4/12/2019
Señor, gracias por este día ya casi vísperas de la semana mayor. Quiero comenzar este día sembrando en mi corazón la semilla de la generosidad.
En el evangelio he aprendido qué hay más alegría en dar que en recibir y desde la fe he podido comprender que cuando lo doy todo como la viuda del evangelio, que dio todo lo que tenía para vivir, mi vida se vuelve un signo de amor.
Asimismo, Señor cuando el joven rico se acercó tu invitación fue concreta: “una cosa te falta, vende lo que tienes y comparte con los más pobres”.
Quiero ser generoso y entender la generosidad como darme a los demás, generosidad que me lleve a olvidarme de mi mismo y pensar en la casa común.
Generosidad que significa darse, oblacion, donar la vida, hacer de mi existencia una ofrenda de amor. Generosidad que es expresión de bondad, caridad y sacrificio.
Solo quien es generoso alcanza la felicidad y aprende a compartir lo que es. Por eso quiero entender lo que significa: el que siembra generosamente generosamente cosechará; el que siembra tacañamente tacañamente cosechará.
Perdóname, Señor porque muchas veces he sido tacaño con mis hermanos, me ha costado compartir, he sido tacaño con el tiempo que le dedico a mi familia y a mis amigos, he sido tacaño y poco generoso contigo, que me das todo sin condiciones.
Que esta semilla de la generosidad permita el florecimiento en mi vida de los valores que engalanan la vida del discípulo y lo convierten en un servidor incondicional capaz de dar la vida como lo hiciste por la humanidad, muriendo en la Cruz.
Todo esto te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María, mujer fiel y solícita. Amén |
