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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Dios odia el pecado, Dios aborrece el mal -  Como no pecar más?Dios odia el pecado, Dios aborrece el mal - Como no pecar más?

Dios odia el pecado, Dios aborrece el mal -  Como no pecar más?

Dios odia el pecado, Dios aborrece el mal - Como no pecar más?


¿Porque será que el pecado ha contaminado a toda la humanidad? ¿Que es lo que nos mueve a caer al abismo aun sabiendo que vamos a perecer? ¿Que es lo que produce el gusto del pecado?

El demonio es nuestro mejor amigo, pues se complace en mostrarnos que tan bueno es el pecado, lo muestra como algo indispensable para nuestras vidas, lo hace tan necesario para nosotros que nos vuelve adictos enceguecidos sin deseo de salir del mal, nos llena de coraje para auto justificarnos, nos enreda en el secreto de hacer el mal y nos tranquiliza la conciencia. Por causa de esta amistad con el demonio, perdemos la amistad con Jesús, el amigo que nunca falla.

Y así el pecado produce una sed que nunca se puede calmar, un hambre que nunca se puede satisfacer, una fantasía que sale de la mentira del demonio. El pecado es una llama muy difícil de apagar.

Ay si no fuera porque Dios nos ama tanto y ha puesto la luz de la conciencia en cada corazón, la ley natural, el ángel de la guarda, aquella voz interior que nos habla en medio de nuestra vergüenza.

Si el demonio trata de pervertirnos, Dios por medio de la conciencia trata de sacarnos del mal para que regresemos al bien. Dios no se cansa, en efecto está siempre tocando a la puerta. Apocalipsis 3:20 Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.

Pero cuando estamos en el pecado cerramos la puerta, la trancamos con muchos candados y cadenas, nos encerramos con el demonio en la oscuridad, estamos sordos a la voz de Dios y no queremos la luz que nos ofrece.

¿Y que es lo que estamos haciendo en realidad? Cuando pecamos firmamos un contrato de muerte con el demonio. Le entregamos el alma a cambio del placer que nos ofrece, nos convertimos en sus hijos, nos dejamos engañar de su mentira, desfilamos festivamente con él directamente hacia el infierno, tomamos veneno mortal, nos pegamos un tiro en el corazón, le decimos adiós al cielo.

Aparte de esto le estamos dando la espalda a Dios, estamos despreciando el regalo que nos ofrece de ser sus hijos y lo insultamos crucificando a su Hijo Jesús.

¿Será que realmente dejamos de ser hijos de Dios y nos convertimos en hijos del demonio cuando vivimos en el pecado?
Si. Así es, desafortunadamente.

La Primera carta de San Juan capítulo 3:8 nos dice: Quien comete el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo.

¿Y como se siente Dios ante el pecado? Isaías 59:2 Vuestras iniquidades han hecho una separación entre vosotros y vuestro Dios; vuestros pecados hacen que Él oculte su rostro para no oíros"

El pecado es una pared que construimos con el demonio, la cual impide que la luz de Dios brille en el alma.

Proverbios 11:20 Los de corazón malo son abominables a Yahvé; los de perfectos caminos le son gratos.

Dios el Padre mira indignado el pecado del hombre, porque en él ve a su Hijo Jesús crucificado.

Apocalipsis 21:8 Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte.

Romanos 6:23 Pues el salario del pecado es la muerte.
Dios nos enseña en Amos 5:15 Aborreced el mal, amad el bien, y es porque Dios mismo aborrece el mal y ama el bien.

¿De que lado queremos estar? Si pecamos solo podemos estar con el demonio. ¿Qué cosa es en realidad el pecado?

1 El pecado es el excremento de Satanás, es esa porquería inmunda de su maldad, la comida suculenta y deliciosa del pecador.
2 El pecado es el alimento envenenado que Satanás da a todos los hambrientos de la desobediencia, aquellos que en su orgullo desafían los mandamientos y la voluntad de Dios.
3 El pecado es el virus que silenciosamente contamina el alma y la lleva a la muerte y a la condenación eterna.
4 El pecado es la moneda de Satanás que ansiosamente tantos buscan, es el arma que el enemigo usa para causarnos heridas mortales.
5 El pecado es el vestido del pecador, el maquillaje que camufla la maldad, el aura esplendorosa del maligno que engaña a tantas almas ingenuas.
6 El pecado es la corrupción que pervierte con el engaño, los placeres, las riquezas, la mentira, el odio y la complacencia de cada uno.
7 El pecado es esa nube de comodidad en la que se vive cuando el demonio cierra los ojos del alma a la luz de Dios.
8 El pecado es la sombra del demonio que cobija amistosamente al que se aleja de Dios. Es el contrato de venta de nuestras almas al enemigo. Es el título de posesión que acredita al demonio como nuestro dueño.
9 El pecado es el alimento de Eva, esa manzana dulce que en su amargura nos ha robado la inmortalidad y continua siendo veneno y muerte para los desobedientes.
10 El pecado es la oscuridad que nos brinda Satanás para que nos estanquemos en las tinieblas y despreciemos la luz de Dios.
11 El pecado es esa máscara atractiva que cubre el rostro de la muerte.
12 El pecado es ese monstruo horroroso que nos cautiva y engaña con la satisfacción temporal al costo de la infelicidad eterna.
13 El pecado son los dardos mortales que penetran el alma, luego pervierten el espíritu y llevan directo a la condenación.
14 Nuestro pecado es culpable de la muerte de Cristo en la cruz. Personalmente cada uno de nosotros hemos crucificado al Señor.
15 El pecado es una herida del alma, una mancha que no podemos borrar, un registro de nuestro mal proceder. La marca del demonio, el número 666.
16 El pecado daña nuestra relación con Dios. Destruye al pecador y al prójimo ofendido. Las consecuencias del pecado afectan no solo la victima sino muchas personas alrededor.

- ¿Y como es que me he dejado seducir de Satanás y le he aceptado como mi padre?

Querido hermano, hermana. Nuestra desgracia es heredada, es el pecado de nuestros primeros padres que aun ronda por la tierra. Y tan solo Jesucristo nos puede limpiar con su Preciosa Sangre.

Dios odia el pecado, Dios aborrece el mal - Que debo de hacer para dejar el pecado?

Primero que todo debo arrepentirme, debo pedirle perdón a Dios, pedir mi conversión. Debo examinar la ofensa que he cometido ante Dios, el daño que personalmente me he hecho, el daño que le he hecho al prójimo y las consecuencias físicas y espirituales de mi desobediencia.
2 Debo sentir asco y repugnancia por todo tipo de pecado, estudiar sus consecuencias y rechazar rotundamente su influencia.
3 Debo alejarme de los encantos del pecado, detestar su fascinación y condenar sus justificaciones.
4 Debo vivir alerta para vencer las tentaciones y así evitar pecar. 2 Pedro 2:22 Les ha sucedido lo de aquel proverbio tan cierto: "el perro vuelve a su vómito" y "la puerca lavada, a revolcarse en el lodo".
Si yo vuelvo al pecado es porque no me he arrepentido. Punto.
5 Debo confesarme a la primera oportunidad después de haber pecado. Debo confesar no solo el pecado sino mi culpabilidad y las consecuencias del pecado. Debo prometerle a Dios nunca más volver a ofenderle. Debo vencer el mundo, el demonio y la carne.
6 Debo hacer reparación por mis pecados, física y espiritualmente. Debo hacer muchas obras buenas, dar limosnas, hacer actos de fe, esperanza y caridad, para poder estar bien con Dios.
7 Debo recordar que mi pecado es una bofetada a Jesús, es clavarlo en la cruz, es burlarme de él, es darle la espalda, es asesinarlo y asesinar a la vez mi alma.
8 Debo vivir en la presencia de Dios, buscar su luz a través de su palabra y de los sacramentos.

- ¿Qué puedo aprender de las Sagradas Escrituras?

Sabiduría 4:12 pues la fascinación del mal ensombrece el bien y el frenesí del deseo pervierte al espíritu ingenuo.
- Por eso a la primera tentación debo resistir, debo hacer algo totalmente distinto, pues el demonio con fascinaciones y malvadas fabulaciones oscurece el sentido interior y oculta el mortal veneno de lo deleitable transitorio.

1 Juan 3:6 Todo el que permanece en Dios, no peca. Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
- Debo vivir esta palabra de Dios muy claramente y no auto justificarme.
1Jn 3:8 Quien comete el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo.
- Si estoy en pecado soy del diablo, pues así lo dice la escritura. Debo renunciar el pecado y las obras de Satanás.

Romanos 6:23 Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Cuando estoy en pecado, mi alma esta muerta para Dios, solo vive para Satanás.

Mateo 5:37 Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí" "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
- No somos sinceros con nosotros mismos, nos escondemos en la ambigüedad y por eso no llegamos a la verdadera conversión.

Rev 3:16 Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
No podemos caminar con un pie en el camino y otro en el abismo, no podemos agarrar a Dios con una mano y al demonio con la otra. O somos, o no somos.

2 Timoteo 2:22 Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro.

Eclesiastés 3:1 El Señor nos dice que hay un tiempo para todo. 2 Corintios 6:2 Ahora es el tiempo de la salvación.

Eclesiástico 21:2 Huye del pecado como de la serpiente, porque, si te acercas, te morderá. Dientes de león son sus dientes, que quitan la vida a los hombres.

También nos dice Eclesiástico 3:26 el que no huye del peligro en el perecerá.

Juan 8:21 Jesús les dijo otra vez: "Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir."
- Que Dios nos de la gracia de no morir en pecado, pues en el pecado no podremos ir a donde está Jesús.

Como vencer La carne
Romanos 13:14 Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no proveáis para la carne y para la satisfacción de sus concupiscencias. (no alimentéis, no animéis las pasiones)

1 Corintios 6:18 "Huid de la fornicación"

2 Timoteo 2:22 "Huye de las pasiones juveniles
Proverbio El que no huye del peligro en el perecerá

Proverbios 22:3 El prudente ve el peligro y se esconde, los simples siguen adelante y sufren daño.
Armadura contra el pecado

Efesios 6:10 Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza poderosa.
Efesios 6:11 Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del diablo.
Efesios 6:12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire.
Efesios 6:13 Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto, y manteneros firmes después de haber vencido todo.
Efesios 6:14 Poneos en pie, ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como coraza,
Efesios 6:15 calzados los pies con el celo por el Evangelio de la paz,
Efesios 6:16 embrazando siempre el escudo de la fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del maligno.
Efesios 6:17 Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Efesios 6:18 siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos.

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