aún aquellos que de una u otra
forma son devotos, vergonzosamente desatienden a las almas del
Purgatorio. Pareciera que no creen en el Purgatorio. Ciertamente es que
sus ideas acerca de ello son muy difusas.
Días y semanas y meses pasan sin que ellos reciban una Misa dicha por
ellas! Raramente también, oyen Misa por ellos, raramente rezan por
ellos, raramente piensan en ellos! Entretanto están gozando la plenitud
de la salud y la felicidad, ocupados en sus trabajos; divirtiéndose,
mientras las pobres almas sufren inenarrables agonías en sus lechos de
llamas. Cuál es la causa de esta horrible insensibilidad? Ignorancia:
gruesa, inexplicable ignorancia.
La gente no se da cuenta de lo que es el Purgatorio. No conciben las
espantosas penas, ni tienen idea de los largos años que las almas son
retenidas en esas horribles llamas. Como resultado, hacen poco o nada
para evitarse a sí mismos el Purgatorio, y aún peor, cruelmente ignoran
a las pobres almas que ya están allí y que dependen enteramente de ellos
para ser auxiliadas.
Estimado lector, lee detenidamente este pequeño libro con cuidado y
bendecirás el día que cayó en tus manos.
CAPITULO UNO: QUE ES EL PURGATORIO
Es una prisión de fuego en la cual algunas almas salvadas son
sumergidas después de la muerte y en la cual sufren las mas intensas
penas.
Aquí esta lo que los mas grandes doctores de la iglesia nos dicen
acerca del Purgatorio.
Tan lastimoso es el sufrimiento de ellas que un minuto de ese
horrible fuego parece ser un siglo. Santo Tomás Aquino, el príncipe de
los teólogos, dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al
fuego del infierno, y que el mínimo contacto con él es mas aterrador que
todos los sufrimientos posibles de esta tierra! San Agustín, el mas
grande de todos los santos doctores, enseña que para ser purificadas de
sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de
muertas son sujetas a un fuego mas penetrante y mas terrible que nadie
pueda ver, sentir o concebir en esta vida.
Aunque este fuego está destinado a limpiar y purificar al alma, dice
el Santo Doctor, aún es más agudo que cualquier cosa que podamos
resistir en la Tierra.
San Cirilo de Alejandría no duda en decir que "sería preferible
sufrir todos los posibles tormentos en la Tierra hasta el día final que
pasar un solo día en el Purgatorio". Otro gran Santo dice: Nuestro
fuego, en comparación con el fuego del Purgatorio, es una brisa fresca".
Otros santos escritores hablan en idénticos términos de ese horrible
fuego.
COMO ES QUE LAS PENAS DEL PURGATORIO SON TAN SEVERAS?
1. El fuego que vemos en la Tierra fue hecho por la bondad de Dios
para nuestra comodidad y nuestro bienestar. A veces es usado como
tormento, y es lo mas terrible que podemos imaginar. 2. El fuego del
Purgatorio, por el contrario, está hecho por la Justicia de Dios para
penar y purificarnos y es, por consiguiente, incomparablemente más
severo. 3. Nuestro fuego, como máximo, arde hasta consumir nuestro
cuerpo; hecho de materia, por el contrario el fuego del Purgatorio actúa
sobre el alma espiritual, la cual es inexplicablemente mas sensible a la
pena. 4. Cuanto mas intenso es el fuego, m as rápidamente destruye a su
víctima; la cual por consiguiente cesa de sufrir; por cuanto el fuego
del Purgatorio inflinge el mas agudo y la mas violenta pena, pero nunca
mata al alma ni le quita sensibilidad. 5. Tan severo como es el fuego
del Purgatorio, es la pena de la separación de Dios, la cual el alma
también sufre en el Purgatorio, y esta es la pena mas severa. El alma
separada del cuerpo anhela con toda la intensidad de su naturaleza
espiritual estar con Dios. Es consumida de intenso deseo de volar hacia
Él. Aun es retenida, y no hay palabras para describir la angustia de esa
aspiración insatisfecha.
Qué locura, entonces, es para un ser inteligente como el ser humano
negar cualquier precaución para evitar tal espantoso hecho. Es infantil
decir que no puede ser así, que no lo podemos entender, que es mejor no
pensar o no hablar de ello. El hecho es que, ya sea lo creamos o no,
todas las penas del Purgatorio están más allá de lo que podamos imaginar
o concebir. Estas son las palabras de San Agustín.
Capítulo 2: Sobre el purgatorio, ¿Puede todo esto ser verdad?
La existencia del Purgatorio es tan cierta que ningún católico ha
tenido nunca una duda acerca de ello. Fue enseñado desde los tiempos más
remotos por la Iglesia y fue aceptada con indubitable fe cuando la
Palabra de Dios fue predicada. La doctrina es revelada en la Sagrada
Escritura y creída por millones y millones de creyentes de todos los
tiempos.
Aún, tal como lo hemos remarcado, las ideas de algunos son tan vagas
y superficiales en este tema tan importante, que son como personas que
cierran sus ojos y caminan deliberadamente en el filo de un precipicio.
Harían bien en recordad que la mejor manera de acortar nuestra estadía
en el Purgatorio - o aún más, evitarlo- es tener una clara idea de ello,
y de pensar bien en ello y adoptar los remedios que Dios nos ofrece para
evitarlo. No pensar en ello es fatal. Es cavarse a sí mismos la fosa, y
prepararse para ellos mismos un terrorífico, largo y riguroso
Purgatorio.
El Príncipe Polaco:
Hubo un príncipe polaco, que por una razón política, fue exiliado de
su país natal, y llegado a Francia, compró un hermoso castillo allí.
Desafortunadamente, perdió la Fe de su infancia y estaba, a la sazón,
ocupado en escribir un libro contra Dios y la existencia de la vida
eterna. Dando un paseo una noche en su jardín, el se encontró con una
mujer que lloraba amargamente. Le preguntó el porqué de su desconsuelo.
¡Oh, príncipe, ella replicó, soy la esposa de John Marie, su
mayordomo, el cual falleció hace dos días. El fue un buen marido y un
devoto sirviente de Su Alteza. Su enfermedad fue larga y gasté todos los
ahorros en médicos, y ahora no tengo dinero para ir a ofrecer una Misa
por su alma".
El príncipe, tocado por el desconsuelo de esta mujer, le dijo algunas
palabras, y aunque profesaba ya no creer más en la vida eterna, le dio
algunas monedas de oro para tener la Misa por ella y su difunto esposo.
Un tiempo después, también de noche, el Príncipe estaba en su estudio
trabajando febrilmente en su libro. Escuchó un ruidoso tocar a la
puerta, y sin levantar la vista de sus escritos, invitó a quien fuese a
entrar. La puerta se abrió y un hombre entró y se paró frente al
escritorio de Su Majestad. Al levantar la vista, cuál no sería la
sorpresa del Príncipe al ver a Jean Marie, su mayordomo muerto, que lo
miraba con una dulce sonrisa.
Príncipe, le dijo, "vengo a agradecerle por las Misas que usted
permitió que mi mujer pidiera por mi alma. Gracias a la Salvadora Sangre
de Cristo, ofrecida por mí, Voy ahora al Cielo, pero Dios me ha
permitido venir aquí y agradecerle por sus generosas limosnas".
Luego el agregó solemnemente "Príncipe, hay un Dios, una vida futura,
un Cielo y un Infierno". Dicho esto, desapareció. El Príncipe cayó de
rodillas y recitó un ferviente Credo ("Creo en Dios Padre
Todopoderoso...")
SAN ANTONINO Y SU AMIGO
Aquí hay una narración de diferente clase, pero no menos instructiva.
San Antonino, el ilustre Arzobispo de Florencia, relata que un piadoso
caballero había muerto, el cual tenía un amigo en un convento Dominicano
en el cual el Santo residía. Varias Misas fueron sufragadas por su alma.
El Santo se afligió mucho cuando, después de un prolongado lapso, el
alma del fallecido se le apareció, sufriendo muchísimo. "Oh mi querido
amigo" exclamó el Arzobispo, estás todavía en el Purgatorio, tú, que
llevaste tal piadosa y devota vida???"
"Así es, y tendré que permanecer aquí por un largo tiempo" replicó el
pobre sufriente, "pues en mi vida en la Tierra fui negligente en ofrecer
sufragios por las almas de Purgatorio. Ahora, Dios por su justo juicio
aplica los sufragios que debían ser aplicados por mí, en favor de
aquellos por los cuales debí haber rezado".
"Pero Dios, también, en su justicia, me dará todos los méritos de mis
buenas obras cuando entre al Cielo; pero, primero de todo, tengo que
expiar mi grave negligencia de no acordarme de los otros". Tan ciertas
son las palabras de Nuestro Señor "Con la vara con que mides serás
medido". Recuerda, tú que lees estas líneas, el terrible destino de ese
piadoso caballero será el de aquellos que desechan orar y rehúsan ayudar
a las Santas Almas.
Capítulo 3: ¿Cuánto tiempo las almas permanecen en el Purgatorio?
La extensión en tiempo por la cual las almas permanecen en el
Purgatorio depende de: a) el número de sus faltas; b) la malicia y la
deliberación con que éstas fueron realizadas; c) la penitencia hecha, o
no, la satisfacción hecha, o no, por los pecados cometidos durante la
vida; d) Y también depende de los sufragios ofrecidos por ellos después
de sus muertes. Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo
que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más
larga que la gente puede imaginar. Extraeremos algunas citas de libros
que hablan de la vida y las revelaciones de los Santos.
San Luis Bertrand : su padre era un ejemplar cristiano, como
naturalmente se podía esperar, siendo el padre de tan gran Santo. En un
tiempo deseó llegar a ser un Monje Cartujo, hasta que Dios le hizo ver
que no era Su voluntad. Cuando murió, luego de largos años de practicar
cada virtud cristiana, su hijo completamente al cuidado de los rigores
de la justicia Divina, ofreció algunas Misas y elevó las más fervientes
súplicas por el alma del cual el amó tanto. Una visión de su padre en el
Purgatorio lo obligó a multiplicar centenares de veces sus sufragios.
Agregó las más severas penas y largos ayunos a sus Misas y oraciones.
Aún ocho años completos pasaron antes que obtuviera la liberación de su
padre.
San Malaquías tenía una hermana todavía en el Purgatorio, lo cual
hizo que redoblara sus esfuerzos, y asimismo, a pesar de las Misas,
oraciones y heroicas mortificaciones ofrecidas por el Santo, permaneció
varios años retenida!!!
Se cuenta que una santa monja en Pamplona, la cual logró liberar
varias Carmelitas del Purgatorio, las cuales permanecieron allí por el
término de 30 a 40 años!!!
Monjas Carmelitas en el Purgatorio por 40, 50 o 60 años! Cuál será el
destino de aquellos que viven inmersos en las tentaciones del Mundo, y
con sus cientos de debilidades?
San Vicente Ferrer, después de la muerte de su hermana, oró con
increíble fervor por su alma y ofreció varias Misas por su liberación.
Ella apareció al Santo al final de su Purgatorio, y le contó que si no
fuera por su poderosa intercesión ante Dios, ella hubiera estado allí
interminable tiempo.
En la Orden Dominicana es regla general orar por los Superiores en el
aniversario de sus muertes. Algunos de estos han muerto varios siglos
atrás! Ellos fueron hombres eminentes por su piedad y sabiduría. Esta
regla no sería aprobada por la Iglesia si no fuera necesaria y prudente.
No queremos significar con esto que todas las almas están retenidas
por tiempos iguales en los fuegos expiatorios. Algunas han cometido
faltas leves y han hecho penitencia en vida. Por lo tanto, su castigo
será mucho menos severo. Todavía, las citas que hemos puesto aquí son
muy oportunas. Si esas almas, quienes gozaron del trato, quienes vieron,
siguieron, y tuvieron la intercesión de grandes santos, son retenidas
largo tiempo en el Purgatorio, qué será de nosotros que no gozamos
ninguno de esos privilegios?
¿PORQUE UNA EXPIACIÓN TAN PROLONGADA?
Las razones no son difíciles de entender. 1. La malicia del pecado es
muy grande. Lo que a nosotros nos parece una pequeña falta en realidad
una seria ofensa contra la infinita bondad de Dios. Es suficiente ver
cómo los Santos se condolieron sobre sus faltas. Somos débiles, es
nuestra tendencia. Es verdad, pero entonces Dios nos ofrece
generosamente abundantes gracias para fortalecernos; nos da la luz para
ver la gravedad de nuestras faltas, y la fuerza necesaria para
conquistar la tentación. Si todavía somos débiles, la falta es toda
nuestra. No usamos la luz y la fortaleza que Dios nos ofrece
generosamente; no rezamos, no recibimos los Sacramentos como debiéramos.
2. Un eminente teólogo remarca que si las almas son condenadas al
Infierno por toda la eternidad por el pecado mortal, no hay que
asombrarse que otras almas debieran ser retenidas por largo tiempo en el
Purgatorio quienes han cometido deliberadamente incontables pecados
veniales, algunos de los cuales son tan graves que al tiempo de
cometerlos el pecador escasamente distingue si son mortales o veniales.
También, ellos pueden haber cometido algunos pecados mortales por los
cuales tuvieron poco arrepentimiento e hicieron poca o ninguna
penitencia. La culpa ha sido remitida por la absolución, pero la pena
debida por los pecados tendrá que ser pagada en el Purgatorio. Nuestro
Señor nos enseña que deberemos rendir cuentas por cada palabra que
decimos y que no dejaremos la prisión hasta que no hayamos pagado hasta
el último céntimo.(Mt 5:26). Los Santos cometieron pocos y leves
pecados, y todavía ellos sienten mucho y hacen severas penas. Nosotros
cometemos muchos y gravísimos pecados, y nos arrepentimos poco y hacemos
poca o ninguna penitencia.
PECADOS VENIALES:
Sería dificultoso calcular el inmenso número de pecados veniales que
un católico comete. !) Hay un infinito numero de faltas en el amor,
egoísmo, pensamientos, palabras, actos de sensualidad, también en
cientos de variantes; faltas de caridad en el pensamiento, palabra,
obra, y omisión. Holgazanería, vanidad, celos, tibieza y otras
innumerables faltas. 2) Hay pecados por omisión que no pagamos. Amamos
tan poco a Dios, y Él clama cientos de veces por nuestro amor. Lo
tratamos fríamente, indiferentemente y hasta con ingratitud. Él murió
por cada uno de nosotros. Le hemos agradecido como se debe? Él permanece
día y noche en el Santísimo Sacramento del Altar, esperando por nuestras
visitas, ansioso de ayudarnos. Cuan a menudo vamos a Él? Él ansía venir
a nosotros en la Santa Comunión, y lo rechazamos. El se ofrece a Si
Mismo por nosotros cada mañana en el Altar en la Misa y da océanos de
gracias a aquellos que asisten al Santo Sacrificio. Aún algunos son tan
holgazanes de ir a Su Calvario! Qué abuso de gracias! 3) Nuestros
corazones están llenos de amor a sí mismos, duros. Tenemos hogares
felices, espléndida comida, vestido, y abundancia de todas las cosas.
Muchos de nuestros prójimos viven en el hambre y la miseria, y le damos
tan poco, mientras que vivimos en el despilfarro y gastamos en nosotros
mismos sin necesidad. 4) La vida nos fue dada para servir a Dios, para
salvar nuestras almas. Muchos cristianos, sin embargo, están satisfechos
de rezar cinco minutos a la mañana y cinco a la noche!! El resto de las
24 horas están dedicados al trabajo, descanso y placer. Diez minutos a
Dios, a nuestras almas inmortales, al gran trabajo de nuestra salvación.
Veintitrés horas y cincuenta minutos a esta transitoria vida! Es justo
para Dios? Nuestros trabajos, nuestros descansos y sufrimientos deberían
ser hechos para Dios! Así debería ser, y nuestros méritos serían por
supuesto grandes. La verdad es que hoy día pocos piensan en Dios durante
el día. El gran objetivo de sus pensamientos son ellos mismos. Ellos
piensan y trabajan y descansan para satisfacerse a sí mismos. Dios ocupa
un pequeñísimo espacio en sus días y sus mentes. Esto es un desaire a Su
Amantísimo Corazón, el cual siempre piensa en nosotros.
Y AHORA, LOS PECADOS MORTALES:
5) Muchos cristianos cometen, desafortunadamente, pecados mortales
durante sus vidas, pero aunque los llevan al Sacramento de la confesión,
no hacen satisfacción por ellos, como ya hemos dicho. San Beda el
venerable, opina que aquellos que pasan gran parte de su vida cometiendo
graves pecados y confesándolos en su lecho de muerte, pueden llegar a
ser retenidos en el Purgatorio hasta el Día Final. Santa Gertrudis en
sus revelaciones dice que aquellos que cometen muchos pecados graves y
que no hayan hecho penitencia no gozan de ningún sufragio de la Iglesia
por un considerable tiempo! Todos esos pecados, mortales o veniales, se
acumulan por 20,30,40,60 años de nuestras vidas. Todos y cada uno
deberán ser expiados para después de la muerte. Entonces, es de
asombrarse que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto
tiempo?
CAPITULO 4: ¿PORQUE Y PARA QUE REZAR POR LAS ANIMAS BENDITAS DEL
PURGATORIO?
El gran Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos amemos los
unos a los otros, genuina y sinceramente. El Primer Gran Mandamiento es
amar a Dios sobre todas las cosas. El Segundo, o mejor dicho el
corolario del Primero, es amar al prójimo como a nosotros mismos. No es
un consejo o un mero deseo del Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la
base y esencia de Su Ley. Es tanta la verdad encerrada en esto que El
toma como donación todo aquello que hacemos por nuestro prójimo, y como
un rechazo hacia El cuando rechazamos a nuestro prójimo. Leemos en el
Evangelio de San Mateo ( Mt 25:34-46), las palabras de Cristo que
dirigirá a cada uno en el Día del Juicio Final. Algunos católicos
parecen pensar que su Ley ha caído en desuso, pues en estos días existe
el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada uno piensa en sí mismo y en su
engrandecimiento personal. "Es inútil observar la Ley de Dios en estos
días", dicen, "cada uno debe mirar por sí mismo, o te hundes". No hay
tal cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por siempre tendrá
fuerza de ley. Por eso, es mas que nunca necesaria, mas que nunca
nuestro deber y por nuestro mayor interés.
ESTAMOS MORALMENTE OBLIGADOS A ROGAR POR LAS ANIMAS BENDITAS
Siempre estamos obligados a amar y ayudar al otro, pero cuanto mayor
es la necesidad de nuestro prójimo, mayor y mas estricta es nuestra
obligación. No es un favor que podemos o no hacer, es nuestro deber;
debemos ayudarnos unos a otros. Sería un monstruoso crimen, por caso,
rehusar al poder y desposeído el alimento necesario para mantenerse
vivo. Sería espantoso rehusar la ayuda a alguien en una gran necesidad,
pasar de largo y no extender la mano para salvar a un hombre que se está
hundiendo. No solamente debemos ayudar cuando es fácil y conveniente,
sino que debemos hacer cualquier sacrificio para socorrer a nuestro
hermano en dificultades. Ahora, qué puede estar más urgido de caridad
que las almas del Purgatorio? Qué hambre o sed o sufrimiento en esta
Tierra puede compararse con sus mas terribles sufrimientos? Ni el pobre,
ni el enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro alrededor necesitan
de tal urgente socorro. Aún encontramos gente de buen corazón que se
interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente encontramos a
gente que trabaja por las Almas del Purgatorio! Y quién puede
necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden estar nuestras madres,
nuestros padres, amigos y seres queridos. DIOS DESEA QUE LAS AYUDEMOS.
Ellas son los amigos más queridos. El desea ayudarlos; El desea mucho
tenerlos cerca de Él en el Cielo. Ellas nunca más lo ofenderán, y están
destinadas a estar con Él por toda la Eternidad. Verdad, la Justicia de
Dios demanda expiación por los pecados, pero por una asombrosa
dispensación de Su Providencia El pone en nuestras manos la posibilidad
de asistirlos, El nos da el poder de aliviarlas y aún de liberarlas.
Nada le place mas a Dios que les ayudemos. El está tan agradecido como
si le ayudáramos a El.
NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE LOS AYUDEMOS:
Nunca, nunca una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus hijos
fallecidos, nunca nadie consuela como María busca consolar sus
sufrientes niños en el Purgatorio, y tenerlos con Ella en el Cielo. Le
daremos gran regocijo cada vez que llevamos fuera del Purgatorio a un
alma.
LAS BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO NOS DEVUELVEN EL MIL POR UNO:
Pero qué podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas?
Sería prácticamente imposible de describir su ilimitada gratitud con
para aquellos que las ayudan! Llenas de un inmenso deseo de pagar los
favores hechos por ellas, ruegan por sus benefactores con un fervor tan
grande, tan intenso, tan constante, que Dios no les puede negar nada.
Santa Catalina de Bologna dice:"He recibido muchos y grandes favores de
los Santos, pero mucho mas grandes de las Santas Almas (del
Purgatorio)". Cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan
de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierra, su
gratitud no conoce límites. Postradas frente al Trono de Dios, no cesan
de orar por aquellos que los ayudaron. Por sus oraciones ellas protegen
a sus amigos de los peligros y los protegen de los demonios que los
asechan. No cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el
Cielo, y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos.
Si los católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se
aseguran con sólo ayudar a las Animas benditas, no serían tan remisos de
orar por ellos.
LAS ANIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO PUEDEN ACORTAR
NUESTRO PROPIO PURGATORIO:
Otra gran gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y fácil
Purgatorio, o su completa remisión! San Juan Macías, sacerdote
dominicano, tenía una maravillosa devoción a las Almas del Purgatorio.
El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del Santo
Rosario) la liberación de un millón cuatrocientas mil almas!!! En
retribución, el obtuvo para sí mismo las más abundantes y
extraordinarias gracias y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho
de muerte, y a acompañarlo hasta el Cielo. Este hecho es tan cierto que
fue insertado por la Iglesia en la bula de decretaba su beatificación.
El Cardenal Baronio recuerda un evento similar. Fue llamado a asistir a
un moribundo. De repente, un ejército de espíritus benditos apareció en
el lecho de muerte, consolaron al moribundo, y disiparon a los demonios
que gemían, en un desesperado intento por lograr su ruina. Cuando el
cardenal les preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil
almas que este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus
oraciones y buenas obras. Fueron enviadas por Dios, según explicaron,
para llevarlo al Cielo sin pasar un solo momento en el Purgatorio. Santa
Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir.
El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para
nuestros últimos minutos. Como no pudo encontrar un asalto lo
suficientemente inteligente para esta Santa, el pensó en molestarla su
beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el
Purgatorio puesto que ella desperdició sus propias indulgencias y
sufragios en favor de otras almas. Pero Nuestro Señor, no contento con
enviar Sus Ángeles y las miles de almas que ella había liberado, fue en
Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa. El le dijo
a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas
benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces
todos sus méritos. El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo
un pacto con otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de
ellos muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su
alma, y otras oraciones también. Sucedió que su compañero murió primero,
y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las prometidas
Misas. Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al final,
suficientemente seguro que su santamente muerto amigo había alcanzado el
Cielo, cesó de ofrecer las Misas. Grande fue su arrepentimiento y
consternación cuando el hermano muerto apareció frente a él sufriendo
intensamente y reclamándole que no hubo celebrado las Misas prometidas.
El Beato Enrique replicó con gran arrepentimiento que no continuó con
las Misas, creyendo que su amigo seguramente estaría disfrutando de la
Visión Beatífica pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones.
"Oh hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la Preciosísima
Sangre de Jesús lo que yo más necesito" lloraba la sufriente alma. El
Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado fervor, ofreció Misas y
ruegos por su amigo hasta que recibió absoluta certeza de su liberación.
Luego fue su turno de recibir gracias y bendiciones de toda clase por
parte de su querido hermano liberado, y muchas más veces que las que
hubiera esperado.
CAPITULO CINCO: COMO PODEMOS AYUDAR A LAS BENDITAS ANIMAS DEL
PURGATORIO:
1. La primera medida es unirse a la Asociación de las Santas Almas.
Las condiciones son simples. a) Tener tu nombre registrado en el Libro
de la Asociación. b) Oír Misa una vez a la semana (basta con la Misa del
domingo) por las Santas Almas. c) Rezar y promover la devoción a las
Animas Benditas. d) Contribuir una vez al año con un donativo a la
Asociación, lo cual permite a la Asociación tener Misas perpetuas cada
mes. (Si se desean Misas espaciales por las Animas Benditas, es
importante mencionar cuántas Misas se quieren). Aquellos que desean
unirse y no tienen la Asociación en sus Parroquias, pueden enviar sus
nombres, direcciones y limosnas anuales a la Asociación de las Santas
Almas, Hermanas Dominicas del Perpetuo Rosario, Monasterio Pio XII, Rua
do Rosario 1, 2495, Fátima, Portugal. Esta Asociación está aprobada por
el Cardenal Arzobispo de Lisboa. 2. La segunda medida para ayudar a las
Animas Benditas, es pidiendo Misas ofrecidas por ellas. Esta es
ciertamente la mas eficaz de las medidas para liberarlas. 3. Aquellos
que no puedan ofrecer Misas, deberían asistir a cuanta Misa fuera
posible por su intención. Un hombre joven que ganaba un salario muy
modesto le contó al autor de este libro: " Mi esposa murió unos años
antes. Tengo 10 misas ofrecidas por ella. No puedo hacer mas por ella,
pero oí 1000 misas por su querida alma. 4. La recitación del Santo
Rosario (con sus grandes indulgencias) y hacer el Vía Crucis (el cual es
ricamente dador de indulgencias), son excelentes vías de ayuda a las
almas. san Juan Macías, como vimos, liberó del Purgatorio más de un
millón de almas, principalmente recitando el Santo Rosario y ofreciendo
sus indulgencias por ellas. 5. Otra fácil y eficaz forma de ayuda es la
recitación constante de oraciones breves que contengan indulgencias
(aplicando dichas indulgencias en favor de las almas del Purgatorio)
Mucha gente tiene la costumbre de decir 500, ó 1000 veces cada día la
pequeña jaculatoria "Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío", o la sola
palabra "Jesús". Estas son las mas consoladoras devociones; ellas traen
océanos de gracias a quien las practican y dan inmenso alivio a las
Santas Almas. Aquellos que digan las jaculatorias 500, ó 1000 veces,
ganan 300.000 días de indulgencias (ochocientos veintiún años de
indulgencias)!!! Qué multitud de almas podemos liberar!!! Cuánto no será
la cantidad de almas liberadas al cabo de un mes, de un año, de
cincuenta años? Y a los que no dicen las jaculatorias... que inmenso
número de gracias y favores habrán perdido! Es bastante posible-aunque
no fácil- decir esas jaculatorias 1000 veces al día. Pero si no puedes
decir 1000, por lo menos dilas 500, o 200 veces diarias. 6. Todavía otra
poderosa oración es:
"Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas
las Misas dichas en el mundo en este día, por las Almas del Purgatorio".
Nuestro Señor mostró a Santa Gertrudis un vasto número de almas
dejando el Purgatorio (cerca de 1000 cada vez que se la recitaba!)y
yendo al Cielo como resultado de esta oración, la cual la Santa
acostumbraba decir frecuentemente durante el día. 7. El acto heroico:
consiste en ofrecer a Dios en favor de las Almas del Purgatorio todos
los trabajos de satisfacción que practicamos en nuestra vida y todos los
sufragios que serán ofrecidos para nosotros después de nuestra muerte.
Si Dios premia tan abundantemente la mas insignificante limosna dadas
por un pobre hombre en Su nombre, que inmensa recompensa Él no dará a
aquellos que ofrecen sus trabajos de satisfacción en vida y muerte por
las Almas que Él ama tanto. Este acto no evita que los sacerdotes
ofrezcan Misas por las intenciones que ellos deseen, o que los laicos no
recen por algunas personas u otras intenciones. Aconsejamos a todos
realizar este acto.
LAS LIMOSNAS AYUDAN A LAS SANTAS ALMAS:
San Martín dio la mitad de su manto a un pobre mendigo, sólo para
darse cuenta después que se lo había dado a cristo. Nuestro Señor
apareció al Santo y le agradeció. El Beato Jordán de la Orden Dominica,
nunca podía rehusar dar limosnas cuando se lo pedían en el nombre de
Dios. Un día el se había olvidado su monedero. Un pobre hombre imploraba
una limosna por el amor de Dios. En vez de descartarlo, Jordán, por
entonces un estudiante, le dio su mas preciado cinturón, el cual el
apreciaba mucho. Poco tiempo después, el entró a una Iglesia y encontró
su cinturón circundando la cintura de una imagen de Cristo Crucificado.
El también, había dado sus limosnas a Cristo. Todos damos limosnas a
Cristo.
CONCLUSIÓN:
Dar todas las limosnas que podamos. Pedir todas las Misas que estén
en nuestro poder. Escuchar todas las Misas, cuantas mas, mejor. Ofrecer
todas nuestras penas y sufrimientos por la liberación de las Almas del
Purgatorio. Liberaremos incontable cantidad de Almas del Purgatorio, las
cuales nos pagarán 10000 veces mas.
CAPITULO 6: LO QUE HACEN LAS ANIMAS BENDITAS POR AQUELLOS QUE LAS
AYUDAN.
San Alfonso María Liguori decía que, aunque las santas Almas no
pueden ya lograr méritos para sí mismas, pueden obtener para nosotros
grandes gracias. No son, formalmente hablando, intercesores, como lo son
los Santos, pero a través de la dulce Providencia de Dios, pueden
obtener para nosotros asombrosos favores y librarnos de los demonios,
enfermedades y peligros de toda clase. Está más allá de toda duda, como
ya hemos dicho, que nos devuelven miles de veces cada cosa que hagamos
por ellos. Los siguientes hechos, unos pocos de todos los que podríamos
mencionar, son suficientes para mostrar cuán poderosas y generosas
amigas son estas Almas.
COMO UNA NIÑA ENCONTRÓ A SU MADRE:
Una pobre niña sirvienta en Francia llamada Jeanne Marie escuchó una
vez un sermón sobre las Santas Almas, el cual dejó una impresión
indeleble en su mente. Fue profundamente movida por el pensamiento del
intenso e incesante sufrimiento que soportaban las pobres Almas, y se
horrorizaba al ver cuán cruelmente eran olvidadas y dejadas de lado por
sus amigos de la Tierra. Otra cosa que la impresionó profundamente es
oír que hay muchas almas que están tan cerca de su liberación, que una
sola Misa sería suficiente para ellas; pero que son retenidas largo
tiempo, hasta años, sólo porque este último y necesario sufragio fue
olvidado o negado! Con una fe simple, Jeanne Marie resolvió que, costara
lo que costara, ella tendría una Misa por las Pobres Almas cada mes,
especialmente por las más cercanas al Cielo. Ella ahorraba un poquito, y
a veces con dificultad, pero nunca falló en su promesa. En una ocasión
fue a París con su patrona, y la niña cayó enferma. por lo cual se vio
obligada a ir al Hospital. Desafortunadamente, la enfermedad resultó ser
de largo tratamiento, y su patrona tuvo que regresar a casa, deseando
que su mucama pronto se reuniera con ella. Cuando al final la pobre
sirvienta pudo dejar el hospital, y allí había dejado todos sus ahorros,
de manera que sólo le quedaba en la mano un franco. Qué hizo? A dónde
ir? De repente, un pensamiento cruzó su mente y se acordó que no había
ofrecido ese mes una Misa en favor de las Pobres Almas. Pero tenía sólo
un franco! Apenas le alcanzaría para comer. Como tenía confianza que las
Almas del Purgatorio le ayudarían, fue hasta una Iglesia y pidió hablar
con un sacerdote, para que ofrezca una Misa, en favor de las Almas del
Purgatorio. El aceptó, aunque jamás imaginó que la modesta suma que la
niña ofreció era el único dinero que la pobre niña poseía. Al terminar
el Santo Sacrificio, nuestra heroína dejó la Iglesia. Una cierta
tristeza nubló su rostro, y se sintió totalmente perpleja. Un joven
caballero, tocado por su evidente decepción, le preguntó si tenía algún
problema y si podía ayudarla. Ella le contó su historia brevemente, y
finalizó diciendo cuanto deseaba trabajar. De alguna manera se sintió
consolada por la forma en que el joven la escuchaba, y recobró la
confianza. "Será un placer ayudarte" dijo." Conozco una dama que en este
momento está buscando una sirvienta. Ven conmigo". Y dicho esto le guió
hasta una casa no muy lejos de allí y le pidió que ella tocara el
timbre, asegurándole que encontraría trabajo. En respuesta al toque de
timbre, la dama de la casa abrió ella misma la puerta y preguntó a
Jeanne Marie que quería. "madam" dijo ella, "Me dijeron que usted está
buscando una mucama. No tengo trabajo y me agradaría tener el puesto".
La dama estaba perpleja y replicó: "Quién pudo haberte dicho que
necesitaba una mucama? Hace sólo un par de minutos que acabo de despedir
a la que tenía, acaso te has encontrado con ella?" "no, Madam. La
persona que me informó que usted necesitaba una mucama fue un joven
caballero". "Imposible!, exclamó la señora, "Ningún joven, de hecho
nadie, pudo haberse enterado que necesitaba una mucama". "Pero madam",
dijo la niña, apuntando un cuadro en la pared" ése es el hombre que me
lo dijo". "No, mi niña, ese es mi único hijo, que ha muerto hace ya más
de un año! "Muerto o no" aseguró la niña," el fue el que me trajo hasta
aquí, y aún me guió hasta la puerta. Vea la cicatriz en la frente. Lo
reconocería donde fuera". Luego, le contó toda la historia, con su
último franco, y de cómo ella obtenía Misas por las Santas Almas,
especialmente por las más cercanas al Cielo. Convencida al final de la
veracidad de la historia de Jeanne Marie, la dama la recibió con los
brazos abiertos. "Ven, pero no como mi sirvienta, sino como mi querida
hija. Tu has enviado a mi queridísimo hijo al Cielo. No tengo duda que
él fue el que te trajo a mí".
COMO UN NIÑO POBRE LLEGO A OBISPO, A CARDENAL Y A SANTO.
San pedro Damián perdió a su padre y madre apenas nació. Uno de sus
hermanos lo adoptó, pero lo trataba con aspereza, forzándolo a trabajar
muy duro y alimentándolo muy mal y con escasa ropa. Un día encontró una
moneda de plata, que representaba para él una pequeña fortuna. Un amigo
le aconsejó que lo usara para sí mismo, pues el dueño no podría ser
hallado. Para Pedro era difícil establecer en que lo gastaría, ya que
tenía todo tipo de necesidades. Pero cambiando de pensar en su joven
mente, decidió que lo mejor que podía hacer era pedir una Misa por las
Almas del Purgatorio, en especial por las almas de sus queridos padres.
A costa de un gran sacrificio, transformó su pensamiento en hechos y las
Misas fueron ofrecidas. Las almas del Purgatorio devolvieron su
sacrificio más generosamente. Desde ese día en adelante notó un gran
cambio en su destino. Su hermano mayor lo llamó a la casa donde él
vivía, y horrorizado por el maltrato que padecía, lo llevó a vivir
consigo. Lo trató como a su propio hijo, y lo educó y cuidó con el más
puro afecto. Bendición sobre bendición, los mas maravillosos talentos de
Pedro salieron a la luz, y fue rápidamente promovido al sacerdocio;
algún tiempo después el fue elevado a la dignidad de Obispo, y
finalmente, Cardenal. Además, muchos milagros atestiguan su santidad,
tanto que luego de su muerte fue canonizado y declarado Doctor de la
Iglesia. Estas maravillosas gracias vinieron a él después de una Misa
ofrecida por las Santas Almas.
UNA AVENTURA EN LOS APENINOS
Un grupo de sacerdotes fueron convocados a Roma para tratar un asunto
de gravedad. Eran portadores de importantes documentos, y una gran suma
de dinero les fue confiada para el santo Padre. Atentos al hecho que los
Apeninos, los cuales habían de cruzar, estaban infestados de forajidos,
eligieron un guía de confianza. No había por aquel entonces túneles ni
trenes para cruzar las montañas. Se encomendaron a la protección de las
Animas Benditas del Purgatorio, y decidieron recitar el De Profundis
cada hora por ellas. Cuando llegaron al corazón de las montañas, el que
iba mas adelante de todos dio la voz de alarma a la vez que espoleaba a
los caballos a todo galope. Mirando alrededor, los sacerdotes vieron a
ambos lados del sendero fieras bandas de forajidos fuertemente armados y
apuntándoles. Se vieron en una emboscada y estaban a la completa merced
de los delincuentes. Después de una hora de temerario avance, el guía
paró y mirando a los sacerdotes, dijo:" No puedo entender cómo
escaparon. Esta gente nunca perdona a nadie". Los padres estaban
convencidos que debían su seguridad a las Santas Almas, como luego se
confirmaría con un hecho que disiparía toda duda. Cuando concluyeron su
misión en Roma, uno de ellos fue destinado a la Ciudad Eterna, como
capellán de una prisión. No mucho después, uno de los más feroces
bandidos en Italia fue capturado, y condenado a muerte por una larga
serie de asesinatos y esperaba la ejecución en su celda. Ansioso de
ganar su confianza, el capellán le contó sus aventuras, entre ellas las
de los Apeninos. El criminal manifestó gran interés en la historia.
Cuando terminó el curita su relato, el asesino exclamó: "YO FUI el líder
de esa banda! Estábamos seguros de que ustedes portaban dinero y
estábamos decididos a matarlos y saquearlos. Pero una fuerza invisible
nos impidió disparar, pues queríamos hacerlo pero no podíamos". El
capellán luego le contó al delincuente cómo se habían encomendado a la
protección de las Almas del Purgatorio, y que ellos atribuían su
liberación a su protección. El bandido no tuvo dificultad en creer. De
hecho, hizo su conversión mucho más fácil. Murió con arrepentimiento.
COMO PÍO IX SE CURÓ DE SU MALA MEMORIA:
El venerable pontífice Pio IX designó a un Santo y Prudente religioso
llamado Tomaso como Obispo de la Diócesis. El sacerdote, alarmado por la
responsabilidad puesta sobre el, comenzó encarecidamente a excusarse.
Sus protestas fueron en vano. El Santo Padre sabía de sus méritos.
Agobiado por la aprehensión, el humilde religioso solicitó una audiencia
con el Santo Padre y le confesó que tenía mala memoria, lo que resultaba
ser un grave impedimento en el alto oficio encomendado a él. Pio IX
respondió con una sonrisa " Su diócesis es muy pequeña en comparación
con la Iglesia Universal, la cual yo llevo sobre mis hombros. Tus
cuidados son livianos en comparación con los míos." Agregó:"Yo también
sufría un grave defecto de la memoria, pero prometí decir una ferviente
oración diaria por las Animas Benditas, las cuales, en retribución, han
obtenido para mí una excelente memoria. Usted debería hacer lo mismo,
estimado Padre, y tendrá en qué regocijarse".
CUANTO MAS DAMOS, MAS RECIBIMOS.
Un hombre de negocios en Boston se unió a la Asociación de las Santas
Almas y dio una alta suma de dinero anual para Misas y oraciones en
favor de éstas. El Director de la Asociación se sorprendió de la
generosidad del caballero, pues sabía que no era un hombre rico. El le
preguntó amablemente un día si las limosnas que él generosamente daba
eran completamente suyas o eran colectas que el realizaba de otros. El
hombre respondió: "Todo lo que doy es mi propia ofrenda. No se alarme.
No soy rico, usted piensa que doy mas de lo que tengo. No es así, lejos
de perder con mi caridad, las Animas Benditas ven que gano
considerablemente mas de lo que doy; a ellas no les gana nadie en
generosidad".
EL TIPÓGRAFO DE COLONIA:
William Freyssen, da su testimonio de como su hijo y esposa
recobraron la salud gracias a las Almas del Purgatorio. Un día le
encargaron imprimir un librito sobre el Purgatorio. Cuando realizaba las
tareas de corrección del texto, su atención fue captada por los hechos
narrados en el libro. El aprendió por primera vez las maravillas que las
Santas Almas pueden obrar por sus amigos. Por aquel tiempo su hijo cayó
gravemente enfermo, y pronto su estado se volvió desesperante.
Recordando lo que había leído acerca del poder de las Santas Almas,
Freyssen hizo la promesa solemne de imprimir mil libritos a su propia
expensa, con su firma impresa. Fue a la iglesia y, una vez dentro, hizo
un voto solemne. En ese momento una sensación de paz y confianza
inundaron su alma. A su retorno a casa, su hijo, que no podía tragar ni
una gota de agua, pidió algo de comer. Al día siguiente estaba fuera de
peligro y pronto, completamente curado. Al mismo tiempo, Freyssen ordenó
imprimir los libros del Purgatorio para ser distribuidos, sabiendo que
la mejor forma de obtener ayuda para las almas sufrientes, era
interesando a mucha gente sobre el tema. Nadie que sabe sobre el
sufrimiento de estas pobres almas, niega una oración a ellas. El tiempo
pasó, y una nueva tristeza se cernía sobre este tipógrafo. Esta vez su
amada esposa cayó enferma y a pesar de todos los cuidados iba cada vez
peor. Perdió el uso de razón y quedó casi completamente paralizada, de
modo que los doctores no le dieron muchas esperanzas. El marido,
recordando todo lo que las Almas del Purgatorio habían hecho a su
pequeño hijo, corrió otra vez a la Iglesia y prometió solemnemente, como
otrora, imprimir 200 de los libros del Purgatorio, en principio, como
urgente socorro de las Animas benditas. Imposible de relatar. La
aberración mental de su esposa cesó, y comenzó a mover su lengua y
extremidades. En un corto período ella estaba perfectamente sana.
LA CURA DEL CÁNCER.
Joana de Menezes nos contará de su cura. Ella estaba sufriendo de un
cáncer en la pierna y sumergida en un profundo dolor. Recordando lo que
había oído sobre el poder de las Almas del Purgatorio, ella resolvió
poner toda su confianza en ellas y ofrecer nueve Misas por ellas.
Prometió publicar en el diario su curación, si esta se llevaba a cabo.
Gradualmente el tumor y el cáncer desaparecieron.
UN ESCAPE DE UN ASALTO:
El Padre Luis Manaci, un celoso misionero, tenía gran devoción a las
Almas del Purgatorio. Se encontró una vez realizando un viaje peligroso,
pero con mucha confianza pidió a las Animas Benditas que lo protegieran
de los peligros que se iría encontrando. Su camino bordeaba una zona
desértica, en la cual se sabía que estaba infestada de peligrosas
gavillas. Cuando se encontraba rezando el Santo Rosario por las Almas,
cuál no fue su sorpresa, de verse rodeado de una custodia de espíritus
benditos. Pronto el descubrió la razón. Había pasado por una emboscada,
pero las Santas Almas lo rodearon y lo taparon, tornándolo invisible
para los miserables que buscaban su vida. Lo acompañaron hasta que
estuvo seguro y fuera de peligro.
VOLVER A LA VIDA:
El Prior de Cirfontaines nos cuenta su historia:" Un joven de mi
parroquia cayó enfermo de fiebre tifoidea. Sus padres vencidos por la
pena y me pidieron que lo encomendara a las oraciones de los miembros de
la Asociación de Santas Almas. Era un sábado. El chico estaba a las
puertas de la muerte. Los doctores probaron todos los recursos, todos
los remedios. Fue en vano. No podían hallar nada para mejorarlo. Yo era
el único que tenía esperanzas. Sabía del poder de las Santas Almas pues
había visto lo que podían hacer. El domingo rogué a los Asociados de las
Santas Almas para que rogaran fervientemente por nuestro amigo enfermo.
El lunes el peligro había pasado. El muchacho estaba curado".
LÉELO Y DESPIERTA!
"En mi larga vida", escribe un sacerdote," vi muchas manifestaciones
de generosidad de los católicos por los pobres y necesitados, de acuerdo
con lo que Nuestro Señor nos mandó hacer. "También noté que algunos
católicos son, por supuesto, muy generosos y buenos. Algunos se
preocupan por los pobres, otros por los enfermos. Leprosos, pacientes de
cáncer, deficientes mentales, todos tienen amigos. Algunos prefieren
ayudar a los jóvenes, los corazones de otros prefieren a los ancianos".
"Lo más extraño de todas las cosas, es que nunca encontré ni un hombre,
ni una mujer que se haya dedicado por completo, de todo corazón, a la
más grande de las caridades, por los mas necesitados, esto es, por las
santas Almas del Purgatorio. Debe haber algunos que lo hacen, pero en mi
larga y variada experiencia, no encontré ninguno". Y las palabras de
este sacerdote son pura verdad! Apelamos a aquellos que todavía no se
han dedicado a si mismos a alguna forma particular de caridad, para que
se dediquen con todas sus energías a las Animas Benditas. Hagan todo lo
que puedan personalmente, e induzcan a otros a hacer lo mismo. La mejor
manera es practicar los consejos incluidos en este librito, y esparcir
cientos de copias, y hacer cientos de Almas amigas en el Purgatorio y
luego en el cielo. Pues... quién puede leerlo y rehusarse a ayudarlas? o
nada para evitarlo para sí mismos y tampoco ayudan a las Almas
Sufrientes que están en terribles tormentos, esperando por las Misas y
las oraciones ofrecidas por ellas.
Realidad del Cielo, Infierno y Purgatorio
Purgatorio
El
Trabajo de Dios |