6/9/2019
Señor, gracias por este nuevo día, que lindo poder abrir los ojos y contemplar un nuevo amanecer con la belleza del paisaje y la alegría de poder compartir con las personas maravillosas que me has dado como regalo. Hoy deseo Señor que me ayudes a vivir este día con intensidad.
Señor quiero pedir el don del Espíritu Santo, ilumíname para poder recorrer el sendero hacia la santidad, sin titubeos ni tibiezas; para caminar seguro buscando llegar a ti, como la fuente de agua viva.
San Ireneo enseñaba que así como el trigo seco para convertirse en masa compacta y luego en pan, necesita ser humedecido, de esta manera nosotros para ser una sola cosa con Cristo necesitamos de esta agua que baja el cielo, refiriéndose al Espíritu Santo.
Señor moldéame según tu querer para que yo sea tu testigo. En el himno de laudes hoy decimos: “se lanzan al mundo los testigos, sin ceñirse espada conquistan el mundo, sin oro a los pobres dan la vida, el Espíritu guía y Cristo invicto”.
Así es Señor, quiero conquistar los valores del reino y sentir, que con la fuerza del Espíritu Santo, podré vencer los obstáculos y sentir que mi vida, mi familia, mi pequeña comunidad, mi vereda es un escenario de comunión.
No quiero que mi hogar sea sinónimo de confusión, como si fuera una Torre de Babel. Dame Señor un corazón generoso para vencer las tentaciones y delante de ti proclamar la grandeza de tu amor. Hoy Señor te pido que inundes mi vida con el esplendor de tu Espíritu para convertirme en un testigo; que esta fiesta de Pentecostés, sea para nosotros, fieles seguidores y apóstoles de la misericordia, una fiesta de la vida, de la unidad, de la alegría y de la Paz.
Que el Espíritu Santo, el alma de la misión nos impulse a a anunciar la buena Nueva de la Salvación y como Maria Santísima, tengamos un corazón dócil y disponible para que nuestra respuesta a tu llamada sea una respuesta de amor y nos preocupemos siempre por hacer tu santa voluntad. Amén |
