4/3/2019
Señor, gracias por escuchar mi plegaria de amor y por regalarme un nuevo día. Me levanto dejando atrás el pasado ingrato y doloroso, para revestirme de tu gracia y bondad. Escucho tu voz en la suave brisa, aprendo a hacer silencio para escuchar tu voz y me inclino con humildad ante tu poder y providencia. Ayudame, Señor, a confiar cada día en ti y a superar mis dudas y cuestionamientos. Cuando contemplo la pobreza, la niñez abandonada y tantas cosas malas que le pasa a la gente buena, me pregunto: Señor Donde estas? Me doy cuenta que nunca te has ido, que siempre has estado a mi lado. Soy yo quien te he abandonado y me he ido queriendo construir mi vida sin ti. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, me pregunto: que es el hombre para que confíes en el, el ser humano para darle poder? Lo coronaste de gloria y majestad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. Señor, tu has sido bueno de generación a generación, ahora de nuevo me pongo en tus manos pidiéndote que me ayudes y me des la claridad para saber decidir, la lucidez para comprender tu llamada, la generosidad para responder con un si como el de Maria, dame el entusiasmo para cruzar el mar de mis dificultades y el oleaje de mis fantasías. Fortaléceme, con el don del Espíritu Santo para ser un testigo, pregonero de tu amor. Te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María, madre y abogada nuestra. |
