El Trabajo de Dios

Encuentro con Jesus 11 - Vivir en la Presencia de Dios

Encuentro con Jesus 11 - Vivir en la Presencia de Dios

Autor: José de Jesús y María
Encuentro con Jesus 11 - Vivir en la Presencia de Dios

Encuentro con Jesús número 11


Este programa es posible, gracias al apoyo y la dirección espiritual del Obispo Carlos Arturo Quintero de Armenia Quindío, también a la participación técnica de Luz Gladys López.

Bendito sea Dios que nos da esta oportunidad de vivir otro día, de empezar otro año y de poder reunirnos en su Santo Nombre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En nuestro encuentro con el Señor, le pediremos perdón por nuestros pecados. Como siempre vamos a tener oración de alabanza, agradecimiento y adoración, escucharemos la Palabra de Dios y Jesús nos explicará el evangelio. Como tema de este día hablaremos de como vivir en la Presencia de Dios. Concluiremos con una oración de liberación y sanación.
Gracias Señor Jesús por estar con nosotros.

Perdónanos Señor

Cuanto sufriste Señor por nuestros pecados. Hoy venimos con un corazón arrepentido a pedirte perdón para sentir tu regalo de la paz.

Señor Jesús, Tú eres el cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú te hiciste culpable de nuestras culpas para restaurar nuestra inocencia, perdónanos Señor.

Tu Misericordia Divina nos tiene en cuenta como pecadores y nos das la Gracia de volver a tener tu amistad. Perdónanos Señor.

Tú viniste al mundo a liberarnos de las ataduras del pecado, Gracias Señor. Perdónanos Señor.

Alabanza para el Señor

Una mujer ha hecho un vestido para ella, sus amigas la admiran y se emocionan hablando de la la belleza de la tela, los encajes, los adornos que le hizo al vestido, el estilo y muchas cosas más. Y ella se siente feliz de haber hecho algo que es útil, y a la vez admirado por los demás.

Dios nos presenta sus obras, primero nos da la vida; con los sentidos para poder ver, escuchar, gustar y sentir su creación, nos llena de alegría con las cosas que ha creado para nosotros, nos deleita continuamente con sus obras.

Nos da inteligencia para comprender la grandeza de su creación, para comprender que no existe ningún otro dios que sea capaz de hacer lo que Él hace por nosotros.

Así como esta mujer que mencionamos, se siente feliz con la admiración que le ofrecen sus amigas, cuanto más se siente feliz Dios, cuando la criatura reconoce su grandeza y le da su merecida alabanza por ser el autor de todo lo bello y perfecto que existe.

Y la alabanza llega a Dios y se devuelve llena de gracia y bendiciones para la criatura, lo cual nos anima para seguir alabándole. Alabado sea Dios

Demos gracias al Señor

Que gozo sentimos cuando alguien nos saca de una necesidad, nuestro agradecimiento parece que no fuera suficiente para pagar la deuda.

Mucho más le debemos a Dios que nos da todo lo que tenemos, nuestra vida, nuestra salud, nuestro conocimiento, nuestros padres, hijos, familiares, amigos y el mundo que nos rodea en el cual vivimos gracias a todos esos regalos que Dios nos proporciona.

¿Como podremos agradecerle y pagarle al Señor?

Pues no existe forma en que una criatura finita pueda igualarse a Dios y pagarle por sus infinitas bondades con cosas finitas, y en cuanto al agradecimiento, pues tendríamos que ofrecerle algo de infinito y alto valor para Él.

Lo único que tiene valor ante Dios sobre el valor de todo lo creado es su único hijo, a quien envió al mundo para que nos diera la salvación.

Por esta razón, el ofrecimiento de más alto valor en la tierra es la Santa Misa, en el cual ofrecemos a Dios a su propio Hijo, como sacrificio de agradecimiento.

Agradecerle a Dios a través de su Hijo es la forma más santa de bendecir, dar Gracias y alabar al Señor. Además con nuestro agradecimiento también conseguimos nuevos favores de la fuente del Amor.

Adoremos al Señor

Los ángeles fueron creados para servirle a Dios, - y ellos en su felicidad eterna le adoran sin cesar.

La adoración a Dios es la perfección del amor que sentimos por Él. Cuando el alma se eleva en adoración, su fervor hace que el fuego del Espíritu Santo le haga arder con deseos de poseer a Dios.

El alma que adora vive en un hambre insaciable de Dios, en el cual el fuego del amor le purifica y le espiritualiza cada vez más.

Cuando adoramos al Señor, Él nos eleva el alma con nuestro fervor.

La adoración no solo consigue el beneplácito divino sino que se convierte en una fuerza de reparación por nuestros pecados y los de nuestros hermanos.

La adoración transforma el alma del pecador en una antorcha viviente que arde, se consume y brilla la luz de Cristo.

Invocación del Espíritu Santo


El atributo principal del Espíritu Santo, es el Amor de Dios el Padre y de Dios el Hijo, concentrado en esa fuerza creativa que sostiene la creación.

Cuando invocamos ese Amor del Espíritu Santo, el fuego del amor de Dios arde en nuestro corazón y el Espíritu entra y pasa por nuestra vida renovando, sanando, bendiciendo, inspirando, iluminando y llenándonos de su Gozo.

Dios entra en su templo lleno de júbilo, pues es glorificado con nuestra alabanza y adoración, su acción creativa entra para llevar a cabo los milagros de su Amor, y así el templo de Dios se llena de su Luz y de su Gloria como cuando la tolda de Moisés se iluminaba y brillaba con la Gloria de Dios.

Dios se ha manifestado a través de su Hijo, el cual nos envió el Espíritu Santo para que viva en nosotros y nos haga más y más como Él.

Ven Espíritu Santo, ven, entrónate en este templo de adoración que te ofrezco en mi corazón.

Ven Espíritu Santo, haz tu morada permanente en mi alma que ansía tu Presencia de Amor.

Ven Espíritu Santo, ven. Enciende el fuego de tu amor en cada célula de mi cuerpo, mente y alma.

Ven Espíritu Santo, ven. Perfecciona y santifica la creación del Padre redimida por su Hijo, ven, llénanos de tu Gloria.

Palabra de Dios - Lectura del santo evangelio según Mateo - 2:1-12


La Epifanía del Señor

Evangelio explicado por Jesús

Encuentro con Jesús - Sobre la Virgen María

La Iglesia nos enseña a venerar a la Santísima Virgen María y es que ella es la fuente de la vida de la Iglesia que es el cuerpo místico de Cristo.

Por la Gracia, atributo divino del cual Dios llenó a María, se formó en su vientre el autor de la Gracia, Cristo Jesús su hijo, nuestro Señor y Salvador.

María es entonces esa fuente pura del Agua de la Gracia, de la cual fluye el regalo de Dios para todos los seres humanos.

La Virgen María fue la primera criatura que glorificó la Santísima Trinidad al tener esa única relación con Dios su Padre, con Dios su Hijo y con Dios su Divino Esposo el Espíritu Santo.

En María todos encontramos ese espejo de las perfecciones divinas que necesitan nuestras almas. En Ella que es el deleite de la Santísima Trinidad se deleitan las almas que admiran las perfecciones de Dios, que tan solo se encuentran en aquella que ha recibido totalmente el favor divino. Ella es el ejemplo a seguir, pues ni los ángeles ni los santos combinados pueden tener la santidad que Dios le ha concedido a la Santísima Virgen María.

Bendito seas Señor por la hermosura que le has dado a la Santísima Virgen María, por haberla hecha madre tuya y madre nuestra, por coronarla como Reina de los Cielos, de la tierra y de todo lo creado, por vestirla de Luz, Majestad y Gloria; por colmarla con Poder, Sabiduría, Amor, Gracia y todos tus atributos divinos. Bendito seas Señor.

Jesús Eucaristía

La Sagrada Eucaristía ha sido la pasión de todos los santos, pues es el alimento del alma y la bebida que purifica y santifica eternamente.

San Cirilo de Alejandría, Padre y Doctor de la Iglesia, escribió: "Si el veneno de la vanidad se esta hinchando en ustedes, vuelvan a la Eucaristía; y ese Pan, que es su Dios, humillándose y disfrazándose a Sí Mismo, les enseñará humildad. Si la fiebre de la avaricia egoísta los arrasa, aliméntense con este Pan; y aprenderán generosidad. Si el viento frío de la codicia los marchita, apúrense al Pan de los Ángeles; y la caridad vendrá a florecer en su corazón. Si sienten la comezón de la intemperancia, nútranse con la Carne y la Sangre de Cristo, Quien practicó un auto-control heroico durante Su vida en la tierra; y ustedes se volverán temperantes. Si ustedes son perezosos y tardos para las cosas espirituales, fortalézcanse con este Alimento Celestial; y serán fervorosos. Finalmente, si se sienten quemados por la fiebre de la impureza, vayan al banquete de los Ángeles; y la Carne sin mancha de Cristo los hará puros y castos."

Señor, calma el hambre y la sed de nuestras almas, danos a comer de tu cuerpo y a beber de tu sangre.

Danos la gracia de penetrar en este misterio de tu Sagrada Humanidad quebrantada, permítenos sumergirnos en tu divinidad y recibir esta comida celestial con la ansiedad de los ángeles, enséñanos a valorar el misterio que nos das en este Sagrado Sacramento, danos la gracia para hacer adoración ante el Santísimo Sacramento del Altar y revélanos tu Presencia.

Oh María Santísima, Madre de Jesús nuestro Salvador, purifica nuestros corazones para poder recibir dignamente a tu Hijo, nuestro Salvador sacramentalmente.

Tema de este día - Vivir en la Presencia de Dios

La verdadera santidad en la tierra solo se puede encontrar si vivimos en la Presencia de Dios.

El alma siendo aliento de Dios que nos da la vida, es parte suya y le glorifica cuando regresa a Él. Por eso es necesario llevar una vida de acuerdo a su voluntad para no manchar el alma con el pecado, y si desafortunadamente lo hacemos, entonces debemos limpiarla inmediatamente con una buena confesión.

Vivir en la Presencia de Dios significa vivir para Él, con Él y en Él. Es vivir como si solo existiera Dios y y el alma. En otras palabras Dios y yo.

Es mirar el mundo con ojos pasajeros y mirar a Dios con miradas eternas, es sentirse llamado y escuchar, es sentirse escogido y venir, es darse cuenta que somos parte de Dios e integrarnos en Él.
Debemos vivir cada momento de nuestro día con el Señor, esto implica pensar todo pensamiento uniéndonos a su mente, es hablar toda palabra recordando su palabra, es movernos pensando como Dios se mueve en el Espíritu, es actuar con Él y hacer todo lo que Él quiere.

Debemos ejercitar nuestra mente para que piense de nuevo alejando nuestro yo para que entre Jesús a reinar en nuestros pensamientos.

Y así como un niño me debería preguntar constantemente que desea el Señor, y también entablar un diálogo para no salirme de su Presencia. Miremos como hacerlo.

Señor, te doy gracias porque acabo de despertarme, hagamos todo juntos, ven conmigo, no te separes de mí. Aún en los momentos más privados de mi vida quiero estar contigo, ven Señor Jesús, acompáñame mientras me visto, mientras estoy en el baño, mientras como; comamos juntos, te comparto mi alimento.

Gracias Señor por todo lo que me das, gracias por tu compañía. Ven conmigo vamos a trabajar, vamos a estudiar, vamos a conversar con alguien, miremos juntos con amor, hablemos a los demás con amor, pues estamos unidos mi Jesús, hagamos todo juntos.

¿Señor, que quieres que hagamos en esta situación? ¿Como quieres que actúe en este momento Señor? ¿Señor porqué te fallo tanto? Ayúdame, corrígeme, fortaléceme, bendíceme, quiero depender totalmente de ti, no me dejes solo. Ayúdame a vivir en tu Presencia.

Y la manera perfecta de vivir en la Presencia del Señor es caminar como niños agarrados de las Santas manos de la Santísima Virgen María quien está siempre en la Presencia de Dios.

Encuentro con Jesús - Oración de Liberación y Sanación

Señor Jesús. Con el alma adolorida por haberte ofendido tanto durante mi vida, vengo humildemente ante ti, Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Tú sanas primero el alma y luego el cuerpo, aquí estoy mi buen Jesús, presentándote mi alma con las huellas del pecado y rogándote para que me sanes por tus santas llagas.

Así como las llagas del cuerpo que necesitan sangre pura para sanarse, así mi alma te necesita para estar nuevamente puro como tú deseas verme.

Te pido que me bañes el alma, la mente y el cuerpo con tu Preciosísima Sangre, te pido que lo hagas desde el momento de mi concepción en el vientre de mi madre. Sana mis padres, mis abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, hermanos, tíos, primos, familiares y todos los que estén asociados con mi vida.

Fluye con tu Sangre Viva y Eterna dándome salud y vida corporal y espiritual. Santifícame y restáurame para la vida eterna.

Oh mi buen Jesús crucificado, te entrego mi vida, mis problemas, mis necesidades, mis deudas, mis proyectos, mis dolores, mis enfermedades y todo lo que me agobia. Lo dejo en tu cuerpo allí en la cruz, para que levantado entre el cielo y la tierra tú te ofrezcas unido a mi vida y consigas del Padre Eterno la respuesta a mi necesidad. Te lo pido por la intercesión de tu Madrecita Santa, nuestra madre dolorosa co-redentora del mundo, te lo pido por tus Santas Llagas, Sangre, Agua, Dolores, Lágrimas y Angustias, y las de tu Madre Santísima.

Libérame Señor de la esclavitud del pecado, de los lazos del demonio. Rompe cadenas, libera todas las almas, aplasta la cabeza de Satanás.

Señor, yo te amo, te necesito, te deseo, te adoro, contesta mi oración.
Señor, convierte mis deseos en los tuyos para que sean voluntad divina. Gracias por escuchar mi oración. Señor me entrego totalmente a ti, encárgate de todo.
Llénanos de tu luz, danos tu gracia, muéstranos tu rostro, danos la santidad y llénanos de tu Paz. Amén.

Así llegamos al final de este Encuentro con Jesús.
Gracias por su amable compañía, desde hoy quedan invitados para seguir encontrándonos con Jesús.
Nos despedimos con la bendición del Padre Fabián Ramos, Canciller episcopal de la Diocesis de Armenia Quindio

Encuentro con Jesús 11

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