6/7/2019
Señor, de nuevo estoy ante tu presencia, contemplo desde mi lecho cómo va amaneciendo y como la luz penetra a través de las ventanas, un rayo de luz que me ilumina, inunda mi habitación de claridad.

Siento el calor de tu presencia y en la creación te alabo y te bendigo. Me levanto dispuesto a vivir este día con amor, quiero dirigir una plegaria de amor por este nuevo día y antes de salir a mis quehaceres deseo postrarme ante ti, porque en ti esta la fuente viva y tu luz me hace ver la luz.

En mi mente hay recuerdos del pasado que me hieren y recuerdos de palabras ofensivas que mis hermanos han proferido para mi. Es seguro que yo he ofendido a otros con mis actitudes, comportamiento y manera de hablar. He sido insensato muchas veces y he dejado que las heridas supuren y me siga infectando con el dolor y la rabia.

Como me duele recordar esas palabras duras, la inconsciencia de mis hermanos, la brusquedad y la terquedad. No soy perfecto y sé que en oportunidades también me dejo llevar por mi impulsividad pero hoy siento que debemos sanar los corazones para estar tranquilos y poder construir una sociedad pacífica.

Titubeo para perdonar, por eso te pido la fortaleza para superar mis miedos y dar el paso hacia el Perdón y la reconciliación.

Lo único que deseo es estar en paz, vivir junto a ti, sentir a mis hermanos solidarios y cercanos, comprometerme con los más débiles y luchar porque todos podamos vivir dignamente alejados de la injusticia.

Ven Señor y alivia mis penas, purifica mi corazón de todo sentimiento adverso y permite que pueda levantar mi cabeza y caminar con la frente en alto sin que la soledad y la amargura de la vida golpeen a mi puerta.

Eres Señor todo para mi y necesito de tu presencia y cercanía. Dame la mano Señor para caminar siempre contigo. No permitas que me suelte de ti y líbrame de todo mal. Te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María, auxilio de los cristianos. Amén

Ven Señor y alivia mis penas, purifica mi corazón de todo sentimiento adverso