3/29/2019
Señor, al comenzar este día me pongo en tus manos con mis debilidades y fortalezas. Quiero, Señor decir con el salmista: “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”. Quiero poner, Señor, en tus manos la jornada de la misericordia y del perdón que hoy comienza en las veinticuatro horas con el Señor. Sentir que cada minuto qué paso junto a ti, es un triunfo espiritual. Luchar cada día contra las fuerzas del mal para ganar la batalla desde la humildad y el amor. Señor, en mi vida me veo enfrentado a muchos Goliats, son los defectos que me dominan, las esclavitudes que me atan y me han robado La Paz interior. A veces siento que este Goliat es más fuerte que yo. Pero cuando contemplo tu amor y tu bondad me doy cuenta que soy capaz de vencer el mal a fuerza de bien, con tu ayuda, con tu poder. Ayúdame, Señor a descubrir el David que llevo en mi corazón; reconozco que como David, humilde y pequeño, soy capaz de vencer al soldado fuerte y escandaloso de la mentira, la insensibilidad, la duda, la desesperanza, el desamor. Como David, con una honda y con el poder que viene de Ti, puedo asumir el reto de vencer el mal; con la honda de la oración, de la Palabra y de la Cruz, puedo destruir la oscuridad, en el nombre del Señor. Dame, Señor la fortaleza para no retroceder, para no dejarme llevar de la frustración y el pesimismo; para no caer en el triunfalismo y mucho menos en el derrotismo; dame la sabiduría para poder encontrar la senda de la santidad y no desviarme; para reconocer que Tu eres el Camino. Se que me puedo extraviar e ir tras otros dioses, pero quiero seguirte, Señor, no dejarme llevar por la celeridad de la vida, por la idolatría y emprender el camino del desierto como vía de purificación; no dejes que me desvíe por la trocha de la indiferencia o de la negligencia; enciende, Señor en mi vida la llama de la fe y de la esperanza con la luz esplendorosa del Espíritu Santo. Todo esto te lo pido a ti por intercesión de la Santísima Virgen María, mujer pura e Inmaculada. Amén |
