El Trabajo de Dios

Ir a página de Monseñor Carlos Arturo
Reflexiones Obispo Carlos Arturo Quintero Gómez

Siento la protección bondadosa de María

Siento la protección bondadosa de María

5/2/2019
Señor, quiero comenzar este día dándote gracias por los regalos espirituales y materiales que me has dado.

Comenzamos el mes de mayo, este mes dedicado a la Santísima Virgen María, nuestra madre espiritual. Gracias, Señor por el regalo de la Virgen Maria. Al pie de la Cruz, tu Hijo Jesús la entregó a Juan: “mujer ahí tienes a tu hijo; hijo ahí tienes a ti madre”. El discípulo la recibió en su casa. Asimismo yo la recibo en mi corazón, yo como Juan, la quiero acoger en mi vida.

Virgencita santa, ayúdame a ser un hijo bondadoso, a ser honesto y humilde, a tener un corazón dócil a la acción del Espíritu Santo, como tú nos lo has enseñado. Quiero tener la disponibilidad que tú me señalas, quiero engalanar mi vida con las virtudes que hicieron brillar a la Santísima Virgen: la dulzura, la ternura, la misericordia, la compasión, la servicialidad, el perdón, la donación de la propia vida.

Señor, hoy quiero escuchar de nuevo esas hermosas palabras: “dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”. Quiero escuchar tu Palabra. Acepto que escuchar significa obedecer; quiero obedecer tus mandamientos, pues me enseñas: “el que guarda mis palabras mi Padre lo amara”.

Me siento amado por ti, Señor; siento la protección bondadosa de María. Virgencita, cúbreme con tu manto y llévame de tu mano al encuentro con tu Hijo Jesús. Cada día, al ofrecerte el santo rosario, siento alegría, porque es cómo entregarle a la Virgen un manojo de rosas; tu Virgen de amor, me escuchas las plegarias y me enseñas a alabar y bendecir al Señor por todas las maravillas que hace en favor de la humanidad.

Como tú, Maria quiero ponerme en camino, para servir a mis hermanos, como lo hiciste con tu prima Isabel. Dame la alegría de valorar mi fe, gracias por el regalo de mi madrecita aquí en la tierra; ayúdame a valorar mas a los seres que amo, cuidar a mi madre y sentir que ella es como un angelito que me lleva a ti.

Para quienes no tenemos ya nuestras mamás vivas, Señor hoy te pedimos que las tengas disfrutando del paraíso eterno, quiero reconocer que cuando se pierde la madrecita linda aquí en la tierra, se gana un angelito en el cielo. Bendícelas a ellas, a nuestras madres y colmalas de paz y sabiduría y a nosotros sus hijos danos la dulzura para tratarlas con amor.

De nuevo te doy las gracias Señor por las madres aquí en la tierra y por la Virgencita en el cielo que nos cuida y nos señala el camino para llegar a tu Hijo Jesús. Bendícenos hoy y siempre. Amén

Siento la protección bondadosa de María

Apostolado del Trabajo de Dios - ocaqg©#30