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Reflexiones espirituales
José Belmore Arias

Salmo 51 meditado – Miserere - Divina Misericordia - arrepentimiento y conversiónSalmo 51 meditado – Miserere - Divina Misericordia - arrepentimiento y conversión

Salmo 51 meditado – Miserere - Divina Misericordia - arrepentimiento y conversión

Salmo 51 meditado – Miserere - Divina Misericordia - arrepentimiento y conversión

El Rey David nos dejo como herencia el Salmo cincuenta uno para que podamos invocar la Divina Misericordia con toda confianza y así volver a recuperar nuestra paz interior. Es solamente a través de la humillación del alma en su miserableza, que Dios nos escucha y nos permite experimentar la paz de su perdón.

Salmo 51:1 - Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a visitarlo por haber cometido adulterio con Betsabé.
Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones.

- En el antiguo testamento, los profetas siempre ayudaron a los Reyes con su dirección espiritual. Después de que David pecó con Betsabé y a la vez causó la muerte de Urías su esposo para poder quedarse con ella, el Profeta Natán visitó a David y a través de una acusación inspirada por Dios en forma de parábola tocó el corazón de David, quien se arrepintió de su pecado.
David abrió su corazón con estas palabras: Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones.
- Miserere mei, Deus - Ten misericordia de mi Señor. Me siento miserable por causa de mi pecado. Dios mío te he ofendido, pero debido a tu bondad, yo te imploro que borres mis pecados para poder sentir paz en mi corazón.

Salmo 51:2 Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.

- La suciedad me incomoda, peor que cuando paso un día sin bañarme, por eso el pecado me hace sentir sucio, mi alma está manchada, quita mi maldad Señor y límpiame para sentirme bien. Límpiame el alma como solo tú puedes hacerlo Señor y me sentiré muy bien.

Salmo 51:3 Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.

- En mi oscuridad cometí el pecado, pero tu luz me ha mostrado mi maldad, el pecado no me deja en paz.
El pecado tiene como aliado a Satanás que me acusa constantemente y me asegura la condenación.

Salmo 51:4 Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable.

- Mi pecado afecta y destruye el alma de los que han pecado conmigo o los que yo he perjudicado con mi pecado. Pero cometo la mayor ofensa contra ti Señor, pues no te amo cuando desobedezco tus mandamientos, Tú nos has puesto el mal como el camino de la muerte, yo lo he escogido por mi propia voluntad. Que irresponsable he sido y que desafiante me he comportado ante tu poder.
Por eso todo lo que tú decidas hacer conmigo para castigarme está basado en tu Justicia y tendré que permanecer mudo ante tu condenación, pues no merezco ninguna apelación. Me declaro culpable de mis delitos, estoy totalmente sujeto a tu Misericordia.
Lucas capítulo 15:21 Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo.

Salmo 51:5 Yo sé que nací culpable; pecador me concibió mi madre.

- Después del pecado de nuestros primeros padres, todos nacemos en la concupiscencia de los padres, es solo con el bautismo que somos aceptados como hijos de Dios. Por eso mi culpa es una marca que me acompaña y que yo agrando cada vez más con mis pecados. Todos somos criaturas destinadas a ofenderte Señor, y por eso nos permites un momento de arrepentimiento, para mirar atrás y darnos cuenta de nuestra miseria, solo tú Señor nos puede ayudar ahora.

Salmo 51:6 Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.

- Señor, yo deseo poder levantar mi rostro en tu Presencia, por eso te pido que ilumines mi conciencia y me des el Espíritu de la Verdad. La oscuridad y la mentira son los dardos que continuamente recibo del demonio, pero en lo más íntimo de mi ser tú me hablas con tu Espíritu Santo deseando que yo acepte tu Sabiduría.

Salmo 51:7 Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

- Así como Moisés después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos, luego con agua, lana escarlata e hisopo, roció el libro mismo y a todo el pueblo (Hebreos capítulo 9:19), así yo deseo ser purificado en la Sangre de Jesucristo, el Cordero de Dios, mi Señor Jesús que murió en la cruz por mis pecados. Así mi alma resplandecerá con la luz de la resurrección y podré entrar en la vida eterna.

Salmo 51:8 Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.

- María Magdalena te escuchó decir, (Juan capítulo 8:11) yo tampoco te condeno, te perdono tus pecados, vete y no peques más. ¡Como me gustaría sentir así tu perdón!
También le dijiste al paralítico: (Marcos capítulo 2:5) “Hijo, tus pecados son perdonados”. Yo también deseo escuchar las mismas palabras, para que también me sanes el cuerpo, la mente y el alma.

Salmo 51:9 Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.

- Señor, si tú miras mi pecado seré como un criminal en el momento de su ejecución, me sentiré como un hombre desnudo tirado a los leones hambrientos. Aleja Señor de mí, la Justicia de tu mirada y con tu Sangre Preciosa limpia mi alma, alejándome de toda iniquidad.

Salmo 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.

- Señor Dios Padre Eterno, tu prometiste en Ezequiel capítulo 36 versículo 26 que nos darías un corazón nuevo, y eso es lo que haz hecho al darnos el corazón de Jesús en la Sagrada Eucaristía. Permite ahora que ese Sagrado Corazón de Jesús establezca su reino en mi corazón, para que no sea más mi corazón el que lata sino el corazón de Jesús. También dijiste luego en Ezequiel capítulo 36 versículo 27 que infundirías tu Espíritu en nosotros. Haz que se cumpla tu promesa Señor, deseo que mi corazón sea tu corazón, que mi espíritu sea tu Espíritu.

Salmo 51:11 No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu.

- Señor, dame la gracia y el gozo de vivir en tu presencia, haz que yo solo desee estar contigo y así pueda vivir solo para ti. 1ª de Corintios capítulo 6 versículo 19. Yo soy templo de tu Espíritu Santo, no permitas que los ídolos del mundo y de la carne llenen tu templo, conságrame a tu Espíritu Santo y permanece en mí.

Salmo 51:12 Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga.

- No existe mayor alegría para mi alma que saber que tú me haz salvado, tu perdón me llena de tu paz. Dame la gracia de permanecer obediente a tu Divina Voluntad.

Salmo 51:13 Así enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se volverán a ti.

- Mi corazón se ha llenado de tu Santa Palabra, soy como un libro que necesita ser promovido, leído y explicado, viviré para dar testimonio de tus obras en mi corazón, y así los pecadores se arrepentirán y se salvarán.

Salmo 51:14 Dios mío, Dios de mi salvación, líbrame de derramar sangre, y mi lengua alabará tu justicia.

- Señor mío, ya que estoy contigo, déjame permanecer en tus manos, séllame con tu Espíritu y no permitas que vuelva a caer. Unge mi lengua para que yo hable siempre con tu Palabra y proclamaré la misericordia de tu bondadosa Justicia.

Salmo 51:15 Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza.

- Señor, dame lengua de discípulo y corazón de apóstol, habla a través de mis labios. Deja que yo sea un sacrificio vivo de oración, alabanza, agradecimiento, adoración, intercesión, reparación, liberación y sanación.

Salmo 51:16 Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería.

- ¿Como pagarte la ofensa que he cometido contra ti?
No es tanto lo que nosotros hacemos por ti Señor, sino lo que tú haces por nosotros.
Salmo 116 versículos del 12 al 14 ¿Cómo puedo pagarle al SEÑOR por tanta bondad que me ha mostrado?
13 ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del SEÑOR!
14 ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al SEÑOR en presencia de todo su pueblo!
Esa copa de salvación ofrecida a Dios es la Sangre Preciosa de la Sagrada Eucaristía.

Salmo 51:17 El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.

- Ningún ser humano tiene suficiente para ofrecerte, pues tú lo tienes todo. Pero las lágrimas de arrepentimiento son perlas preciosas que te podemos ofrecer.

Salmo 51:18 En tu buena voluntad, haz que prospere Sión; levanta los muros de Jerusalén.

- Dígnate Señor concedernos el perdón para que tu Iglesia vuelva a levantarse como la única que tiene el Salvador del mundo, fortalece sus murallas y llénala de tu Presencia.

Salmo 51:19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, los holocaustos del todo quemados, y sobre tu altar se ofrecerán becerros.
- El único sacrificio agradable a ti Padre Santo para el perdón de los pecados, es el Sacrificio Perpetuo de tu Hijo en la Santa Misa, ofrecimiento de tus Sacerdotes y de tus fieles, el cual ha sido interrumpido por causa de nuestra iniquidad y como aviso de advertencia para nuestra conversión.
Danos mucha devoción a este ofrecimiento de la Iglesia, para que tu ira se aleje de nosotros y volvamos a vivir en la paz y prosperidad de tu reino.
- Quiero recomendarles también esta oración de rechazo al mal, que funciona a manera de exorcismo contra el demonio y nos mantiene fuera del pecado.

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Oración de Rechazo al mal

Señor mío, Dios mío. En los Santos Nombres de Jesús y María, pido que me protejas y me fortalezcas para rechazar todas las cosas que me separan de Ti:
Rechazo y venzo a satanás en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo la maldad y la oscuridad en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo el orgullo, la lujuria, la envidia, la ira, la mentira, el engaño, el odio, la pereza y la glotonería en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo el mundo, el demonio y la carne, en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo las atracciones del mundo: la riqueza, las posesiones materiales, el poder y las distracciones en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo las atracciones del demonio; la desobediencia, la rebelión y las idolatrías, en los santos Nombres de Jesús y María.
Rechazo y venzo las atracciones de la carne; la sensualidad, la concupiscencia y los placeres inmoderados, en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo las atracciones del entretenimiento; la disipación y las consolaciones mundanas, en los Santos Nombres de Jesús y María.

Rechazo y venzo cualquier cosa que me aleje de la Presencia de Dios en los Santos Nombres de Jesús y María.

Dios te bendiga.

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