5/18/2019
Señor, gracias por este día maravilloso, hoy Señor escucho tus palabras sabias y profundas: que no tiemble vuestro corazón.
Tiemblo, Señor ante mis fatigas, mis desvelos y pescados; tiemblo ante la posibilidad de fracasar y de sentirme frustrado por los problemas que no he podido solucionar.
Pero tú llegas a mi vida y me das la serenidad; me calmas; me devuelves la alegría y la libertad perdida por el alejamiento de ti.
Señor, ahora preparas para mi un banquete y empiezas a preparar para tus discípulos una mansión construida por tus manos; una mansión en la casa del Padre. Me unges con el Espíritu Santo, me has llamado y me has consagrado para que pueda ser tu testigo y un servidor incondicional de mis hermanos.
Me llamas y me señalas la senda de la santidad. Me enseñas que tu eres el Camino, la Verdad y la Vida; el camino para llegar al Padre; la Verdad que nos hace libres y la vida abundante que le da sentido a nuestra existencia.
Señor muchas veces me he ido por caminos tortuosos y me he perdido por trochas ; me he embelesado ante las ofertas del mundo y me extraviado en mi mundo, adorando ídolos que he construido con mi terquedad; me ha faltado insistir en la verdad y me he dejado llevar por la mentira, el engaño y la falsedad; me he quedado muchas veces inmerso en los signos de muerte.
Hoy te pido perdón porque muchas veces he abandonado mi barca; me he sumergido en el mundo e la ambición y me he perdido en la esfera de la tristeza y de la duda.
Dame Señor la alegría de acercarme a ti y reconocerte de nuevo como el Camino, la Verdad y la Vida. Te lo pido por la intercesión de la Santísima Virgen María, madre de la ternura y la esperanza. Amén |
