4/19/2019
Señor, gracias por este nuevo día, lleno de bendiciones. Hoy quiero pensar en la Cruz como instrumento de bendición y de salvación.
Muchas veces he renegado de mi vida, me he quejado de las dificultades y problemas y hasta he buscado culpables de todo lo malo que me pasa, incluso muchas veces he desconfiado de tu presencia, Señor y he pensado que tú eres el culpable de lo malo que me ha ocurrido. Por eso te pido perdón, Señor.
He entendido, Señor que mi vida implica cargar la Cruz, llevar sobre mis hombros las cargas incluso las pesadas, seguro que tú me ayudas a llevar las cargas.
Acepto, Señor que tú no me pones cargas pesadas, tú me das la gracia de soportar el peso de mi vida, de mis años; nunca has puesto cargas sobre mis hombros que no pueda soportar y me enseñas a abandonarme en ti, que eres manso y humilde de corazón.
Señor, hoy asumo con alegría la Cruz porque reconozco que lo que no se asume no se redime. Ayúdame Señor a comprender el sentido de la Cruz; mi vida pasa por el dolor, por el sufrimiento, la enfermedad, la muerte.
No tengo miedo, Señor por eso te pido que me bendigas y me ayudes a contemplar la Cruz como instrumento de bendición y signo de esperanza. En ella has muerto para darnos la vida; en ella has vencido el pecado y la muerte. Con San Pablo puedo decir: “dónde está muerte tu victoria; donde esta pecado tu aguijón”.
Que la Cruz Señor fuente de vida y de gracia sea para mi a partir de hoy un camino para vivir la Pascua. Acepto que no hay discipulado sin Cruz; que el discípulo se fortalece en la prueba y acrecienta su fe en la entrega.
Ayúdame, Señor a amar la Cruz, a llevarla con alegría y como Simón de Cirene, comprometerme con mis hermanos, a ayudar a llevarles su Cruz. Que no sea pueda de tropiezo para los hermanos y que como Maria sea siempre un discípulo pregonero de paz. Amén. |
