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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Adoracion al Santisimo Sacramento del Altar - Catedral de ArmeniaAdoracion al Santisimo Sacramento del Altar - Catedral de Armenia

Adoracion al Santisimo Sacramento del Altar - Catedral de Armenia

Adoracion al Santísimo Sacramento del Altar


Catedral de Armenia Quindío Colombia
Exposición: Padre Gabriel Antonio Arias

Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Venimos Señor en esta tarde a adorarte. En este Jueves oramos por la Iglesia. Ponemos en manos de Dios la vida de la Iglesia, la vida de los pastores, de los sacerdotes. Señor queremos poner en tus manos la vida del mundo entero, todos los continentes, los países. Queremos presentarte las familias del mundo entero. Desde esta Iglesia Catedral de Armenia te adoramos, te bendecimos, te alabamos Señor.

Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.
quien te amara tanto que de amor muriera.

Dios te bendiga, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Adoracion al Santísimo Sacramento del Altar

Adoración: José Belmore Arias – El Trabajo de Dios

Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.
quien te amara tanto que de amor muriera.

Señor Jesús, reconocemos tu Presencia en el Santísimo Sacramento del Altar.

Señor, tu eres el mismo ayer, hoy y siempre, y hoy venimos a adorarte, venimos con la Virgen María, con los ángeles y los santos. Virgen María, madre Santísima, purifica nuestra oración, nuestra adoración en tu santidad, en tu humildad, en tu piedad y recogimiento, en tus santas lágrimas. Y llévanos de tus manos a la Presencia del Señor.

Señor Jesús crucificado, te pedimos perdón por nuestros pecados, y los pecados de toda la humanidad.

Señor, queremos tener una comunión espiritual contigo, para que tu entres en nosotros, así como cuando entras en la Sagrada Eucaristía: Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Y permítenos también entrar en ti Señor, en tu Santo Nombre, en tus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de la Santísima Virgen María.

Virgen María Madre Santa, ayúdanos a adorar al Señor en espíritu y en verdad.

Te adoramos, te adoramos, te adoramos Señor, danos la gracia para adorarte más y más y más, como la Virgen María, los ángeles y los santos, y así como serafines ardientes vivir en el gozo de tu presencia. Te adoramos Señor en el Santísimo Sacramento del Altar, sacramento de nuestra fe. Te adoramos Señor, en todas las Santas Misas que se están ofreciendo, se han ofrecido y se ofrecerán en tiempo y en eternidad.

Señor, tú en tu poder tan grande, en tu omnipotencia, en tu omnisciencia. Señor tú estás omnipresente desde la cruz, tu te extiendes Señor, tú trasciendes el tiempo, el espacio, la materia, la distancia y tú vienes al altar en las manos del Sacerdote. Te reconocemos Señor porque eres el mismo de la cruz, el mismo Jesús que entregó su vida por nosotros, tú mismo dijiste: “este es mi cuerpo, esta es mi sangre.” Con tanto amor miraste esta hostia que estamos adorando en este momento. Por eso Señor, venimos a pedirte tu bendición. Venimos a adorarte, con todos los ángeles, con todos los santos, con toda la Iglesia. Permítenos entrar en entrar en este misterio de tu omnipresencia, porque tú eres grande y poderoso.

Señor, con humildad nos postramos ante ti. Te amamos, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te exaltamos, te magnificamos, y te damos gracias Señor. Te glorificamos por tu ser inmutable, por tus infinitas perfecciones, por tus divinos atributos, y por habernos creado de la nada.
Señor, tu eres grande y poderoso, brilla tu luz en nuestras almas Señor. Te adoramos Señor en tu presencia santa que nos rodea, pues tu Espíritu Santo lo ha creado todo y todo lo sostiene, y nos santifica. Señor, en ti vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.

Te adoramos Señor, Dios todopoderoso, que estás en tu trono en el firmamento del Cielo, Tú que reinas Señor en tu trono sentado sobre querubines, tú también que estás reinando en tu Trono de Gloria, el Inmaculado Corazón de María. Tú que reinas en la vida, Señor, tú que estás entronado en nuestro corazón, y en todos los templos de tu Espíritu.

Te adoramos, te adoramos, te adoramos Señor, porque tú eres grande y poderoso. Bendito seas Señor, aleluya, aleluya, aleluya. Gloria a Dios.
Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Señor, yo vengo con humildad a ofrecerte todo mi amor. Pero soy nada, soy barro, criatura de tus manos, pecado que te ofende, inmundicia que apesta. Pero con humildad, yo te doy honor, magnificencia y divinidad, como mi Señor, mi Rey y Salvador, creador mío y de todo lo que existe.

Señor, con humildad y resignación elevo mi espíritu y lo coloco en tus manos. En tus manos encomiendo mi espíritu, mi cuerpo, mente y alma.
Señor, me entrego totalmente a ti, te doy todo lo que tengo; pero me doy cuenta de que soy nada. No tengo nada porque todo es tuyo Señor. No soy nada Señor, nada mío, todo es tuyo. Señor no valgo nada.

Señor, lo que yo pienso de mí no tiene importancia. Lo que realmente importa es lo que tú piensas de mí. Así que yo me considero un servidor inútil.
Que yo sea siempre cero, pero tú el número uno, el máximo.

Señor, yo me comparo con el universo, pero me veo tan pequeñito como una partícula de polvo ante esta grandeza infinita.
Señor, y me desaparezco. Y si yo no existiera, el universo seguiría igual.

Luego trato de comparar el universo contigo pero lo veo en tus manos como una partícula de polvo; y te veo tan grande Señor, infinitamente grande. Señor dame la gracia para disminuir y que tú puedas crecer, que yo siempre sea cero, que sea nada, que yo siempre Señor pueda negarme a mi mismo, y que tú en mi corazón Señor seas lo más grande, lo más hermoso, infinito y eterno.

Te adoramos Señor, venimos todos a adorarte Señor, con todos los ángeles y con todos los santos.

Señor, te adoramos allí en lo más alto de lo alto, allí donde tú estás rodeado de Luz inaccesible, de Majestad incompresible, de Gloria infinita y eterna. Y es que tú eres grande, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Señor, brilla tu luz en nuestras almas, Señor.

Dios Padre Eterno, padre amado, padre santo, papito Dios.

Señor, tú eres ese Fuego Sagrado de la existencia, el fuego de la vida, “Yo soy quien yo soy”, tú eres el Poder Supremo, la Voluntad Divina.

Hoy vengo Señor para que tu me moldees, me transfigures Señor, para que tú actúes en mí, vivas en mí, te muevas en mí. Para que restaures mi alma a esa pureza prístina en la cual tú la creaste, para que tú me transformes Señor, para que yo pueda ser un espejo de tu santidad, de tu Espíritu. Yo soy tu hijo, y yo te amo Señor. Quiero sentir tu abrazo paternal, tu sonrisa.

Te adoro Señor, te adoramos todos Señor, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos.
Gloria a Dios, Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Señor Jesús, tú eres el Hijo de Dios el Padre, tú eres el Hijo de María, eres verdadero Dios y verdadero hombre. Señor te adoramos. Señor, tú eres ese Resplandor Divino de ese Fuego Sagrado de la existencia que es el Padre. Té eres esa luz, que has venido a iluminar el corazón de cada ser humano. Señor, tú eres la luz del mundo. Ilumínanos Señor con esa luz de diez mil soles. Señor, ilumínanos con tu Santa Palabra, con tu Sabiduría Eterna, con tu Misericordia Divina. Transfigúranos Señor en todos tus atributos divinos, en todas tus perfecciones, para que restaures esa imagen de nuestras almas, y podamos ser, ser templos de tu Santidad.

Te adoramos Señor Jesús, te adoramos, Gloria a Dios, Aleluya, Gloria a Dios, aleluya, aleluya, aleluya Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Y te adoramos también Dios Espíritu Santo, tú eres ese Fuego Sagrado del Amor de Dios el Padre y de Dios el Hijo.

Señor, te pedimos que vengas con ese fuego de tu Amor. Abrasa nuestro corazón, entra Espíritu Santo con todas tus perfecciones, con tus atributos divinos. Bendícenos Señor, actúa, vive y reina en nosotros Señor para la Gloria de Dios.

Señor Dios Espíritu Santo, desciende desde lo alto, Señor, sopla tu aliento desde los cuatro vientos. Entra aquí Señor en estos huesos, músculos, tendones, articulaciones, en el corazón, en todos los órganos. Entra aquí Señor al sistema inmunológico, sistema nervioso, sistema endocrino, sistema renal; entra Señor aquí en todo nuestro cuerpo, mente y alma, Señor, entra para que nos sanes. Entra Señor aquí en la sangre, en nuestros sentidos. Restáuranos Señor, danos la salud del cuerpo, la mente y el alma. Te adoramos Espíritu Santo, reina en nosotros Señor, séllanos con el fuego del Amor Divino, el gozo de tu Presencia y el Espíritu de la Paz. Te adoramos Señor, te adoramos Espíritu Santo.
Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Señor Jesús, perdónanos, bendícenos y libéranos. Sánanos, purifícanos, santifícanos y sálvanos, por tus santas llagas, sangre, agua, dolores, lágrimas y angustias y las de la Santísima Virgen María.

Señor, Úngenos, ilumínanos y restáuranos, revela tu Presencia. Actúa ahora mismo Señor Jesús y glorifica tu Santo Nombre.
Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Virgen María, Madre Santísima, tú eres la criatura más perfecta de toda la creación. Desde antes de la creación de los ángeles, de la tierra y de los hombres, Dios te consagró para que fueras su Madre Santísima, su Hija amadísima, su esposa adoradísima.

Virgen María, también te consagró el Señor para que fueras la Nueva Eva, nuestra Madre Santísima y por eso venimos Madrecita Santa para que compartas tu Espíritu con nosotros. María Corredentora del mundo, madrecita llena nuestro corazón con ese fuego de tu corazón. Brilla tu luz en nuestras almas, llénanos de ese amor divino maternal. Y junto con todos los ángeles y los santos adoremos al Señor.

Señor, te adoramos con la Virgen María, los ángeles y los santos. Te adoramos, te adoramos, te adoramos Señor.
Adoración en lenguas……… (Si no puedes adorar en lenguas, repite en tu corazón los nombres de de Jesús y María)

Señor, nosotros queremos adorarte aquí en el Cielo con todos los ángeles, con los coros celestiales. Te adoramos Señor con los Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestados, Principados, Arcángeles y Ángeles.

También te adoramos Señor con todos los Santos, Los Patriarcas, los Profetas, los Apóstoles, Mártires, Confesores, Vírgenes, Místicos, Religiosos, y nos unimos a toda la Iglesia para adorarte.

Señor, adoramos tu Nombre Santo, Dios Todopoderoso, Dios Altísimo, Yahvé Sabaoth, Yo soy quien Yo soy, Adonai, El Shaddai, Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida, la Luz del mundo, la Resurrección, el Buen Pastor, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, el Alfa y el Omega.

Te adoramos Señor y queremos hacer reparación por todas las ofensas, por todas las blasfemias, por todas las herejía en contra de tu Santo Nombre. Señor, te adoramos con esta oración la Flecha Dorada.

Que el más Santo, más Sagrado, más Adorable, más Incompresible e Inefable nombre de Dios, sea para siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo y el Inmaculado Corazón de María en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te adoramos, te adoramos Señor.

Santo, Santo, Santo eres Señor; Santo de los santos, Nombre de los nombres, Dios de dioses, Luz de luces, Espíritu de los espíritus, Voluntad de las voluntades, Poder de poderes, Rey de reyes, Señor de señores, Sabiduría de las Sabidurías, Amor de los amores, Paz de las paces. Llenos están el Cielo y la tierra de tu Gloria, Hosanna en las alturas, bendito el que viene en el Nombre del Señor, Hosanna en las alturas.
Señor Jesús. Té eres el mismo ayer, hoy y siempre; ésta es tu inmutabilidad. Tú eres el mismo Espíritu que creó los cielos y la tierra, que dijo: Hágase la Luz y la luz fue hecha.

Y este Espíritu de tu Palabra descendió al vientre de la Santísima Virgen María y se hizo hombre. Tú eres el mismo Jesús que le dijo a Lázaro: levántate, y Lázaro resucitó de los muertos. Eres el mismo Jesús que consagraste el Pan y el Vino, como tu Presencia en la Eucaristía, por eso estás aquí Señor. Nuestros ojos solo ven ese pan consagrado, pero estamos ante ti Señor, ante la cruz, Jesús Crucificado.

Venimos Señor a adorarte, Señor. A besar y a adorar tus Santas Llagas, ya que por tus Santas Llagas todos somos sanados. Y todos verán al que traspasaron (Zacarías 12:10) y aquí nos encontramos ante Ti Señor.

Señor, adoramos esas Santas Llagas de tu espalda. Esa llaga tan grande en la cual recibiste la flagelación, en la cual fuiste también torturado con cadenas y con metales, que te rompieron toda tu espalda Señor, toda tu carne expuesta. Y con ese dolor tu pagaste Señor por todos los pecados de la carne, por toda la inmoralidad sexual, por el lesbianismo, por el homosexualismo, por toda la lujuria, el adulterio, por todos los pecados de ideología de género, el abuso de los niños. Señor, perdónanos, danos Señor la pureza.

Besamos y adoramos esa Santa Llaga de tu hombro, la más dolorosa de todas. Señor, allí tú cargaste la cruz y llevaste el peso de todo el pecado de la humanidad; y lo escondiste de la Ira y de la Justicia del Padre, lo sellaste con tu Divina Misericordia. Señor, tú nos amas tanto. Bendito seas Señor.
Señor, adoramos tu Sagrada Cabeza, el Trono de la Sabiduría Eterna. Tu cabeza fue profanada Señor por la corona de espinas, con todos los golpes, las blasfemias, el maltrato. Señor, esas espinas somos cada uno de nosotros en nuestro orgullo, perdónanos Señor, danos la humildad.

Señor te adoramos, en tu Sagrada Cabeza, en tu Santo Rostro Señor. Porque ese rostro tuyo es la hermosura misma, pero lo hemos profanado con el pecado, y tú sacrificaste la belleza de tu rostro para restaurar la belleza de nuestras almas. Bendito seas Señor, viniste ante el Padre con tu rostro lleno de golpes, moretones, hinchazones; en la frente, los párpados, los pómulos, la nariz, la boca. Tenías tus labios reventados, Señor, tu cabeza toda bañada en sangre, tu rostro bañado en lágrimas, en el sudor sangriento de la muerte, y también tenías tus ojos enrojecidos, llenos del dolor de la Pasión. Y también tus ojos languidecían, mostrando Señor esa angustia interior de tu alma, porque tu veías los millones de almas rebeldes que se tiran al infierno, que desprecian tu Misericordia, que viven en el pecado.

Te adoramos Señor. Aquí presentas Señor al Padre tu Santo Rostro, y por tus Santas Llagas todos somos sanados.
Señor, besamos y adoramos todas las Santas Llagas de tu cuerpo, esas llagas de tus Santas Manos traspasadas Señor con nuestras malas obras.
Adoramos las llagas de tus pies traspasados por nuestros malos pasos y caminos.

Adoramos las llagas de tus rodillas, de tus codos, que sufrieron por causa de nuestras caídas en el pecado.
Señor, besamos y adoramos todas tus llagas. Adoramos tu Preciosa Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias y las de la Santísima Virgen María.
Señor, también adoramos esa llaga de tu Sagrado Corazón traspasado, desde allí brotó la Gracia y la Misericordia para toda la humanidad, brotó el Agua y la Sangre que son la vida de los Sacramentos de la Iglesia.

Te adoramos, te adoramos Señor Jesús.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los Siglos. Amén.

Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a vos.

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio es ahora y siempre por los siglos de los Siglos. Amén.

Bendito y alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Sea para siempre bendito, alabado y adorado.

Adoracion al Santisimo Sacramento del Altar en vivo - Oración de sanación



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