5/28/2019
Señor, al despertar me saciaré de tu semblante. Veo la luz de un nuevo amanecer y siento gozo en mi alma, un nuevo día para vivir, una nueva jornada para compartir en medio de la esperanza y el júbilo.
Hoy Señor pienso en tu perdida en el templo Cuando tenías doce años y te confundiste en medio de la multitud. María y José confiaban en que estuvieras en medio de los tuyos. Estabas en el templo enseñando con autoridad; enseñando entre los doctores de la ley en la Casa de tu Padre.
Cuantos niños y jóvenes se han extraviado hoy en la vida; tu estabas en la casa del Padre. Muchos jóvenes ya no tienen en sus vidas la figura del padre y reclaman de la sociedad y el estado cuidado y atención. No siempre la encuentran. Muchos de nuestros chicos están siendo adoctrinados por bandas juveniles, por expendedores de drogas, por inescrupulosos que siembran miedo; por insensatos corazones que destruyen vidas.
Lo bello de nuestra vida es que tú te acercas y te dejas encontrar Señor. Tu me enseñas y me señalas el camino de la salvación.
A veces nos sentimos sin fuerzas para luchar en la vida ante tantos flagelos que nos agobian; pero cuando nos aferramos a tu cruz sentimos que vuelve nuestro ser a renacer. Señor, la angustia de María y José buscándote en medio de la multitud es la angustia y la tristeza que experimento cuando no te encuentro, cuando te siento lejos, cuando me aparto de ti.
Si tu no estas me siento el ser más pobre de la tierra. Tu presencia en mi vida es la riqueza y el tesoro más maravilloso. Ayúdame a tener la valentía de superar los miedos y lanzarme a la conquista de los valores del reino. Dame el valor para ascender a la vida de santidad, sin estancarme, sin mirar atrás.
Ayúdame a despojarme de mi orgullo y vanidad, a vivir con humildad la vida y a emprender cada día con ánimo los sueños que deseo alcanzar; ayúdame a vencer los miedos más profundos y que junto a ti pueda encontrar siempre el camino porque tu eres el Camino, la Verdad y la Vida. Te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María, madre de la misericordia y del silencio. Amén |
