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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Como conocer, amar y servir a DiosComo conocer, amar y servir a Dios

Como conocer, amar y servir a Dios

Conocer, amar y servir a Dios


Las tres razones por las cuales nosotros fuimos creados son conocer, amar y servir a Dios.

Como Conocer a Dios

Juan capítulo 17:3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

En el plan divino toda criatura debe reconocer a Dios como su creador. Dios hizo su creación como una expresión de su amor para que ese amor regresase a él para su Gloria, y por esto la creación es una imagen de la Santísima Trinidad.

La expresión trinitaria de sus obras se encuentra en todas las criaturas.

El sol es como la Trinidad, vamos a hacer una comparación, que aun siendo tan lejos de Dios, nos ayuda a comprender un poco el gran misterio de la unidad trinitaria. Digamos que Dios el Padre es el fuego, Dios el Hijo es la Luz, y Dios el Espíritu Santo es el calor. Dondequiera que haya un fuego, hay luz, donde hay luz, hay calor. Así que los tres están siempre juntos. Dios es uno, y sin embargo tres.

Hay tres reinos en la naturaleza: animal, vegetal y mineral.

El tiempo se divide en tres: pasado, presente y futuro.

Estados de la Materia: sólido, líquido y gaseoso.

Las mediciones de espacio: longitud, anchura y profundidad.

Los colores primarios: rojo, amarillo y azul.

Partes de un átomo: protones, neutrones y electrones.

Tipos de radiación, los rayos del sol: alfa, beta, gamma.

Los nutrientes en el suelo: nitrógeno, fósforo y potasio.

Las células vivas en la sangre: glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos)

Familia humana: padre, madre e hijos.

Las potencias del alma: memoria, voluntad y entendimiento.

La expresión humana: pensamientos, palabras y acciones.

Hay muchos más ejemplos, por supuesto, todos son como una firma del creador.

Claro que estas imágenes del Creador son una pequeña parte del conocimiento de Dios que todos debemos tener.

Jesús nos dice en Mateo capítulo 7:8 Porque el que busca, encuentra.

Pero es que la única forma de buscar a Dios es a través de su propia palabra, ya que las Sagradas Escrituras son el Espíritu de la Palabra, el verbo eterno
revelado a su pueblo. Juan capítulo 5:39 Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; y son ellas las que dan testimonio de mí.

Las escrituras nos envían a Jesús, porque Jesús es la misma Palabra de Dios que se encarnó en el vientre de María y se hizo hombre.

Juan capítulo 1:14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
La mayoría de los seres humanos conocemos algo de Dios cuando somos niños y empezamos a preguntarle a nuestros padres quien creó el mundo y todo lo que hay en el. Así que la fe de los padres juega un papel muy importante en el conocimiento de Dios para los niños.

El verdadero conocimiento de Dios empieza en el conocimiento de nosotros mismos, ya que somos creados a imagen y semejanza de Dios. Mientras más entendamos sobre nuestra pequeñez y bajeza, más sabiduría recibiremos sobre la grandeza de Dios.

En Génesis capítulo 1:26 Díjose entonces Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Dios nos creó para ser templos de su presencia Y nos dice Jesús en Lucas capítulo 17:21 No podrá decirse: Helo aquí o allí, porque el reino de Dios está dentro de vosotros. San Pablo nos confirma que Dios vive en nuestro interior en la carta 1a de Corintios capítulo 3:16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?

Para llegar a conocer a Dios, debemos de conocer primero a Jesús, Mateo capítulo 11:27 Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.

Jesús nos revela la gloria del Padre cuando le conocemos primero a él.

Nadie puede conocer a Jesús a menos que se niegue a si mismo, tome su cruz y le siga Marcos capítulo 8:34

El lugar del encuentro con Jesús para conocerle realmente es el calvario, pues allí hizo milagro más grande para toda la humanidad, la salvación, su victoria sobre la muerte, el pecado y Satanás. Allí nos entrega todo su amor para perdonar nuestros pecados al pagar por nuestras culpas con su muerte en la cruz.

Quiso Jesús con su omnipotencia y en su omnipresencia transmitir este amor infinito a través del Sacerdocio, para que todos podamos tener ese Encuentro Real con Jesús en todos los Sacramentos de la Iglesia.

En el Bautismo entramos en su cuerpo y nos volvemos hijos de Dios, en la confesión recibimos el perdón de los pecados y en la Sagrada Eucaristía comemos de su cuerpo y bebemos de su Sangre, lo cual es el requisito indispensable para tener la Vida Eterna. Juan capítulo 6:53 Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.

Juan capítulo 6:54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo le resucitaré el último día.

El que rechaza a Jesús, o el que no le conoce, nunca conocerá a Dios.

Como amar a Dios

Lucas capítulo 10:27 Jesús le contestó a un doctor de la ley que quería saber que tenía que hacer para alcanzar la vida eterna: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.”

Volviendo a nuestro tema, el plan de Dios es conocerle, amarle y servirle.

No podemos amar a alguien que no conocemos, igualmente no podemos amar a Dios sin antes conocerlo. Dios nos ofrece caminos para conocerlo tal como lo hacemos en la oración y especialmente el Sacramento de la Sagrada Eucaristía, su presencia real, Emmanuel Dios con nosotros. Mateo capítulo 1:23

Amarle a Dios con todo el corazón implica destinar nuestro corazón totalmente para él y para el prójimo, pues mientras más lo usemos para amar otras cosas de la creación más lejos vamos a estar de Dios.

El corazón es el templo de Dios en nosotros. Cuando nos alejamos de Dios empezamos a crear ídolos que vienen a llenar el templo de Dios. El pecado es el principal dios que se entrona en nuestro corazón, viene en diferentes formas, como la lujuria, la ira, el odio, la mentira, la envidia, la gula, la pereza. Un vicio o cualquier adicción desplaza a Dios inmediatamente y sofoca templo de Dios, lo cubre con su oscuridad y echa fuera a Dios.

La mente se ocupa de tantas cosas de la vida y no le da tiempo a Dios. Jesús les pidió a los apóstoles que siquiera pasaran una hora en oración Mateo capítulo 26:40

Dios nos exige el diezmo que significa una décima parte de nuestra vida para él. El día tiene 24 horas, deberíamos por lo menos pasar dos horas y media en la Presencia del Señor haciendo oración.

El alma fue creada para amar a Dios, pero fácilmente se apasiona por las cosas creadas y termina amándolas más que a su creador.

Todo nuestro ser debería estar disponible para amar a Dios, todas nuestras fuerzas y nuestra meta principal deber ser amar a Dios.

Juan capítulo 14:21 Jesús dice ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.

Y aquel que peca termina siendo un hijo del demonio como lo dice San Juan en su carta 1a capítulo 3:8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.
No podemos amar a Dios si amamos el pecado, en esto somos probados en el amor.

Pero tampoco podemos amar a Dios si no amamos al prójimo. Dios nos llama a amar al prójimo como a nosotros mismos, siendo imágenes de Cristo debemos pues dar la vida por nuestros hermanos, no crucificándonos físicamente sino viviendo para Dios y para nuestros hermanos como sacrificios vivientes de oración, alabanza, agradecimiento, adoración, intercesión, reparación, liberación y sanación.

Como servir a Dios

Siguiendo la secuencia de nuestro tema, el plan de Dios es que le conozcamos, luego conocemos las condiciones para poder amarle estando fuera del pecado y amando al prójimo. Entonces ahora si estamos en condiciones de servirle.

Como se le sirve a un Dios que lo tiene todo? Servir a Dios es obedecer sus mandamientos con alegría. Salmo 100:2

La primera creación que Dios hizo fueron los ángeles. Los ángeles le sirven a Dios trabajando en las obras de la creación y también como mensajeros. Al mismo tiempo en su omnipresencia adoran a Dios sin cesar y le dicen continuamente Santo, Santo, Santo, santo es el Señor, llenos están el cielo y la tierra de su Gloria,
Hosanna en las alturas. Pero una tercera parte de ellos se rebelaron contra Dios, no le quisieron obedecer, no le sirvieron, no le adoraron y por esto fueron arrojados del cielo y se convirtieron en demonios.

La Segunda creación de Dios fue el hombre, Dios creó a Adán y Eva, los creó inmortales y les dio poder sobre toda la creación. Solo les pidió obediencia, Génesis capítulo 2:16-17 les anticipó que si comían del árbol de la ciencia del bien y del mal morirían. Y así fue, el hombre desobedeció y todos nosotros heredamos el pecado original que nos lleva a la desobediencia de la muerte en todos los pecados.

Dios vino a establecer el Reino de los Cielos en nuestro corazón. Este reino es el Reino de su Divina Voluntad.

Para poder que se establezca el Reino de los Cielos en nuestro corazón, debemos de cumplir todos los deseos de Dios.

Su principal deseo o voluntad es que todos seamos santos como el es santo, que seamos perfectos como él es perfecto, que seamos misericordiosos como él es misericordioso. Levítico capítulo 20:26, y Mateo capítulo 5:48

Solo siendo santos podemos servirle bien al Señor. Y muchos tratan de condicionar su relación con Dios, creando un Dios a su manera. En esta relación hacen buenas obras pero si se encuentran en pecado, sus obras están contaminadas con el amor propio, por lo tanto ya recibieron su recompensa y no sirven nada para ser ofrecidas a Dios. Mateo capítulo 6:2 Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en sus sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.

Servir a Dios es servirle porque él es Dios, es no esperar ninguna recompensa en la tierra, es atesorar para la vida eterna.

Josué capítulo 24:15 Pero si a ustedes les parece mal servir al SEÑOR, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes habitan ahora. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al SEÑOR.
No podremos servir a Dios sino hacemos su santa voluntad.

Después de conocer y amar a Dios, estamos humildemente en posición de servirle. De esta manera esperamos cumplir el propósito del plan de Dios y por lo menos estaremos así en el camino de la salvación.

Conocer, amar y servir a Dios



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