El Trabajo de Dios

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Reflexiones Obispo Carlos Arturo Quintero Gómez

¿Hoy me pregunto: puede un ser humano despreciar a su madre?

¿Hoy me pregunto: puede un ser humano despreciar a su madre?

5/7/2019
Señor hoy de nuevo te digo: gracias; nunca me cansaré de agradecer tu generosidad y tu bondad; nunca me cansaré de contemplar tus maravillas y la obra de tus manos. Mi gratitud estremece mi corazón, sacude mi alma y convierte en plegaria de amor las palabras que brotan de mis labios. Quiero alabarte, bendecirte y darte gracias, Señor.

Este mes de mayo es dedicado a la Santísima Virgen María. Te pido por tantos hermanos que no quieren a la Virgen Santa; como entender mi vida cristiana huérfano de esa Madre espiritual? Muchos hermanos que se han ido de la Iglesia se mofan de la Virgen, se burlan de la devoción mariana y hasta pisotean las imágenes por considerarlas idolatría.

Pero hoy me pregunto: puede un ser humano despreciar a su madre? A la que ha dado su vida y nos ha engendrado por el amor de Dios? Puede alguien pisotear a la madre que lo ha arrullado en sus brazos? Puede una persona burlarse de su propia madre? De hecho si un hijo no es agradecido y se burla de su madre pierde el norte de su vida y brota en el, la epidemia de la desgracia.

El cuarto mandamiento de la ley de Dios es: honra a tu padre y a tu madre y tendrás larga vida. Un mandamiento que encierra una hermosa promesa. Y así lo he aprendido: “espera de tus hijos lo que has hecho con tus padres”. Señor, papá y mamá son una bendición. Y nuestras madres que gran regalo, ellas son un don espiritual. Son las primeras en levantarse y las ultimas en acostarse.

María, engalana la vida de nuestras madres con sus hermosas virtudes. Por eso, Señor al pensar en Maria, te pido por La Paz de Colombia, por mis hermanos pobres y necesitados, por la justicia social, por nuestros gobernantes, por los sacerdotes y religiosas, por el aumento de las vocaciones, por nuestras familias, por nuestras fuerzas armadas, por los países en conflicto; para que se acaben las guerras fratricidas en el mundo, para que cese la violencia intrafamiliar y el abuso a menores.

Envía tu Espíritu Santo y fortalécenos en nuestro caminar, que como Maria tengamos la valentía para seguirte, la tenacidad para responder con un sí cargado de amor y la dulzura para servir a nuestros hermanos. Bendícenos Señor y danos tu paz. Amén

¿Hoy me pregunto: puede un ser humano despreciar a su madre?

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