El Trabajo de Dios

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Reflexiones Obispo Carlos Arturo Quintero Gómez

No tengo oro ni incienso ni mirra pero pongo en tus manos mi vida

No tengo oro ni incienso ni mirra pero pongo en tus manos mi vida

5/24/2019
Señor gracias por este nuevo día; hoy quiero poner en tus manos el descanso de la noche qué pasó y los afanes del día que está comenzando.

Gracias Señor porque te has revelado en tu Hijo Jesucristo quien naciendo en un pesebre para nuestra salud y remedio nos ha mostrado el camino para llegar a ti: la humildad. En el pesebre contemplamos tu humanidad y tu divinidad; allí, en medio de los pastores, los reyes magos, María y José, brilla esperanza.

Me postro delante de ti Y te reconozco como mi Señor. Te adoro y te ofrezco mi vida. No tengo oro ni incienso ni mirra pero pongo en tus manos mi vida como una ofrenda de amor.

Cada minuto de este día será una alabanza y un himno de alegría; no permitas que la tristeza o la pereza o el desánimo toquen a las puertas de mi corazón. Te alabo y te bendigo Señor porque en la cuna de Belen me enseñas la humildad; no naciste en una cuna de oro, escogiste un lugar sencillo y en la oración al Padre nos enseñas el valor de esta sencillez: “te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a los sencillos y humildes”.

Yo estoy aquí en este mundo por gracia y benevolencia difunde como comensal de este mundo. No he nacido en cuna de oro, pero he nacido en un hogar que me ha enseñado el valor de la honestidad, de la solidaridad y del amor. Junto a unos hermanos maravillosos y a una familia que sin ser la más perfecta, vive y goza la vida.

Hoy pienso en tantos que han nacido en cunas de oro, en medio de la bonanza y del despilfarro; otros han nacido en medio de la violencia y de la injusticia social, sin lo necesario para una vida digna; hoy muchos crecen en ambientes inhóspitos, sin posibilidad de acceso a los servicios básicos y olvidados por el estado.

Muchos crecen en medio de la pobreza y de las carencias materiales. Encuentro también rostros de hermanos que lo tienen todo pero no son felices porque interiormente están viviendo el derrumbe de su vida, de su historia. Algunos lo tiene todo materialmente pero no te tienen a Ti. Por ellos te pido. Otros cuidan los recursos que tienen, comparten y son generosos; por ellos te doy gracias; otros, han embelesado su corazón en la ambición y la avaricia y sin importar el dolor y sufrimiento de sus hermanos se han enriquecido ilícitamente y luego, se han perdido en medio de la corrupción, destruyendo sus vidas, sus familias y la comunidad. Para ellos te pido Señor la gracia de recapacitar, pedir perdón y resarcir los daños.

Muchos han crecido en ambientes de armonía, en familias cristianas, en hogares donde brilla la ternura y el amor. Te doy gracias por esos hogares que luchan cada día por estar firmes sin contaminarse con tantas tentaciones.

En fin, Señor lo que importa es no tanto el dinero, la bonanza, lo material sino la riqueza de tu presencia en nuestra vida y esa presencia ni se compra ni se vende; es una conquista que exige abrir el corazón, vivir la humildad y dejar que entres a nuestra vida para hacer tu obra de amor.

Se que necesitamos lo material para vivir; no dejes que perdamos la claridad de la mirada y nos extraviemos en el mundo de la avaricia sino que aprendamos a compartir, a dar la vida y a ser generosos.

Tu eres la mayor y la mejor riqueza. Contigo lo tenemos todo. Gracias Señor. Todo esto lo ponemos en tus manos como una ofrenda de amor por intercesión de María Santísima que fue siempre ofrenda, sacrificio y donación. Amén

No tengo oro ni incienso ni mirra pero pongo en tus manos mi vida

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