Día quinto Diciembre 20
Consideración
Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Dios en el seno de su purísima
Madre. Veamos hoy también la vida que llevaba María durante el mismo espacio de
tiempo. Necesidad hay de que nos detengamos en ella si queremos comprender, en cuanto es
posible, los sublimes misterios de la Encarnación y el modo como hemos de corresponder a
ellos.
María no cesaba de desear el momento en que gozaría de esa visión beatífica
terrestre: la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la
eternidad.
Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debían esparcir para siempre la felicidad en millones de
elegidos. Iba a ver aquel rostro todos los días, a todas horas, a cada instante durante muchos
años. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud en la serenidad reflexiva de la edad
madura. Haría todo lo que quisiese de aquella faz divina; podría estrecharla contra la suya con toda la libertad del amor
materno; cubrir de besos los labios que debían pronunciar la sentencia a todos los hombres; contemplarla a su gusto durante su sueño o
despierta, hasta que la hubiese aprendido de memoria. Cuán ardientemente deseaba ese
día!
Tal era la vida de expectativa de María; era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda vida
cristiana. No nos contentemos con mirar a Jesús en María; pensemos que en nosotros también reside, por
esencia, potencia y presencia. Jesús nace continuamente en nosotros por las buenas obras que hacemos en estado de
gracia; de manera que el alma que se halla en gracia es un seno perpetuo de
María, un Belén interior sin fin. Después de la Comunión, Jesús habita en nosotros durante algunos
minutos, real y sustancialmente como Dios y como hombre, .porque el mismo Niño que estaba en María está también en el Santísimo Sacramento. Qué es todo eso sino una participación de la vida de María durante esos maravillosos
meses, y una expectativa tan llena de delicias como la suya?.
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