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EL CUERPO Y LA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. LA NUEVA ALIANZALa antigua alianza mosaica fue establecida por Moisés tras recibir las tablas de la Ley de Dios. Moisés ordenó el sacrificio de becerros jóvenes, y luego roció la mitad de la sangre sobre el altar, y la otra mitad sobre el pueblo diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes”. Esto significaba el contrato de obediencia de los israelitas con la Ley de Dios.
Esta alianza fue usada en el Antiguo Testamento como confirmación del compromiso del pueblo con Dios y para aplacar Su justa ira.
Con el tiempo, Dios comenzó a revelar a los profetas, poco a poco, la Nueva y Eterna Alianza a través del sacrificio de Su Hijo. Esto se realizó en el Nuevo Testamento durante la Institución de la Sagrada Eucaristía en la Última Cena.
Isaías 1:11: «¿De qué me sirven sus muchos sacrificios?» dice el Señor. «Estoy harto de holocaustos de carneros y de la grasa de animales engordados; no me complace la sangre de toros, corderos ni machos cabríos».
Salmo 40:6-8: 6 «Sacrificios y ofrendas no has querido; pero me has abierto los oídos. Holocaustos y ofrendas por el pecado no te agradaron.
7 Entonces dije: 'Aquí estoy —como está escrito de mí en el rollo del libro—
8 en hacer tu voluntad, Dios mío, me complazco; tu ley está en mi corazón'».
Jesus nuestro SalvadorJesús responde al Padre según el Salmo, que él asumirá un cuerpo para ser sacrificado, obedeciendo la voluntad divina: Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya.
Hebreos 10:5: «Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dice: 'Sacrificios y ofrendas no quisiste; pero me preparaste un cuerpo'».
La Última CenaExplicación: En la Última Cena, Jesús como Sumo Sacerdote del Orden de Melquisedec, profetizando su Pasión y Muerte, instituyó la Sagrada Eucaristía. En este sacramento, comemos verdaderamente su Cuerpo
y bebemos su Sangre para purificarnos de nuestros pecados. Jesús instituye esta nueva alianza eterna, reemplazando la antigua con sangre de animales, por la suya, para el perdón de los pecados.
Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo por su sacrificio en la cruz.
La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo nos recuerda este gran misterio de la fe católica.
Las Palabras de JesúsJuan 6:51-58 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo."
52 Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
53 Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.
57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí.
58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.".
Durante la Consagración en la Santa Misa, se repiten las palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman espiritualmente en su Cuerpo y Sangre. Esta transformación, llamada Transubstanciación, ha sido confirmada cien tíficamente y también por milagros eucarísticos. Cristo está presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Palabras de la Consagración del Pan y Vino, Cuerpo y Sangre de CristoLos sacerdotes católicos repiten sus palabras DURANTE LA CONSAGRACION:
Mateo 26:26–28
(Para el Pan): "Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros"
(Para el Vino): "Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi Sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
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